Colau y el Govern encarrilan la finalización de la unión del tranvía por la Diagonal
El tramo entre Glòries y Verdaguer entrará en funcionamiento en marzo del año que viene. Hasta Francesc Macià, dependerá del próximo alcalde
Las obras para unir las dos redes del tranvía de Barcelona por la Diagonal comenzaron hace un año y avanzan viento en popa, con la previsión de que dentro de un año se pueda viajar de Glòries hasta Verdaguer. Pero para finalizar la unión que comunicará nueve municipios faltará el tramo entre Verdaguer y Francesc Macià. Este lunes, los actuales responsables del Ayuntamiento y el departamento de Territorio de la Generalitat, la alcaldesa Ada Colau y el consejero Juli Fernàndez (ERC), han querido dejar claro que dejan encarrilada la finalización de la obra sea quien sea el próximo mandatario de la ciudad.
Por una parte, han encargado el proyecto ejecutivo de la segunda fase, de manera que el próximo alcalde, si quiere, solo tenga que sacar a concurso las obras. Y por otra parte, la Generalitat ha mostrado este lunes respaldo político al proyecto: “El Govern tiene un firme compromiso con la infraestructura”, ha expresado Fernàndez. “Por nuestra parte dejamos todo listo”, ha dicho Colau. En esta obra, la Generalitat, a través de la Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM) paga y ejecuta las obras de la infraestructura ferroviaria; y el Ayuntamiento se encarga de la urbanización de la calle.
Uno de los candidatos mejor posicionados para ganar las municipales de este mes de mayo, Xavier Trias (Junts), ha dicho del derecho y del revés que no terminará la unión, aunque falten solo 2.000 metros. También Ciutadans y Valents han expresado su negativa a acabar la obra. En caso de que Trias fuera alcalde, se daría la circunstancia de que quien se postula como su responsable de Urbanismo y Movilidad, Damià Calvet, fue quien aprobó la unión del tranvía desde la Generalitat cuando era consejero. Preguntado por el tema este lunes, durante un almuerzo en el Círculo Ecuestre, Trias no se ha movido: “El tranvía hasta Verdaguer no tiene solución, están puestas las vías. Yo no pienso continuarlo, se quedará en Verdaguer”.
A diez semanas de las elecciones y a dos de que no se puedan hacer inauguraciones, Ayuntamiento y Generalitat han protagonizado un acto inaudito: la presentación de una de las paradas del tranvía, la que está a la altura de la calle de Sicília y lleva este nombre. Aunque falta un año para que circulen convoyes, la alcaldesa y el consejero han posado y han puesto el acento en el consenso institucional. Colau ha hablado de “una obra de sentido común sostenible y eficaz, clamor de la ciudad metropolitana, que permitirá sacar coches del centro”. “Todos los trabajos están preparados para solapar una obra con la otra”, ha celebrado y ha asegurado que el tranvía “será un icono del siglo XXI que seguro será un referente internacional”. En unas fechas en las que es imposible separar al 100% los actos electorales de los institucionales, durante la intervención de Colau, un hombre gritaba desde la valla que separa la obra: “¡Hay que votar a Colau! ¡Si no gana se para todo!”.
El consejero ha insistido en “el compromiso de la Generalitat con unas obras ya en marcha que está previsto que sigan porque la redacción del proyecto se solapa con el final de las obras”. “Nuestro trabajo es mejorar la vida de la gente, la de Barcelona y la de fuera, conectar con transporte público y responde a la realidad que vivimos de combate climático”.
El tramo central de la futura red de tranvía metropolitano no tendrá catenaria, sino que se alimentará con el sistema de ACT (alimentación continua por tierra), que se instalará en Barcelona por primera vez en España. El aumento de pasajeros de la prolongación requerirá comprar tres tranvías, que serán de kilómetro cero: ha ganado el concurso para fabricarlos Alstom, que tiene una planta en Santa Perpètua de Mogoda (Vallès Occidental), a solo 22 kilómetros de Barcelona, donde ya se diseñan y fabrican tranvías para todo el mundo.
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