Trapero acusa al Departamento de Interior de apartar a los Mossos que rechazan injerencias políticas
El mayor de la policía catalana rompe su silencio desde su destitución: “Han intentado apartarme de la estructura, pero no han podido”
El mayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero, ha roto su silencio después de su destitución, hace casi un año. Lo ha hecho en el Parlament, en el contexto de una comisión que estudia el modelo policial, y con una dureza inusitada. El alto cargo policial ha acusado al Departamento de Interior de destituir a los mandos que se oponen a las presiones políticas, en un contexto de crisis abierta en policía catalana. “Si un profesional no lo permite, no hay intromisión posible”, ha dicho a preguntas de los diputados sobre las acusaciones de injerencias que sobrevuelan los cambios constantes en los Mossos. “Lo que puede pasar es que lo cesen”, ha añadido Trapero. El actual consejero, Joan Ignasi Elena (ERC), ha destituido en menos de un año a dos jefes policiales: el propio Trapero y el comisario Josep Maria Estela.
Trapero ha añadido que el Departamento, además de relevarle como jefe, trató de alejarle de la operativa, atribuyéndole funciones de analista. “Me han intentado apartar de la estructura del cuerpo, pero no lo han hecho porque tengo mis derechos. No han podido”, ha explicado. Y se ha referido al lugar donde pretendían ubicarlo como un sitio “para hacer informes, como un vividor”. “Pero en mi persona, no funciona”, ha asegurado en una comparecencia centrada inicialmente en su trabajo al frente de la División de evaluación de servicios (DAS), pero que ha derivado en una crítica grave y severa sobre las causas de la crisis en los Mossos d’Esquadra, que en los últimos cinco años han tenido siete jefes distintos. El Departamento ha declinado valorar las “opiniones personales” del mayor.
El mayor ha entrado de lleno en la polémica abierta en el cuerpo desde hace meses: unos mandos que denuncia injerencias y un Departamento que define su actuación como necesaria para dirigir la policía. “Una policía democráticamente avanzada no sirve como excusa para disfrazar lo político con carácter técnico”, ha criticado Trapero, que ha defendido un modelo jerárquico, que es así “por ley”, con un “último policía” y un “primer político” que trabajen “coordinadamente pero sin confundir nunca sus papeles”. La referencia es de nuevo una censura a la estructura “coral” de la cúpula elegida por el consejero de Interior para relevarlo y que naufragó nueve meses después. El número uno, Josep Maria Estela, pidió al consejero que cesase a su segundo, Eduard Sallent, al que señaló como desleal. El destituido finalmente fue Estela y Sallent dirige actualmente el cuerpo.
“Una jerarquía mal entendida puede ser un indeseable empoderamiento de la tecnocracia. Igual que algunas formas plurales de decisión pueden difuminar quien toma las decisiones, incluso puede ser una estrategia para traspasar límites y actuar donde no se tiene legitimidad, eso sí, disfrazado de modernidad”, ha añadido Trapero ante la comisión, con presencia de todos los partidos políticos. La coralidad y la modernidad, además de la feminización, no mencionada por el mayor, son algunos de los argumentos esgrimidos por el consejero Elena en los últimos meses para justificar los cambios al frente de los Mossos d’Esquadra.
En su intervención, el mayor ha apuntado además a otra de las denuncias de algunos comisarios de los Mossos: el supuesto poder del jefe de gabinete de Interior, más allá de sus atribuciones “El cuerpo no lo mandan los cargos de confianza, ni otras personas que no figuran en la jerarquía. Estos no pueden dar órdenes a altos mandos de la Generalitat, ni pretenderlo, ni usar su proximidad a los órganos legítimos para dirigir desde la sombra nada”, ha reprobado, señalando que después no “rinden cuentas ni son responsables” de esas actuaciones. Y ha subrayado que los mandos policiales deben dirigir y coordinar a la policía bajo las directrices del director de la policía y del consejero del Interior.
Además, el mando más reconocible de la policía catalana ha criticado la falta de voluntad de transparencia histórica de los responsables políticos. Y ha puesto como ejemplo que en 2015 solicitó que la ciudadanía pudiese tener acceso a los datos delincuencias “de manera abierta y sin filtros”, pero que todos los equipos que han dirigido el Departamento se han negado. “Demasiados años de gestión de las policías desde planteamientos que tienen poco de democráticos y que son oportunistas y clientelares”, ha reflexionado el mayor, que ha considera que eso impide que los Mossos “crezcan con los intereses de la ciudadanía”.
En las respuestas a los diputados, también se ha referido al protocolo de desahucios interno de los Mossos presentado ayer por el Departamento de Interior, y que fue uno de los motivos de tensión entre el consejero Elena y Trapero cuando aún era el jefe del cuerpo. “Sería una humillación, algo que un mando no puede aceptar, que para enviar a según qué unidad deba hacerlo un juez. El mando debe decidir los recursos, tiene suficiente sentido común, experiencia y experteza como para que se obligue a un juez a que sibilinamente los envíe y así nos lo ahorremos”, ha dicho, sobre la intervención de los antidisturbios en los lanzamientos. ERC se comprometió con la CUP que las unidades de orden público no actuarían en los desahucios de personas vulnerables, algo que finalmente ha incumplido.
Precisamente, el teniente fiscal de la Fiscalía Superior de Cataluña Pedro Javier Ariche, que ha precedido a Trapero en la misma comisión, ha señalado que conocieron la existencia del protocolo por la prensa, a pesar de que Interior aseguró que tenía el aval de la Fiscalía. Aroche ha aprovechado su intervención para criticar los relevos al frente de los Mossos d’Esquadra. “El cambio continuo es una situación que causa perplejidad”, ha lamentado. El fiscal ha señalado que conllevan “cambio de proyecto, reestructuración constante, cambio continuo de interlocutores“. Por lo que ha reclamado “cierta estabilidad en el mando de los órganos policiales”.
El fiscal se ha referido también indirectamente a la denuncia del exjefe de investigación de los Mossos, el intendente Toni Rodríguez, que acusó al actual responsable de los Mossos, el comisario Eduard Sallent, de solicitarle información sobre casos de corrupción. “No son admisibles injerencias ni solicitud de información de otros departamentos policiales” a los investigadores que se encuentran en función de policía judicial. “El funcionario responde e informa únicamente al juez o al fiscal. Atiende únicamente a sus órdenes e indicaciones sin ningún tipo de injerencias”, ha sostenido.
Puedes seguir a EL PAÍS Catalunya en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.