Junts se queda en el Govern a la espera de la decisión de la militancia
La ejecutiva del partido ha celebrado una reunión de más de 10 horas y consultará a los militantes los próximos 6 y 7 de octubre
La tensión agónica en el Gobierno catalán va camino de prolongarse al menos otros diez días. La dirección de Junts per Catalunya ha decidido quedarse por ahora dentro del Ejecutivo y consultar a la militancia su permanencia o no en el pese a la grave crisis desatada tras la decisión del president Pere Aragonès de destituir al vicepresidente Jordi Puigneró por falta de confianza. La cúpula del partido ha debatido en una maratoniana reunión de más de 10 horas –ha empezado a las 10.00 de la mañana y ha acabado a las 20.00- apostar por mantenerse en el Govern, al menos por ahora. Finalmente, los dirigentes del partido de Laura Borràs y Jordi Turull han decidido prolongar la incertidumbre, ya que la consulta a la militancia, con una pregunta que no se concretará hasta el lunes, será los próximos 6 y 7 de octubre. Antes de esta votación, durante el próximo fin de semana, Junts ha emplazado a ERC a sentarse para concretar cuestiones sobre el cumplimiento del acuerdo de gobernabilidad, que los de Laura Borràs consideran que no se está ejecutando.
La propuesta de Junts no parece haber seducido a Esquerra que la conoció, de entrada, por los medios de comunicación. Los republicanos sostienen que Aragonès ya contestó a las tres peticiones que inquietan a Junts sobre la estrategia independentista y no ven que haya novedades además de que tampoco han descartado pedir a Aragonès que se someta a la cuestión de confianza que, a la postre, desembocó en la destitución de Puigneró. La postura de ERC es que la Generalitat necesita estabilidad. “Ya dijo ayer que quería mantener la coalición con Junts pero que respondan claramente a si quieren ser gobierno u oposición”, señalaron fuentes de Presidencia. Aragonès pidió anoche celeridad en su decisión.
Borràs y Turull han comparecido ante los periodistas para dar cuenta del acuerdo de la ejecutiva del partido. Han insistido en que hay unidad dentro de la formación, si bien han sido necesarias diez horas de reunión para acordar que sea la militancia quien acabe decidiendo. Dentro de la dirección de Junts había partidarios de una ruptura exprés. Este sector, encabezado por Laura Borràs, no ha conseguido totalmente sus objetivos. Tampoco los partidarios de una negociación pausada han salido victoriosos, ya que finalmente será la militancia quien acabe votando. De momento, no propondrán ningún candidato para substituir a Puigernó. Es posible que intervenga este viernes en la sesión final del Debate de Política General en el Parlament.
En su intervención, Turull ha reclamado “concreciones y garantías” para hacer cumplir el pacto de investidura aunque ha eludido entrar en detalles. “No se trata de un ultimátum”, ha sostenido en alusión a la negociación exprés que plantean señalando, además, que las bases tendrán libertad de voto en la consulta que celebrarán la semana que viene. Junts insiste en tres peticiones al president: que la mesa de diálogo de la Generaliat con el Gobierno se limite a una negociación sobre la autodeterminación de Cataluña y una eventual “amnistía” de los condenados por el proceso independentista. También exigen que se cree un grupo de coordinación de la acción de los partidos independentistas, así como una acción conjunta de ERC y Junts en el Congreso. Los republicanos se resisten a ello porque no quieren supeditar su acción a la de otro partido, especialmente en este ciclo electoral, en el que ostentan la presidencia de la Generalitat y han vencido en las urnas a sus eternos rivales independentistas.
Los consejeros del Gobierno catalán que pertenecen a Junts han puesto esta mañana su cargo a disposición del partido tras el cese de Puigneró. La ejecutiva ha debatido estos tres escenarios: abandonar el Ejecutivo (ERC dice que eso no implicará unas nuevas elecciones); aceptar las condiciones del president y buscarle un reemplazo al número dos defenestrado u optar por intentar marcar perfil cambiando caras dentro de los siete consejeros que le corresponden en el reparto del Ejecutivo. Antes de la reunión, Turull ha declarado en Rac1 que siente una “absoluta tristeza” por la crisis que desembocó en el cese del número dos. “Con la decisión de ayer nos sentimos bastante expulsados del Govern”, ha sentenciado Turull que se ha atribuido la responsabilidad, compartida con Borràs y Batet, de exigir a Aragonès que presente una cuestión de confianza. El dirigente ha desvinculado a Puigneró de esa estrategia .Más allá de la bulla dentro del Govern, Turull también ha criticado los escasos réditos que, según él, ha dado la alianza entre ambas formaciones. “No avanzamos hacia la independencia, más bien vamos hacia atrás”, ha resumido antes de emocionarse en plena entrevista.
Borràs se ha auto descartado este jueves para ocupar la vicepresidencia del Govern y ha recordado que al inicio de la legislatura ya decidió “no entrar en este Gobierno” como vicepresidenta, y se presentó “como presidenta del Parlament”. En declaraciones a Onda Cero, antes de la ejecutiva, Borràs —que está suspendida como presidenta de la Cámara tras ser procesada por delitos de corrupción— ha denunciado que la destitución de Puigneró “reviste una extraordinaria gravedad”, ya que implica falta de “lealtad” del presidente de la Generalitat hacia sus socios y falta de “cultura de gobierno de coalición”, por su “decisión unilateral”.
Junts se enfrenta a una decisión muy difícil, en la que cuentan no solo el cálculo político; la indigestión que aún genera haber perdido ante ERC en el 14-F; el vértigo de perder el poder institucional y más de 250 cargos de asesores y personal de confianza (muy bien pagos) que provee la Administración catalana. Hay una parte de la dirección del partido que quiere dejar el Ejecutivo, entre ellos el expresidente Carles Puigdemont, y centrarse en que Junts se erija en la formación verdaderamente independentista, sin hipotecas con los republicanos. Pero otro sector, los consejeros actuales, aboga por mantener la coalición, una fórmula que implica bien sea solo reemplazar a Puigneró o hacer un cambio más a fondo que permita marcar perfil. Con todo, está el compromiso de la dirección de que la última decisión sea sometida a la voluntad de la militancia. Por su parte, la consejera de la Presidencia, Laura Vilagrà, de ERC, ha descartado “con rotundidad” la convocatoria de elecciones. “El Govern continuará, el Govern está vigente. Empezó justo hace un año y medio, tenemos un programa de Govern que estamos ejecutando”, ha sostenido.
El Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya (DOGC) ha publicado este jueves el cese de Puigneró como vicepresidente del Govern y consejero de Políticas Digitales y Territorio. El hasta ahora vicepresidente reaccionó de madrugada a su destitución y afirmó en redes sociales que lo pueden “cesar” del cargo, pero que “lo que no cesará nunca” es su “compromiso” independentista. Salvador Illa, presidente del grupo socialista en el Parlament, ya calificó el martes al Govern de “juguete roto” horas antes del estallido de la crisis. El también líder de la oposición ha avanzado que sus diputados no votarán a favor de la cuestión de confianza en el Parlament –el PP la ha incluido en la propuesta de resolución que se votan hoy en el Debate de Política General- pero reclamó a Aragonès que explique cómo piensa gobernar si Junts sale del Ejecutivo. El PSC no quiere elecciones -”No es tiempo de aventuras”- ni se plantea poder entrar en un hipotético ejecutivo con ERC. Su oferta ha sido hasta ahora la de tender la mano al Govern para aprobar los presupuestos. El Gobierno necesita los votos de ERC para aprobar los suyos.
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