Las mujeres catalanas que estuvieron en ERTE perdieron más ingresos que los hombres
Mientras que la brecha de género de los asalariados en el año de la pandemia fue de 21,7%, la del grupo en suspensión temporal de empelo fue del 52%, según un informe de CC OO
La brecha de género lo resquebraja todo, incluso una medida que durante la pandemia permitió salvar miles de empleos. Un informe presentado por CC OO este lunes indica que, en 2020, las mujeres que estuvieron en un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) perdieron más ingresos que los hombres que también estuvieron amparados por este mecanismo. Así, mientras la brecha salarial entre las personas que mantuvieron su empleo activo fue ese año del 21,7%, entre las que estuvieron en ERTE ascendió al 52%. ¿Cómo es posible si el ERTE era igual para todos? El estudio apunta que la mayoría de las mujeres que tuvieron su empleo suspendido trabajaban en los sectores con mayor desigualdad de salarios entre hombres y mujeres, y que probablemente los ERTE de las mujeres duraron más que los de los hombres.
La irrupción de la pandemia y el confinamiento pusieron patas arriba al mundo laboral: muchos trabajadores vieron cómo su actividad quedaba suspendida de la noche a la mañana. Los ERTE, un mecanismo que hasta entonces solo se usaba en casos puntuales, fue clave para evitar una destrucción de empleo generalizada. En Cataluña un 23% de las mujeres asalariadas estuvieron en algún momento de 2020 en ERTE, y un 23,8% en el caso de los hombres. Hasta aquí, la situación era de casi paridad, así como eran iguales las condiciones que se aplicaban de entrada con los ERTE: el subsidio del Estado protegía hasta el 70% del salario. Pero cuando se va a los ingresos por salario percibidos, la cosa cambia. El salario medio de los hombres en ERTE fue de 20.395 euros, mientras que el de las mujeres fue de 13.425 euros, una brecha salarial de casi el 52%. En cambio, entre los trabajadores que no estuvieron en ERTE la brecha ese año fue del 21,7% (26.918 euros anuales de media para los hombres, 22.105 euros para las mujeres). Según los datos de la Agencia Tributaria, las mujeres que estuvieron en ERTE percibieron casi un 40% menos de sueldo que las mujeres que no estuvieron en ERTE. La diferencia en el caso de los hombres fue del 24%.
“El virus no puede ser machista, pero sus consecuencias sí”, ha dicho Irene Galí, técnica del Centro de Estudios e Investigación Sindicales de CC OO, y una de las autoras del informe. El estudio se basa en los datos de la Agencia Tributaria y en los que ofrece la encuesta de estructura salarial. Ninguna de ellas incluye información clave para entender por qué esta diferencia entre hombres y mujeres que percibieron ERTE: no hay datos sobre cuánto duraron estos expedientes en hombres y mujeres (en otras palabras, si cuando se fueron levantando las restricciones se llamó antes a trabajar a los hombres que a las mujeres), ni si eran suspensiones totales de empleo, o reducciones, ni si las empresas que complementaban el sueldo (algunas llegaron a aportar toda la diferencia entre el subsidio y el salario, para que el trabajador no perdiese poder adquisitivo) lo hacían más en el caso de los hombres que en el de las mujeres.
“Pese a no tener datos concretos, esta brecha entre hombres y mujeres en ERTE nos hace intuir que se llamó antes a trabajar a los hombres que a las mujeres”, ha expresado Galí, que ha añadido que siete de cada 10 situaciones de ERTE que vivieron la mujeres ocurrieron en sectores donde ya existe de por sí una brecha de género mayor. Es decir, que la suspensión de empleo (utilizada durante muchos meses en sectores como la restauración y la hostelería, o en empleos de cara al público que no se recuperaron hasta mucho tiempo después del estallido de la pandemia) en el caso de las mujeres se llevó a cabo en colectivos más precarios y usualmente más feminizados. De hecho, hubo muchas más mujeres que hombres en ERTE entre los trabajadores que cobraban hasta el salario mínimo, y a partir de estos ingresos la presencia de hombres en ERTE es mayor que la de mujeres. “También la media de edad de las mujeres en ERTE es algo más baja que en el caso de los hombres, y entre los jóvenes hay más precariedad”, ha señalado Galí.
En 2021, el porcentaje de hombres y mujeres que aún estaban en ERTE era de alrededor del 7% en ambos casos, y la brecha salarial en el grupo que todavía tenía suspendido el empleo fue del 39%. Los autores del informe lo atribuyen a que los hombres con más ingresos dejaron de estar en ERTE, lo que hizo que el porcentaje de diferencia entre salarios medios de hombres y mujeres se redujese con respecto a 2020.
La brecha de género disminuye ligeramente
Sin tener en cuenta la especificidad de los ERTE, el informe indica que la brecha salarial de género disminuye, pero poco a poco. Según la encuesta de estructura salarial del INE, con datos de 2020, el salario medio de los hombres fue de 30.003 euros (un 3,5% más que el año anterior), mientras que el de las mujeres fue de 24.096 euros (un 4,8% más). Así, ese año la brecha de género se redujo un punto y medio, hasta el 24,5%. La otra estadística que se usa en el informe, la de la Agencia Tributaria, es más fiable porque muestra los ingresos provinientes de salarios de forma real, es decir, lo que realmente percibieron los trabajadores (teniendo en cuenta que no todos los salarios ni contratos son estables). Según esta, en 2020 los hombres cobraron de media 25.363 euros, y las mujeres 20.111 euros, con lo que la brecha salarial fue del 26,1%. Los datos de la Agencia Tributaria muestran que la brecha se redujo en 2021, hasta el 25,1%.
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