Vecinos de La Bisbal, ante la tormenta de granizo: “Era como el apocalipsis, parecía que caían bombas”
El pedrisco, con bolas de hielo de 11 centímetros, deja un muerto, 70 heridos e importantes daños materiales en el municipio gerundense
En La Bisbal d’Empordà (Girona) este miércoles no se habla de otra cosa. “Era como el apocalipsis, parecía que caían bombas”, detalla la dependienta de una cafetería. La tormenta de granizo “sin precedentes”, con piedras de más de 10 centímetros de diámetro, que este martes por la tarde se cebó con la capital del Baix Empordà dejó unos 70 heridos y serios destrozos tanto en edificios públicos, viviendas privadas como en el parque móvil local. También sufrieron los efectos de los pedriscos numerosas aves que quedaron muertas en el suelo, entre las ramas caídas que las cobijaban y cultivos de municipios vecinos. La tormenta no solo es la más fuerte de este tipo registrada en Cataluña en 20 años, según la Generalitat, que ha explicado que las piedras caídas del cielo son las de mayor tamaño conocidas en la comunidad desde 2002, también es la más violenta que ha habido en el España.
Poco después de las siete y media de la tarde, el cielo se ennegreció y “fue algo increíble”, detallan empleadas de la cafetería-pastelería Font. “Empezaron a caer pedriscos y ni una gota de agua. Los impactos eran terribles, chocaban contra el suelo, rebotaban e iban a los cristales”, explican. “La mayoría de los clientes de la terraza se asustaron y entraron en el local, menos una pequeña con su familia que temió moverse y se escondió bajo una mesa”, cuenta la dependienta. Más o menos a esa hora, una niña de 20 meses que estaba en casa se asomaba al patio interior. La desgracia quiso que uno de los pedriscos impactara en su cabeza violentamente, quedara malherida y muriera horas después en el Hospital Trueta de Girona.
Una mujer atendida en este centro salió de alta de madrugada. Otras 67 personas resultaron heridas de diversa consideración, la mayoría con contusiones, fracturas y cortes. Unas 35 fueron atendidas en el hospital de Palamós y 32 en el Centro de Atención Primaria (CAP) de la Bisbal. Precisamente el CAP fue uno de los más afectados: los cristales de las claraboyas de los 11 consultorios se rompieron y han sido tapados con lonas mientras se reparan. Otro de los edificios municipales afectados es el Museo de Terracota que ha sufrido grandes desperfectos. También en el Consistorio los pedriscos rompieron la claraboya y agujerearon una cristalera de colores.
Decenas de edificios de esta localidad de poco más de 11.000 habitantes se vieron afectados. Muchas cornisas han quedado dañadas y centenares de tejas han saltado o se han roto. Lo cuenta Jordi Bassa, de la administración de Lotería Viñolas: “En el edificio de la lotería me ha quedado dañada la cornisa; en casa, las placas solares y en el coche, tanto las lunas como el techo de cristal se han roto en mil pedazos”, lamenta. Pero no se queja, tiene hora el viernes en la aseguradora mientras otros deberán esperar a mediados de la semana que viene. La alcaldesa accidental, Carme Vall, advierte del estado de cornisas y tejados. “Debemos revisarlos y arreglarlos antes de que lleguen fuertes tramontanadas y pueda haber un grave peligro para la gente”. Los Bomberos han hecho medio centenar de servicios “limpiando” estos desperfectos y revisado cableados de luz.
Las grúas han retirado un centenar de vehículos y otros tantos siguen donde fueron atacados por los violentos pedriscos que reventaron las lunas traseras y dejaron la chapa deformadas por grandes impactos. A muchos conductores les quedan horas de espera para tener tanda. “Prácticamente la totalidad de los vehículos que había estacionados en las calles de La Bisbal han sufrido desperfectos”, ha apuntado Vall. Entre los afectados, los dos de la Policía Local -que ha tenido que recurrir a un viejo automóvil y alquilar otro-, y nueve de los Mossos d’Esquadra. El subinspector de la comisaría de la localidad, Martí Pons, cuenta que “desde la jefatura la respuesta para reponer los vehículos ha sido inmediata” y que “se ha aumentado el patrullaje” para evitar robos y otros hechos delictivos aprovechando el daño en los edificios y los coches de La Bisbal y municipios vecinos. Algunas personas ya denunciaron ayer sustracciones en vehículos con las lunas rotas.
El Govern, que está acabando de evaluar el impacto de la tormenta, ha anunciado que abrirá una línea de ayudas de emergencias para los municipios afectados. La consellera de Presidencia, Laura Vilagrà, tras visitar La Bisbal junto con el vicepresidente Jordi Puigneró, ha indicado que estas ayudas serán para paliar los efectos del temporal tanto en el espacio público, como el mobiliario urbano o la iluminación, cuya afectación “es muy grande”. Para Puigneró, es “prematuro” hablar de una declaración de zona catastrófica. Ambos se han reunido con alcaldes de localidades vecinas para saber el alcance de los daños, sobretodo en campos y cubiertos. Las banderas de la Bisbal ondean a media asta.
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