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Aragonès incluye al PSC en la negociación de los presupuestos tras reunirse con Illa

El presidente catalán inicia la próxima semana una ronda con los grupos parlamentarios que incluye por primera vez a los socialistas, en busca de alianzas para pactar las cuentas

Salvador Illa
Salvador Illa, en una sesión de control en el Pleno del Parlament.David Zorrakino (Europa Press)
Àngels Piñol

El presidente catalán, Pere Aragonès, y Salvador Illa, líder del PSC y jefe de la oposición, han mantenido esta tarde una reunión en el Palau de la Generalitat para explorar posibles acuerdos en esta nueva etapa de la legislatura. La entrevista ha servido para romper el hielo entre los dos dirigentes y se ha saldado con el anuncio del president de iniciar la próxima semana una ronda de negociaciones con los grupos parlamentarios para abordar las Cuentas. La novedad es que en esa ronda estará incluido el PSC. Con todo, fuentes de Presidencia han apuntado que el president le ha trasladado su posición “ya conocida”, esto es, que su objetivo es pactar los presupuestos con Junts y coronarlos con En Comú Podem o la CUP.

La reunión, de hora y media de duración, se ha saldado con la emisión por ambas partes de dos comunicados. Ni Aragonès ni Illa han realizado declaraciones tras el encuentro. Presidencia ha querido etiquetar expresamente la reunión de carácter “privado” hasta el punto que la entrevista no figuraba en la agenda oficial del president. Los socialistas, que han respetado el enfoque, han reiterado que su objetivo es el de mantener una negociación presupuestaria “clásica” para que Cataluña tenga un presupuesto en 2023 y que estén vigentes el 1 de enero. Para que eso suceda, el Consell Executiu debería aprobar el proyecto de Presupuestos en la reunión ordinaria de la próxima semana, algo que no está en los planes del Govern. Aragonès le ha trasladado a Illa su preocupación por la falta de compromiso del Estado en el Pacto del coche eléctrico o la situación de los trenes de Rodalies (Cercanías en Cataluña).

Con el apoyo de solo de 33 diputados de un total de 135, el Govern monocolor tiene ante sí la difícil tarea de pactar las cuentas. Pese a que el PSC es el primer grupo de la Cámara —con los mismos escaños que ERC, pero tras obtener más votos—, Aragonès no le ha dispensado este viernes ningún trato preferencial ignorando las matemáticas o la futura geometría variable. Los números dicen que siempre necesitará a uno de estos dos actores: O a Junts (32 escaños) o al PSC (33). De momento, el president ha aplicado a rajatabla su guion de dar preferencia a sus socios potenciales o con quién le agradaría aprobar las cuentas y ha relegado a los socialistas. Por el Palau de la Generalitat ya desfilaron el 9 de octubre las diputadas anticapitalistas Dolors Sabaté y Eulàlia Reguant (CUP); el día 14, Jéssica Albiach (En Comú Podem)y el 19, Jordi Turull (Junts).

Tras la ruptura de la coalición, la ejecutiva del PSC aprobó la estrategia de no ser soporte y “salvar” al Ejecutivo pero sí de propiciar la aprobación de las cuentas. Aragonès siempre ha sido reacio a depender de los votos socialistas en el Parlament para no estar condicionado después en la negociación en el Congreso con el PSOE. Por ello ha fijado que su prioridad sea la de pactar las Cuentas primero con Junts alegando que el proyecto es el que diseñó el exconsejero Jaume Giró y después con En Comú Podem —pactaron las cuentas en 2020 y 2022— y la CUP. La sensación que tienen los socialistas es que Esquerra apuesta en realidad por una prórroga técnica de las Cuentas y no aprobarlas hasta después de las elecciones municipales de mayo de 2023. Esa hipótesis implicaría, según los socialistas, dejar en el aire los 3.000 millones de euros adicionales y entorpecer cualquier inversión. El Govern podría aprobar esos gastos mediante decretos-leyes que en cualquier caso deberían ser convalidados en el Parlament.

Oferta en saco roto

Illa ya propuso en agosto a Aragonès, antes, por tanto, de la ruptura del Govern, negociar los presupuestos. La oferta cayó entonces en saco roto. La situación era, sin embargo, distinta porque no se había producido aun la ruptura con Junts y Aragonès disponía del apoyo de 65 de 135 diputados (la mayoría absoluta está fijada en 68) del Parlament. Alícia Romero, portavoz del PSC en el Parlament, ya ha anticipado este viernes por la mañana que no eran excesivamente optimistas con los resultados que podía arrojar la reunión. “Mucha prisa desde luego no ha tenido”, ha afirmado apuntando esta entrevista se ha producido tres semanas después de la ruptura del Govern.

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El nuevo Govern de Aragonès tuvo un aterrizaje en el Parlament un tanto accidentado. La oposición le reprochó su extrema debilidad y falta de talante negociador y acto seguido le tumbó la votación del plan estadístico que una semana antes había prosperado sin dificultad. Pese a ello, el president ha fijado su rumbo de querer pactar las cuentas con Junts y seguir con su plan de seguir ampliando la base y fichando a exdirigentes de otros partidos en este caso de la CUP. A los tres consejeros que ha incorporado con origen en otras formaciones —Gemma Ubasart (Justicia), exlíder de Podem; Carles Campuzano (Drets Socials), exPDeCAT y Quim Nadal (Justicia), ex PSC— se le ha incorporado ahora el fichaje de la exdiputada y ex militante de la CUP, Mireia Boia como directora general de Calidad y Cambio Climática del departamento del ramo.

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