ERC pide que la negociación de los Presupuestos y el proceso de desjudicialización avancen “al mismo tiempo”

Esquerra Republicana da por hecho que hará sudar la camiseta a Pedro Sánchez y su Gobierno si quieren su apoyo para los Presupuestos Generales del próximo año. Marta Vilalta, la portavoz de los republicanos, ha querido apartarse de la diferencia que hace el Ejecutivo sobre la negociación de las cuentas y la de los acuerdos políticos sobre el conflicto en Cataluña y ha recordado que la voluntad de su formación es que “todo avance al mismo tiempo”. La gran cantidad de “deberes pendientes”, ha dicho Vilalta, lleva a que al día de hoy en ERC se vean “muy lejos” de poder dar el sí a los Presupuestos. Este viernes vence el plazo para registrar enmiendas a la totalidad.

“La poca inversión en vivienda no aparece reflejada como querríamos. Hay muchos deberes pendientes, tanto en la agenda antirrepresiva como en las partidas. Y queremos que todo avance al mismo tiempo”, ha explicado Vilalta este lunes, tras la rueda de prensa posterior a la reunión de la cúpula de la formación. El debate de las enmiendas a la totalidad es el día 27, pero hasta este viernes los grupos tienen tiempo para registrarlas.

Se trata del tono con el que usualmente los republicanos, socios prioritarios del Ejecutivo PSOE-Podemos, han afrontado las votaciones claves de la legislatura, pero, en este caso, hay una diferencia radical. El Govern en minoría de ERC, tras la salida de Junts, obliga a tener en cuenta sí o sí al PSC en cualquier ecuación en el Parlament. Los de Pere Aragonès intentan despegarse de la dependencia de los socialistas para sacar adelante las cuentas autonómicas, al mismo tiempo que quieren hacer desaparecer cualquier intento del PSOE de que las votaciones en las respectivas cámaras sea un mero cambio de cromos.

Vilalta se ha sumado a los llamamientos al Gobierno para que “se ponga las pilas” y muestre la voluntad de cumplir los diversos acuerdos a los que se ha llegado con ERC. Pero esa invitación llega condicionada por dos situaciones. Por un lado, el balance que demuestra la lentitud de la inversión en Cataluña, pese a que desde La Moncloa se insistía en el renovado impulso al cumplimiento y el debate sobre los cambios en el Código Penal. En los últimos días, los republicanos insisten en que ese punto de la “agenda antirrepresiva” es básico para negociar y aspiran a que se retoque el delito de sedición. En el Ejecutivo insisten en que no se pueden mezclar ambas negociaciones.

Cambiar tanto las penas como el tipo en la sedición abriría la puerta a que, por ejemplo, pudieran regresar tanto Marta Rovira como Carles Puigdemont (ambos huidos de la justicia) y que al volver al España, por ejemplo, no tuvieran que ir directamente a prisión preventiva. Sánchez, en su discurso de toma de posesión, se pronunció a favor de una armonización del Código Penal, pero desde entonces defiende que no es posible porque no hay una mayoría que lo apruebe en el Congreso. Algo que obvia la que le permitió salir investido como presidente.

El futuro de las cuentas de la Generalitat también están en vilo. ERC necesita que al menos tanto Junts como el PSC se abstengan en una votación endiablada donde también son necesarios los votos de En Comú Podem. El Govern solo tiene 33 apoyos asegurados, de un total de 135 escaños. El nuevo consejero de Universidades, el exlíder del PSC Joaquim Nadal, no ha cerrado la puerta este lunes a que los Presupuestos de la Generalitat salgan adelante con los votos de su exformación. El portavoz de Junts, Josep Rius, ha pedido a Pere Aragonès que se aclare sobre con quién piensa negociar o no, ante la divergencia de opiniones mostradas en su partido.

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