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Las tres causas de los incendios de patinetes: trucados para ganar velocidad, mojados o con golpes

Los Bomberos registraron en 2022 un fuego en baterías de vehículos de movilidad personal a la semana. Llaman a hacer un buen mantenimiento vigilar al recargarlos

Clara Blanchar
Patinete electrico Barcelona
Una usuaria de patinete eléctrico, la semana pasada en Barcelona.Gianluca Battista

Ocurre en todas las ciudades donde ha aumentado el uso de patinetes eléctricos. Se han disparado las deflagraciones, que tienen origen en las baterías. El año pasado en Barcelona se incendiaron “unos 25″, indican los bomberos de la ciudad; y en el resto de Cataluña, 24, cifras de los bomberos de la Generalitat. Prácticamente uno a la semana. “No es un problema de aquí. Está ocurriendo en las grandes ciudades, desde Nueva York nos explicaron que solo el año pasado hubo 130″, alerta el sargento Lluís Mendo, responsable de Salvamentos en Accidentes de Tráfico y Asistencia Técnica del cuerpo del Govern.

Y es el incendio de un patinete en un vagón de Ferrocarrils de la Generalitat (FGC) en noviembre pasado lo que ha originado que viajar con estos vehículos esté prohibido en prácticamente todo el transporte público en Cataluña a partir del miércoles 1 de febrero. Será por seis meses, mientras la Autoridad del Transporte Metropolitano de Barcelona decide qué normativa definitiva aplicará.

Los bomberos, mecánicos y expertos consultados convienen en que las tres principales causas de los incendios de patinetes son que las baterías hayan sido manipuladas para ganar velocidad, que haya entrado agua en el sistema, o desperfectos fruto de golpes. También puede ser causa de incendio no utilizar los cargadores del fabricante (o un cargador no compatible con la batería) o utilizar regletas no certificadas. La Agencia Catalana del Consumo explica que todos los productos que hay en el mercado, certificados o no con el marcaje CE “pueden ser objeto de control”. En el caso de los patinetes, el número de consultas o denuncias es “residual”, pero ante el aumento de su uso “el año pasado se llevaron a cabo algunos controles y este año se han programado nuevos”, indican fuentes de la agencia del Govern, que precisan que todavía no disponen de datos.

Mendo explica que el riesgo de incendio que tienen los patinetes es alto. “El concepto de riesgo está asociado a las variables de probabilidad (poco probable en este caso) y a la gravedad, la severidad (que es alta), con lo que el riesgo es elevado”, argumenta. El sargento explica gráficamente cómo funcionan las baterías de litio (que también contienen los móviles, portátiles o las bicicletas y cigarrillos electrónicos): “Es un conjunto de celdas en serie, con positivo y negativo y en medio, un electrolito que las separa. El problema viene si entra o sale energía muy rápido [si se han modificado], se produce un aumento térmico que resulta inflamable: el continente no lo puede aguantar, el electrolito se convierte en gas (de gran toxicidad), aumenta de volumen y rompe la celda y se enciende”. Técnicamente se conoce como “thermal runaway” (fuga térmica).

Un usuario de patinete eléctrico en el metro de Barcelona, la semana pasada. A partir del día 1 de febrero, quedará prohibido durante seis meses en el transporte público en Cataluña.
Un usuario de patinete eléctrico en el metro de Barcelona, la semana pasada. A partir del día 1 de febrero, quedará prohibido durante seis meses en el transporte público en Cataluña.Gianluca Battista

Las causas de los incendios, enumera Mendo, pueden ser un defecto de fabricación; se asocian a “una carga o descarga muy rápida” que vincula a manipulaciones; o vibraciones que puedan afectar a la batería, que está ubicada en la plataforma donde se apoya el usuario. Sobre cuántos de los incendios se producen por modificaciones previas, el sargento admite que los bomberos lo desconocen porque los aparatos “están muy destruidos, pero vemos que es una causa clara de incremento de la probabilidad, por pura física, por la energía que al entrar o salir genera un sobrecalentamiento”.

