Desmantelado un ‘astillero’ de narcolanchas en la Costa Brava
Un operativo policial se salda con 18 detenidos por construir embarcaciones destinadas al tráfico de hachís en el Estrecho
La policía ha asestado un duro golpe a una organización criminal que se dedicaba a construir narcolanchas en la Costa Brava destinadas al tráfico de hachís en el Estrecho de Gibraltar. Un operativo conjunto desplegado este martes por los Mossos d’Esquadra, la Guardia Civil y el Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) ha practicado siete entradas y registros en cinco localidades de Girona y Barcelona por organización criminal, tráfico de drogas y contrabando. Entre los detenidos españoles y marroquíes, también están algunos de los traficantes que habían comprado las narcolanchas.
La investigación, que se inició hace más de un año bajo la tutela del juzgado de instrucción número 1 de Figueres, se ha desarrollado de madrugada con registros en Empuriabrava (Castelló d’Empúries), Salt, Figueres, Roses y El Prat de Llobregat. En esas viviendas se encontraban los principales sospechosos de la construcción y compraventa de unas narcolanchas de más de ocho metros de eslora.
Un decreto aprobado en 2018 fijó una serie de prohibiciones sobre embarcaciones neumáticas y semirígidas de alta velocidad como medida para luchar contra el tráfico de drogas y de personas. Esa norma fija que quienes quieran fabricar, reparar, vender o tener una de ellas debe hacer “una solicitud de autorización de embarcación”. Incumplir la norma hace que las embarcaciones tengan la consideración de “género prohibido”, según la ley de 1995 de represión del contrabando. Las embarcaciones afectadas por esta norma son las de más de ocho metros de eslora o las de igual o inferior tamaño pero con una potencia máxima igual o superior a 150 kw, independientemente del número de motores.
El principal sospechoso de fabricar y vender las narcolanchas, que regenta una empresa legal en el sector náutico, se hacía traer cascos de eslora superior de Portugal, donde no están prohibidos. Según fuentes cercanas al caso, una vez en Empuriabrava las colocaba en una nave y allí, de forma discreta, revestía el casco e instalaba cuatro motores de alta potencia valorados, cada uno de ellos, en más de 40.000 euros. Uno de los detenidos es la persona que importaba los cascos.
Los compradores de estas lanchas son presuntos narcotraficantes de Salt, de El Prat de Llobregat y, sospechan los investigadores, el objetivo final de muchas de estas embarcaciones era el tráfico de hachís a través del Estrecho. Los traficantes las echaban al mar en distintos puertos de la demarcación, por lo que los investigadores sospechan que también habría gente implicada de los puertos o relacionada con ellos.
El operativo, que ha permitido desmantelar el astillero, también se ha saldado con la intervención de varias embarcaciones semirígidas, motos de agua, cinco vehículos y motocicletas de los detenidos y el decomiso de algo más de 400 gramos de cocaína y de unos 50.000 euros. Por el momento, los investigadores desconocen cuántas narcolanchas puede haber construido este taller clandestino, pero seguro que más de media docena. Esta operación, liderada por agentes del Área de Investigación Criminal (AIC) de los Mossos d’Esquadra de Girona y agentes de Policía Judicial de la Zona de Cataluña de la Guardia Civil, y agentes del Servicio de Vigilancia Aduanera de Girona, Lleida y Barcelona, ha supuesto un importante golpe contra el tráfico de drogas en la zona noreste de España.
Fuentes cercanas a la investigación no descartan que pueda haber más detenciones. El juez que lleva el caso mantiene el secreto de sumario y ha ordenado el bloqueo de las cuentas de una parte de los detenidos.
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