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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Orden en el caos

Xavier Trias condiciona ser candidato a la alcaldía de Barcelona a la difícil tarea de que que Junts per Catalunya “se aclare”

Xavier Trias, exalcalde de Barcelona, en una imagen de archivo.
Xavier Trias, exalcalde de Barcelona, en una imagen de archivo.albert Garcia
Francesc Valls

Hay figuras de orden cuya presencia chirría dentro de la organización en que militan o a la que aspiran o esperan representar en las instituciones. Este es el caso de Xavier Trias, ex alcalde de Barcelona, ex portavoz en el Congreso de CiU y ex consejero de Sanidad de la Generalitat con Jordi Pujol. Hace unos días, en declaraciones a Catalunya Ràdio instó a Junts per Catalunya a “aclararse” si la formación quiere que él sea el candidato a las elecciones municipales de 2023 en la capital catalana. “No me interesa ser una figura en medio del desorden”, sentenció.

El partido que preside la indómita presidenta suspendida del Parlament, Laura Borràs, está sometido a las pulsiones del populismo que su secretario general, Jordi Turull, trata de encauzar políticamente gracias al instinto convergente. Junts está ahora inmerso en decidir —al menos sobre el papel— si continua o no en el Ejecutivo catalán, donde no cesa de torpedear por soberanistamente tibio a su socio, Esquerra Republicana.

Una de las descripciones más afinadas de esa combate entre orden y caos salió de Albert Batlle, teniente de alcalde Prevención y Seguridad del Ayuntamiento de Barcelona. A propósito del entonces president, Quim Torra, y de las manifestaciones en respuesta a la sentencia de 2019 del Tribunal Supremo contra Oriol Junqueras y otros líderes del procés, sentenció: “El señor presidente de la Generalitat, un día a las 12 del mediodía, deja su despacho, se pone unas zapatillas y se va a cortar la principal arteria del país”.

Y es que la figura de Trias es difícil de que encaje en un partido que hasta ahora ha tenido a gala moverse más por el estómago que por el cerebro. Es difícil situar al ex alcalde de Barcelona cortando la Meridiana. O interrumpiendo con gritos y abucheos, el pasado 17 de agosto, el minuto de silencio en recuerdo de las víctimas de los atentados yihadistas en La Rambla y en el paseo marítimo de Cambrils. Trias no es Borràs aunque ambos formen parte de la misma macedonia.

Y ello a pesar de que el ex consejero catalán de Salud también ha caminado por el lado salvaje de la política. Si Ada Colau hubiera ordenado —como hizo Trias en 2015— pagar el alquiler, derrama de la comunidad y hasta la tasa de basuras a los okupas del “banco expropiado” de Gràcia, el anatema hubiera caído sobre ella. Pero los convergentes entonces prefirieron pagar y evitar desórdenes “ante la previsión cierta de que el lanzamiento forzoso de los ocupantes del local ocasionará disturbios y altercados”, según el contrato firmado entre ambas partes.

Una cosa, sin embargo, es comprar la paz para salvaguardar el orden —muy en la tradición de la derecha— y otra muy distinta vivir instalados en la agitación como medio de vida. Promover la declaración unilateral de independencia y lamentarse de una financiación autonómica cuya negociación se ha soslayado es un plato de difícil digestión para el estómago político de un veterano convergente, por mucho que haya sido evolucionado y que haya sido baqueteado por los montajes falsos de la “policía patriótica” dirigida por el PP, como la supuesta cuenta corriente en Suiza.

Compatibilizar las dos almas, contraponer las virtudes de lo apolíneo sobre la tendencia irrefrenable a lo dionisíaco no es tarea fácil. El ADN del Junts per Cataluña post Carles Puigdemont está todavía pendiente de análisis. “Y yo digo, aclararos y cuando os hayáis aclarado, hablamos”, declaró Trias. Más explícito imposible.



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