“Una batería manipulada para que el patinete corra más es como conducir con un motor a tope de revoluciones todo el rato”, ilustra Javier Robles, mecánico y propietario de la pionera tienda taller RepararPatineteEléctrico de Barcelona. Abrieron hace ocho años y llevan más de 20.000 reparaciones. “La gente no es consciente del peligro de manipular una batería eléctrica, de un patinete o de cualquier aparato”, lamenta y alerta de que han proliferado comercios de móviles o bicicletas con mecánicos sin la formación adecuada. Robles, mecánico y electrónico de formación, repara problemas mecánicos (un pinchazo es lo más frecuente) o eléctricos. “No me va, se me para, no se me enciende…”, resume sobre las consultas más frecuentes. El taller no manipula los patinetes para que puedan alcanzar más velocidad de la legal de 25 kilómetros hora, -”sabemos y podemos pero no lo hacemos, asegura”-, pero si el cliente lo pide aumentan la potencia: “Lo hacemos pero para cuestiones muy concretas, no para utilizarlo en todo momento, como personas que en su trayecto habitual tienen que subir una cuesta”. También se niegan a aumentar velocidad, más allá de la que sale el patinete de fábrica con el límite legal de 25 kilómetros por hora.

Otro mecánico que prefiere que su nombre no salga publicado resume igual las tres causas de los incendios de patinetes eléctricos: “Manipulación, que se moje mucho, cargadores no compatibles, golpes o vibraciones fruto de ruedas macizas, cables machacados o un mal contacto… falta de mantenimiento, en síntesis”.

Con seis años de experiencia en el sector de los patinetes eléctricos de alquiler, el director de Expansión de la empresa Helbiz en España, Roger Puigví, defiende el uso de vehículos de operadores por la fiabilidad y seguridad de los aparatos que pertenecen a flotas, aunque justo en Barcelona el Ayuntamiento lleva años de retraso sobre su compromiso de sacar a concurso el patinete compartido, como hizo en su día con bicicletas y motos eléctricas. Puigví señala dos cuestiones sobre los aparatos en manos de particulares. La primera tranquiliza: cualquier patinete que se vende “tiene que estar homologado por Europa, con el sello de la comunidad”, garantía de haber superado todos los controles de calidad de la Unión Europea. La segunda abunda en las alertas de los bomberos y mecánicos: muchos patinetes que circulan han sido modificados por sus usuarios para ganar potencia o se les ha desbloqueado el tope de velocidad. “En cualquiera de los dos casos supone sobreutilizar las baterías, recalentarlas y estresarlas, como conducir con el motor muy revolucionado”, apunta y añade que los patinetes deben cargarse con el cable original y en enchufes o regletas seguras.

Los consejos de los bomberos al comprar, utilizar o cargar un patinete eléctrico

Con estos consejos, apunta Lluís Mendo, “se podrían evitar muchas incidencias, incendios y de una severidad muy menor”.


En el momento de la compra. Que el patinete lleve marcaje de la CE (que cumple los requisitos que exige la Unión Europea o evitar comprar baterías de baja calidad.

Durante la fase de vida útil. Nunca modificarlo, no intentar reparar un golpe, siempre llevar el patinete a un mecánico profesional; controlar el estado, si huele, se caliente, cambia de color o volumen, ponerlo en zona segura y llamar al 112.

En la fase de carga. Es crítica, apuntan los bomberos. Debería utilizarse solo el cargador original de fabricante; desenchufarlo cuando la carga está completa; secarlo si se ha mojado; no cargarlo en temperaturas extremas (más de 40 grados o bajo cero); hacerlo en un lugar seguro, si puede ser en el exterior o si es interior lejos de material combustible (como una cama o un sofá); en horas que se pueda vigilar, no de noche. Si no hay otro remedio que no poderlo vigilar, en una estancia con la puerta cerrada y si es posible, con un detector de humo (los hay entre 20 y 100 euros).

Al terminar su vida útil. No tirarlo en el contenedor sino en un punto verde o planta de reciclaje, porque mantiene la energía.in

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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