Borja-Villel regresa a Barcelona para coordinar la ampliación del MNAC
El gobierno catalán ficha al exdirector del Reina Sofía para potenciar su museo insignia
El Patronato del Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), integrado por la Generalitat de Catalunya, el Ministerio de Cultura y el Ayuntamiento de Barcelona, ha anunciado el nombramiento de Manuel Borja-Villel (Burriana, 1957) para liderar el “Programa temporal para el desarrollo y encaje en el sistema museístico de arte del proyecto de ampliación e impulso del Museo Nacional de Arte de Cataluña”, creado el pasado febrero como “un espacio de acompañamiento para la reflexión y la innovación dirigido a contribuir al proyecto que prepara el museo”, según se lee en el comunicado. Borja-Villel, que tras su marcha del Museo Reina Sofía de Madrid está comisariando la Bienal de Sao Paulo, se incorporará al cargo en septiembre. La consejera de Cultura, Natalia Garriga, ha creado para Borja-Villel una plaza de alta dirección con una retribución de 99.000 euros durante tres años, pese a que en el documento se insiste en el carácter de asesor del nuevo fichaje.
Borja-Villel vuelve a los orígenes, a Barcelona, la ciudad donde se formó y donde dirigió con éxito dos de las instituciones más importantes de la ciudad: la Fundación Antoni Tàpies y el Museo de Arte Contemporáneo (Macba). En ambos casos supo dotarlos de una identidad propia y una línea programática bien definida, situándolos en la primera división del arte internacional. Ahora vuelve a Barcelona y concretamente al MNAC con el mismo cometido, después de 15 años al frente del Museo Reina Sofía de Madrid, donde ha repetido los exitosos pasos de sus encargos anteriores: recoger un museo sumido en la confusión, darle una personalidad y unos objetivos y situarlo entre los centros más visitados. Sin embargo esta no es la situación del MNAC que bajo la dirección de Pepe Serra (Barcelona, 1969) ha conseguido alcanzar los 900.000 visitantes y organizar más de cien proyectos expositivos.
La Generalitat planeaba desde hacía meses ofrecer a Borja-Villel la supervisión de la ampliación del MNAC en el pabellón Victoria Eugenia y rearticular el sistema museístico catalán desde una visión super partes. La apuesta sembró el desconcierto en el mundo del arte catalán y probablemente el pánico en más de uno de sus protagonistas. ¿Qué cargo ocuparía? ¿Cómo encajaría en el ecosistema museístico barcelonés? Y sobre todo ¿cómo influiría en las decisiones de los que actualmente dirigen los diferentes museos y especialmente de Pepe Serra? Hoy tras la reunión del Patronato de este museo las dudas ha quedado aclaradas. Ya se sabía que el pasado 21 de febrero la Generalitat había creado el “Programa temporal para el desarrollo y encaje en el sistema museístico de arte del proyecto de ampliación e impulso del Museo Nacional de Arte de Cataluña”. En el Diari Oficial de la Generalitat del 23 de febrero, además de anunciar dicho Programa, se recordaba el Plan de Museos de Cataluña 2030, un plan estratégico que otorga al MNAC un rol preeminente como cabecera del sistema de museos catalán y punta de lanza en su internacionalización.
El objetivo es convertirlo en el líder indiscutido de los museos catalanes y en una infraestructura de referencia mundial. Y esta es la misión encomendada a Borja-Villel y para lo que la consejera de Cultura, Natàlia Garriga, ha creado una plaza de alta dirección ex profeso, con un contrato de tres años, un sueldo de 99.000 euro anuales y dos ayudantes, un administrativo y un técnico. En el documento se afirma que estos objetivos “tan ambiciosos” y estas tareas no se pueden llevar a cabo con los recursos existentes y el personal actual, un matiz que no ha gustado en el entorno de Pepe Serra, director del MNAC desde enero de 2012.
Serra, que en junio fue reconfirmado al frente del museo por otros cinco años, lleva prácticamente desde su llegada trabajando en la expansión del centro y en la celebración del centenario de la Exposición Internacional de Barcelona de 1929 y la construcción del Palau Nacional, el edificio que acoge el MNAC. Si bien “en colaboración con la actual dirección”, Borja-Villel tendrá mucho poder. Podrá “repensar, el nuevo rol y el relato del museo”, “formular propuestas expositivas u otras actividades cuya realización permita prefigurar el nuevo museo asumir un rol de liderazgo del ecosistema artístico y museístico catalán y del Mediterráneo” y “hacer del Museo un equipamiento motor en la transformación del entorno de Montjuïc”.
Todas ellas atribuciones propias de un director. Si bien el documento insiste en el carácter de asesor de Borja-Villel, el nombramiento plantea también un precedente respecto a las posibles injerencias políticas en la dirección de museos.
Con el nuevo pabellón Victoria Eugenia, el MNAC añadirá 15.000 metros cuadrados a los 12.000 que tiene actualmente. El concurso público para asignar el proyecto definitivo se convocará a finales de 2023 y según el Plan Estratégico del Museo las obras deberían finalizar a tiempo para la celebración de 2029. La ampliación supondrá una importante transformación y permitirá un replanteamiento global del museo, los espacios, los relatos y también su alcance.
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