El independentismo se pone a prueba en la protesta contra la cumbre franco-española
Más de 500 ‘mossos’ velarán por la seguridad del encuentro con una protesta unitaria de entidades y partidos soberanistas en la que participará Junqueras
La cumbre franco-española que se celebra este jueves en Montjuïc, en Barcelona, va a poner a prueba la capacidad de respuesta del independentismo y, sobre todo, si es capaz de ofrecer una imagen de unidad y lejos de la crispación de sus diferentes sensibilidades. Por primera vez en año y medio, las entidades soberanistas, como la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium, y los partidos Esquerra, Junts y la CUP han decidido aparcar la división que les fractura para responder conjuntamente al diagnóstico de Pedro Sánchez de que el procés se ha acabado tras la reforma penal. ERC mantendrá el difícil equilibrio de que el president Pere Aragonès sea el anfitrión institucional del cónclave y su partido, con Oriol Junqueras a la cabeza, esté en la calle manifestándose. Más de 500 mossos d’esquadra velarán por la seguridad exterior del encuentro, mientras que la Policía Nacional se hará cargo de la del interior.
El férreo dispositivo de seguridad evitará que la concentración se acerque a las puertas del MNAC (Museo Nacional de Arte de Catalunya) y a las columnas de Puig y Cadafalch. La protesta se extenderá a los pies de la montaña de Montjuïc, a unos 200 metros del lugar del encuentro. La cumbre discurre en un escenario apartado del centro de la capital catalana. La previsión de las fuerzas de seguridad es que la movilización no sea excesivamente numerosa al tratarse de un día laborable y a las 9.00 de la mañana. Las cúpulas de los partidos independentistas acudirán en bloque para dar un mensaje inequívoco de que el conflicto soberanista sigue vigente. La delegación de ERC la presidirá Oriol Junqueras, acompañado de Marta Vilalta, portavoz de ERC, y Ernest Maragall, candidato a la alcaldía. La seguridad de Junqueras, presidente del partido, es una de las pocas preocupaciones policiales, ante posibles actos de protesta o boicot por algún sector de los manifestantes. Junqueras cuenta con escolta de los mossos. Junts, liderado por su presidenta, Laura Borràs, y su secretario general, Jordi Turull, ya anunció desde el primer día que acudiría con todos sus diputados.
El doble papel de ERC ha recibido críticas del PSC y de los comunes pero también del Consell de la República, que ha avisado que el Gobierno utilizará la cumbre. Consciente de esas críticas, Aragonès defendió este miércoles su papel y afirmó que mientras Cataluña no sea un estado independiente la defenderá “con toda la dignidad institucional”. En declaraciones a los medios, Aragonès lamentó que el Gobierno utilice la cumbre para la “batalla política” y que esgrima que el a la mesa de diálogo. No hacía ni tres meses que había salido de prisión, tras el indulto del Gobierno a los líderes del orrerán a cargo de la Policía Nacional. Ambos cuerpos han diseñado un dispositivo conjunto de seguridad para la cumbre. Posteriormente, la policía catalana seguirá movilizada para las diferentes viVilalta espera que la movilización no se vuelva len contra de ERC y que nadie se pegue, dijo, “un tiro en el pie”.”..
Bajo el lema “Aquí no s’ha acabat res! Independencia, Països Catalans prou repressió” (”¡Aquí no se ha terminado nada! Independencia, Países Catalanes, basta de represión”), la movilización, convocada por las entidades, es la primera conjunta que aúna a todos los actores del independentismo para demostrar a Sánchez que la reivindicación sigue latente. No lo hacían de forma agrupada desde la manifestación de la Diada de 2021 cuando Junqueras recibió insultos por su apoyo a la mesa de diálogo. No hacía ni tres meses que había salido de prisión, tras el indulto del Gobierno a los líderes del procés. En la de 2022, ERC ya no asistió al entender que era una convocatoria antipartidos y que estaba concebida para atacar al Govern. Tres semanas después de esa marcha, el Ejecutivo se rompió. Vilalta espera que la movilización no se gire en contra de ERC y que nadie se pegue, dijo, “un tiro en el pie”.
Doble papel
EEl doble papel de ERC ha recibido críticas del PSC y de los comunes, pero también del Consell de la República. Consciente de esas críticas, Aragonès defendió este miércoles su papel y afirmó que mientras Cataluña no sea un Estado independiente la defenderá “con toda la dignidad institucional”. En declaraciones a los medios, Aragonès lamentó que el Gobierno utilice la cumbre para la “batalla política” y que esgrima que el procés ha acabado como fórmula para defenderse de los ataques de la derecha. “Quieren certificar una cosa que no podrán certificar nunca. El Gobierno no es nadie para certificar cuál debe ser el futuro de Cataluña”, dijo. Una reciente encuesta del Instituto de Ciencias Políticas y Sociales concluye que el 41% de los catalanes cree que el procés acabará con más cuotas de autonomía, el mismo porcentaje que en nada y un 4% con la independencia.
La realidad es que el referéndum de autodeterminación es el denominador común del independentismo, que está divido en la mayoría de sus frentes. La principal fractura se visualizó con la ruptura de la coalición de Govern y la mayoría de la investidura que ERC fraguó con Junts y la CUP. Todos los actores no han sido capaces de trazar una estrategia conjunta desde hace años al discrepar sobre si es válido o no el mandato del 1-O, que crea un abismo entre la ANC y Òmnium. La última división se evidenció en la reforma penal pactada por ERC: la ANC se manifestó en contra de ella, con el apoyo de Junts y el rechazo de Òmnium. Ni siquiera coinciden en cómo deben actuar los líderes del procés ante el Supremo: si pidiendo la absolución (ERC) o con indiferencia (Junts). Lo único que les une es la reivindicación de que el movimiento independentista no se acabará hasta que no haya un referéndum y acabe la “represión”. “Es una oportunidad para reactivar los activos del independentismo: la movilización y la unidad”, dijo este miércoles Jordi Turull, secretario general de Junts.
Aragonès arrancó su mandato sin asistir a los actos a los que acudía el Rey. Pero esos gestos parecen agua pasada. El Govern entiende que debe asumir su papel y no ceder espacios a la Delegación del Gobierno. El president remitió una carta la semana pasada a La Moncloa en la que le expuso diferentes temas que quería que se abordaran en la cumbre con Macron, como la oficialidad del catalán en las instituciones europeas, el impulso a diferentes infraestructuras transfronterizas o el corredor mediterráneo. De momento no ha recibido respuesta, pero Aragonès deslizó: “Le corresponde al Gobierno decir si defiende los intereses de los catalanes”.
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