‘Preludio. Intención poética’: así se deconstruye la mirada institucional del Macba
Elvira Dyangani Ose presenta las 21 nuevas obras que se han añadido a la colección del centro para romper con la dramaturgia y el hermetismo del museo
Un total de 21 nuevas obras para deconstruir (todavía más) la mirada del Macba. La directora del centro, Elvira Dyangani Ose, ha presentado este lunes la incorporación de nuevos artistas a Colección Macba. Preludio. Intención poética, la primera muestra que ha comisariado para el museo para, como ha explicado franqueada por buena parte de los artistas seleccionados, “poner las obras en el centro y presentarlas sin la lectura institucional”.
Tras el arranque de la muestra en diciembre, con unos 85.000 asistentes hasta ahora, en esta segunda etapa, Dyangani confirma su voluntad de romper con la dramaturgia del museo. Su objetivo es establecer nuevos diálogos que rompan las barreras y hermetismo que caracteriza a la institución artística para acercarse a las problemáticas ciudadanas. La nueva fase de la muestra retira las obras de Ignasi Aballí, Mar Arza, Tere Recarens o Núria Guell, entre otros; para dar paso a obras nuevas o ampliadas de Max de Esteban, Fito Conesa, Luz Broto, Helen Escobedo, Marine Hugonnier, Elena del Rivero, Joaquim Chancho, Marcel Broodthaers, Tres, Joan Brossa, Teresa Estapé, Domènec, Anne-Lise Coste, Ahlam Shibli, Daniel Gasol, Carlos Bunga, Joan Morey, Pedro Torres y Lucía C. Pino.
“Las preguntas más cruciales de la vida tienen su respuesta en obras de arte”, ha defendido Dyangani Ose antes de proceder a una visita guiada por casi una decena de los artistas seleccionados. Un acercamiento en el que las obras piden protagonismo y en el que no existe un itinerario definido para el visitante. “Queremos presentar las obras sin la lectura institucional, poniendo a los artistas en el centro. No queremos ser quiénes te digan cómo entrar o qué ver: la obra tiene que ser la que dictamine la relación”, ha dicho la directora del Macba, reivindicando la mirada del artista en una colección que también ha estado comisariada por Antònia Maria Perelló, Claudia Segura y Patricia Sorroche.
Para romper con ese marco institucional, y como crítica a la arquitectura de los propios museos, nada mejor que atender a cómo avanza la prolongación de las columnas que la artista Luz Broto ha colocado en el edificio Meier y que en la singular pieza Una pared (2022-2024) llegarán a bloquear la entrada a la primera planta con un muro que atravesará la instalación arquitectónica, modificando la circulación y la forma en la que se da la bienvenida del público.
En estos nuevos diálogos, en los que se confrontan las ideas con la sala del museo, se pide al espectador que tenga una relación activa con la obra. Siguiendo con la reflexión sobre la arquitectura y la modernidad de Broto se puede admirar la intervención de Domènec con L’estadi, el pavelló i el palau, una serie de fotografías que recogen la intervención que hizo del pabellón Mies Van de Rohe en 2018 imaginando qué hubiese pasado si los inmigrantes de las barracas de Montjuic de los 60, que vivían en condiciones indignas, hubiesen ocupado ese edificio insignia que fue el pabellón de Alemania en la Exposición Internacional de Barcelona de 1929.
También destaca la instalación audiovisual de House of the sun, del artista Pedro Torres, en el que ha adaptado al marco del museo una obra de 2020 que ideó en pleno confinamiento para replantear nuestra relación con el Sol en nuestra supervivencia y nuestros horizontes, tanto en el plano científico como el poético o lo descriptivo. Una obra que combina por toda una sala desde un montaje que exhibe los primeros hallazgos de llamaradas solares, una proyección de un vídeo de la NASA que muestra en primer plano la evolución del Sol durante once años o textos del artista.
Sobre la violencia contra las comunidades reflexiona Daniel Gasol como consecuencia de la Ley de Vagos y Maleantes. Una investigación que le ha llevado a bucear en aquella normativa que puso en jaque a los sujetos pobres o “desviados” según los criterios de la época y que llegó a establecer campos de concentración para la construcción de puentes y carreteras con el objetivo de rehabilitarlos de la vagancia a través del trabajo. El artista e investigador, hijo de un detenido en dos ocasiones por esta norma, conecta en el vídeo No se os puede dejar solos (la frase que más repetía la policía a los detenidos) siete perfiles reales que encontró en el Archivo Nacional de Justicia de Cataluña con siete casos (anónimos) de hoy en día que podrían haber sido penalizados por ser homosexuales o transgénero, entre otros ejemplos.
La realidad e inteligencia artificial dialogan en la obra de Max de Estaben con A forest, las esculturas híbridas de Lucía C. Pino establecen nexos con la performance e instalación de Joan Morey en Cuerpo social, lección de anatomía y Teresa Estapé aborda el sistema capitalista que regula toda acción artística con Valor Refugio II. Allí exhibe folios en blanco marcados con tinta invisible con la frase “Show me the money” de la película Jerry Maguire, que se acompañan de sus facturas de cobro, accesibles al público y que se renovarán cada 15 días.
A partir del mes de julio, la exposición se expandirá más allá del edificio: La Capella acogerá la instalación de Wael Shawky Cabaret Crusades II: a path of Cair, una obra que reescribe las cruzadas desde una perspectiva árabe. Otra prueba más de esa deconstrucción de la mirada colonial artística por la que ha apostado en este 2023 el equipo del Macba en su programación.
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