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El beso de la madre de Achraf Hakimi al futbolista durante el Mundial se convierte en un icono artístico con un mural en El Raval

El artista urbano brasileño ‘nadiemedicearte’ crea su mural de ‘paste up’ más viral en Barcelona en homenaje a las madres migrantes como la suya

Nadiemedicearte mural Hakimi Barcelona
El artista brasileño 'Nadiemedicearte' posando delante de su mural en el barrio del Raval este viernes.Gianluca Battista
Rodrigo Marinas

En solo una hora, unas 35 personas se detienen en un rincón de El Raval para fotografiarse. Podría ser el mítico gato de Botero, en la Rambla que vertebra este barrio de Barcelona, pero no. Es un mural en la calle de al lado, Riereta, que recrea el beso entre el jugador de la selección marroquí Achraf Hakimi y su madre tras la victoria en el partido del Mundial contra Bélgica. Este ‘paste up’ ha recibido más de 70.000 ‘Me gusta’ en la cuenta de @barcelonasecreta en Instagram, donde ha sido compartido por el propio Hakimi este viernes.

Detrás de su autor, conocido en redes como @nadiemedicearte, está Diego, artista callejero de 34 años nacido en Brasil, que no se esperaba que alcanzara esta repercusión. Comenzó a experimentar con la fotografía en Chile, donde se crió. Tras varios años, otras técnicas de arte urbano y haber pasado por distintos países como Bolivia, Líbano o Marruecos, ha logrado su trabajo más viral.

Faouzia Chati, miembro de la Asociació de Dones Marroquines a Catalunya posa delante del mural
Faouzia Chati, miembro de la Asociació de Dones Marroquines a Catalunya posa delante del mural Gianluca Battista

Diego, futbolero, estaba viendo el partido en el que se produjo esta escena de cariño que para él representaba “una imagen muy potente”. La editó digitalmente para imprimirla posteriormente en el mural fotográfico, compuesto por más de una docena de planchas de tamaño DIN A3, que pegó él solo la mañana de este miércoles, antes de disputarse la semifinal entre Marruecos y Francia.

Escogió pintar la figura de la madre e hijo en blanco y negro para luego resaltar los colores de la equipación marroquí, acompañado de las palabras “madres migrantes” en castellano y en árabe. Lamenta que la popularidad de su obra en redes sociales también haya despertado “comentarios de odio” respecto a que Hakimi no se haya criado en Marruecos. Debido a episodios como guerras o la falta de oportunidades, “muchas familias de migrantes como la mía no han tenido elección para marcharse de sus países”, señala Diego.

Con independencia del resultado (Marruecos cayó finalmente ante Francia), el artista deseaba “despertar la alegría” en la comunidad marroquí presente en el Raval con una escena “fácil de identificar” para que “cada uno lo interprete de a su forma”. Después de haber sacado fotos a algunas personas que iban solas a retratarse con el mural, Diego espera que aguante más tiempo que los cuatro meses que estuvo su anterior trabajo de ‘paste up’: un Dalí gigante al lado de Plaça Universitat.

Fouzia Chati, miembro de la Associació de Dones Marroquines de Catalunya, concibe este beso como el que le da una madre a su hijo pequeño, “por mucho que crezca”. “Se lo come”, bromea la voluntaria. A diferencia de la mayoría de jugadores, que para ella solo suelen aparecer con familiares como sus parejas o sus hijos después de los partidos, las madres son “sagradas” en el mundo islámico. Como ejemplo, señala otra escena donde es el jugador quien besa la cabeza de su madre.

Aymane, que posa con su móvil frente al mural, era uno de los miles de marroquíes que festejaron la victoria ante España la semana pasada en Plaza de Catalunya con bengalas, fuegos artificiales y música. Este vecino que juega en un equipo del barrio de Horta de delantero celebra el hito histórico que ha supuesto, para la selección marroquí, alcanzar las semifinales de un mundial por primera vez. “Ahora la gente sabe de lo que es capaz un país africano, y que existimos. Estamos muy orgullosos de todos los jugadores”.

Hakimi, criado en el barrio madrileño de Getafe, comentó que su madre trabajaba de limpiadora mientras que su padre era vendedor ambulante. Fátima Yakoubi, voluntaria del Consell Islàmic Cultural, comenta emocionada esa sensación detrás del beso: “El deportista sabe que las madres como ella y yo hemos luchado toda nuestra vida para que lleguen a puestos más altos, aunque no entendamos de fútbol. Estamos allí en los momentos más difíciles en el campo y somos un apoyo muy grande; más que el entrenador, su padre o sus amigos”.

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