Dani Alves ingresa en prisión acusado de violar a una joven en una discoteca de Barcelona
La jueza envía a la cárcel por riesgo de fuga al exfutbolista del Barça, que niega la agresión sexual pese a los indicios recogidos por los Mossos
El futbolista Dani Alves ha ingresado este viernes en la cárcel de Brians 1 (Barcelona) por la presunta violación, el 30 de diciembre, a una mujer en la discoteca Sutton de Barcelona. La jueza que investiga el caso ha dictado prisión provisional sin fianza para el exlateral del FC Barcelona tras escuchar su declaración y la de la víctima. Alves ha negado que mantuviera relaciones sexuales no consentidas con la chica, un relato que no concuerda con los indicios (huellas, restos biológicos) que han sido analizados por los Mossos y que contradice lo que había dicho antes: que no la conocía de nada. La declaración de la joven, por el contrario, ha sido coherente y sólida, según fuentes judiciales.
Alves atendió voluntariamente la petición de los investigadores de volar a Barcelona desde México, donde juega en el Club Universidad Nacional, conocido como los Pumas de la UNAM, para aclarar su presunta participación en la agresión sexual. Al llegar a Barcelona este viernes por la mañana, los Mossos lo detuvieron y lo trasladaron a comisaría para tomarle declaración. Más tarde, lo llevaron a la Ciudad de la Justicia para comparecer ante la jueza. Tras 45 minutos de una declaración en la que “ha incurrido en numerosas contradicciones”, tanto la acusación particular —que ejerce la víctima— como la Fiscalía han solicitado su ingreso en prisión provisional. La jueza lo ha acordado pasadas las 17.00 por el elevado riesgo de fuga: Alves posee capacidad económica para escapar, carece de arraigo en España, es brasileño (país con el que España no tiene convenio de extradición) y afronta penas graves de cárcel, que oscilan entre los cuatro y los 12 años.
Los hechos ocurrieron la madrugada del 30 de diciembre en Sutton, una discoteca elitista de la parte alta de Barcelona. La víctima, de 23 años, estaba en la zona VIP con unos amigos mexicanos y las dos amigas con las que había llegado a la discoteca. Un camarero apareció para pedirles que lo acompañaran porque alguien quería invitarlas a una copa. Era Dani Alves, a quien le acompañaba un amigo. La víctima dijo al jugador que no lo conocía y éste replicó con ironía: “Soy jugador de petanca en L’Hospitalet de Llobregat”, dijo según consta en la denuncia de la mujer.
Alves cogió una mano de la víctima y la acercó a su pene. Después, la invitó a entrar al baño, donde se produjo la presunta agresión sexual. La chica ha explicado que trató de salir, pero Alves no se lo permitió y la penetró vaginalmente. La escena, que duró unos 15 minutos, fue muy violenta, ya que también se produjo un momento de forcejeo entre los dos. Tras abandonar la zona VIP, la chica alertó de lo que había pasado y fue atendida en el hospital Clínic de Barcelona. Solo dos días después, denunció los hechos ante los Mossos. El parte médico de lesiones, también incorporado a la causa judicial, es uno de los indicios que apuntan hacia una relación no consentida.
Dani Alves (Juazeiro, Brasil, 39 años) había negado la mayor parte del relato hasta ahora. Hace unos días, envió un vídeo al programa Y ahora Sonsoles, de Antena 3. “Me gustaría desmentir todo, primero. Yo estuve ahí, en ese sitio, con más gente, disfrutando. Todo el mundo sabe que me encanta bailar. Disfrutando, pero sin invadir el espacio de los demás y cuando eliges ir al baño no preguntas quién está en el baño para ir al baño”, se defendió. Y añadió que no conocía de nada a la víctima: “Lo siento mucho, pero no sé quién es esa señorita, no sé quién es, no la he visto nunca en mi vida. Todos estos años nunca he invadido el espacio de alguien, menos sin autorización. ¿Cómo lo voy a hacer con una mujer o una chica? Por Dios, no. Ya basta porque hacen daño, sobre todo a mi gente, a los míos, porque saben quién soy”.
En su declaración ante la jueza, de unos 45 minutos, Alves ha reconocido aunque solo parcialmente que se produjo una relación, pero ha negado haber agredido sexualmente a la chica. Mientras estaba esperando su turno en el calabozo de la Ciudad de la Justicia, su abogada defensora ha recibido los últimos atestados de los Mossos d’Esquadra en los que se analizan diversos indicios incriminatorios; entre otros, restos biológicos y huellas dactilares. También figuran las imágenes de seguridad de la discoteca Sutton que, aunque no muestran pruebas de la violación —no hay cámaras en el lavabo de la zona VIP—, sí que reflejan “el estado anímico” de la chica antes y después de lo ocurrido.
Los Pumas, el equipo mexicano que fichó a Alves en julio de 2022, desconocía la situación del futbolista. Sin embargo, este viernes ha rescindido el contrato de forma automática. “Con esta decisión el club reitera su compromiso de no tolerar actos, de ningún integrante de la institución sea quien sea, que atenten contra el espíritu universitario y sus valores”, dijo Leopoldo Silva, presidente del equipo mexicano. El brasileño había pedido permiso para poder ausentarse de un partido de liga el sábado debido al fallecimiento de su suegra, motivo por el que supuestamente, y según la versión que dio al club, viajaba a Barcelona, informa Diego Mancera.
Alves dejó el fútbol europeo en julio de 2022, cuando cerró su segundo ciclo en el Barcelona. El brasileño decidió darle un vuelco a su carrera cuando fichó como jugador libre con los Pumas, el equipo representativo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), una de las principales universidades de América Latina. Tras conocer su ingreso en prisión provisional, el club anunció que sancionará al jugador.
Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.