Miles de personas acuden a la playa del Bogatell de Barcelona para escuchar música clásica

Un pareo, una botella de vino y un pica pica sobre una bandeja de madera y a escuchar la Sinfonía del Nuevo Mundo, de Dvorák. Miles de personas —18.000, según la Guardia Urbana—, como la pareja formada por Rafael y Victoria, provistos en su caso de nevera, acudieron este martes por la noche a la playa del Bogatell, en Barcelona, para asistir al concierto que interpretó la Orquesta Sinfónica del Liceo en el programa Clàssica a la Platja. La iniciativa, organizada conjuntamente con el Liceo, el Palau de la Música y el Auditori, pretende acercar la música clásica a los barceloneses para saludar el inicio del verano y hacerlo además junto al mar.

Bajo una carpa semicircular, que miraba a Badalona, una setentena de músicos, dirigidos por Josep Pons, arrancaron el concierto interpretando El Bolero, de Ravel, para seguir después con la célebre sinfonía del compositor checo. La orquesta se situó en un escenario de 20 metros de largo 11 de ancho, paralelo al mar donde todavía se veía a surfistas. Dos pantallas gigantes reprodujeron las imágenes y unos repetidores para expandir el sonido. El paisaje impresionaba desde la arena, pero no menos desde el escenario, donde los músicos tocaron con vistas al mar. El paseo estaba atestado de gente.

El programa continuará este miércoles con la OBC que interpretará, entre otras, piezas de Dvorak y Smetana

La idea de los impulsores es mantener la iniciativa el próximo verano reivindicando la música clásica y recuerdan que Barcelona no es solo los festivales Sónar, el Primavera Sound, el Cruïlla o los conciertos de Montjuïc. El Auditori inició una aventura similar en el año 2019 para celebrar el Día de la Música, con un concierto junto al hotel Vela, pero la pandemia interrumpió de forma abrupta la continuidad del plan. Los conciertos, financiados en parte con la recaudación de la tasa turística y la colaboración de la Fundación La Caixa, tienen un presupuesto total de 300.000 euros.

Familias con niños, parejas, turistas, bañistas y surfistas con sillas, pareos, toallas y muchos con bocadillos, bebida y el tupper encima. Una hora antes del concierto, las primeras filas ya estaban llenas. “Me gusta mucho la música clásica. La iniciativa es muy bonita. Por el entorno y la hora”, contaba Xenia Clar, de 47 años, profesora de música de la escuela La Llacuna, que acudió, acompañada de sus hijas, tras extender en la arena un enorme pareo y mochilas con agua y algo de picar. “Hacía mucho que quería ver la orquesta”, abundó Rafael, brasileño, tras decir que conoció la iniciativa por los carteles de Clàssica a la platja en la que se ve a un músico de espaldas tocando el contrabajo.

Mientras se oía escuchar a músicos ensayando compases de El Bolero, justo antes del concierto, los organizadores difundieron a través de las pantallas gigantes videos de promoción de los programas de las tres instituciones musicales para la próxima temporada que incorporaban descuentos. El programa continuará este miércoles con la Orquesta Sinfónica de Barcelona y Catalunya (OBC) que tomará el testigo a la del Liceo interpretando, bajo la batuta de Ludovic Morlot, también a Dvořák y sus danzas eslavas además de El Moldava (Smetana), Capricho español (Rimsky-Korsakov), L’Arlesiana (Bizet) y Sardana Lliure (Tolrà). La orquesta estará dirigidas por sus titulares: Josep Pons y Ludovic Morlot (Auditori). Los coros del Palau cantarán en entidades sociales y residencias de ancianos-

Lejos del escenario y sentadas en dos sillas de playa, Montserrat, de 76 años, y Ana María, de 71, vecinas del barrio del Poblenou, celebraban la iniciativa recordando que de noche a la playa solo habían ido a ver fuegos artificiales. “Yo la veo muy bien. Creo que la hicieron una vez (conciertos en la playa). Y esto está a tope”, explicaba Montserrat. Los organizadores preveían 10.000 personas y la asistencia les desbordó: la Guardia Urbana calcula que acudieron 18.000. El concierto acabó con el público levantándose de las toallas y los pareos aplaudiendo en pie.

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