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Las niñas de Barcelona están menos satisfechas con su vida y con su cuerpo que los niños

La Encuesta de Bienestar Subjetivo de la Infancia del Ayuntamiento detecta problemáticas que se gestan desde los 10 - 11 años

Clara Blanchar
Matemáticas
Una escuela de Barcelona durante las pruebas de competencias básicas, en una imagen de archivo.Massimiliano Minocri

El Ayuntamiento de Barcelona ha hecho público este viernes los primeros resultado de la Encuesta de Bienestar Subjetivo de la Infancia 2021, la segunda edición de un trabajo que también se hizo en 2017. Con una muestra de 4.500 niños y niñas de entre 8 y 11 años (de tercero a sexto de educación primaria) de 58 escuelas de la ciudad, la encuesta muestra un optimismo de los vecinos más jóvenes de la ciudad que está por encima del de los adultos (han contado las autoras que este sesgo de alegría vital es normal en menores). Pero muestra tendencias relevantes y a tener en cuenta. Por ejemplo, que las niñas están menos satisfechas con su vida que los niños. O que los niños de barrios con situaciones socioeconómicas desfavorables, también están menos satisfechos que el resto. De media general, los preguntados están satisfechos con su vida con una media de 8,7 sobre 10 (un poco menos que antes de la pandemia, cuando puntuaban con un 9 sobre 10).

La encuesta permite detectar, ha explicado la coordinadora del trabajo, Mari Corominas, “que en la infancia hay muchas problemáticas que se están gestando”. Se ha referido a las diferencias entre niñas y niños, especialmente relevante cuando ellas se refieren a la satisfacción respecto a su propio cuerpo. Las niñas que declaran estar muy satisfechas con su cuerpo son casi siete puntos menos que los niños. “Va in crescendo, porque tenemos otros datos de la encuesta a adolescentes donde las diferencias todavía crecen más”, ha avisado. Llama la atención, por ejemplo, que el porcentaje de niñas poco o nada satisfechas con su vida en general dobla el de los niños a los 10-11 años: 12,9% ellas respecto a 7,4%, ellos.

Esta diferencia no aparecía en la encuesta de 2017, ha señalado la coordinadora del trabajo. Una muestra que la presión estética aumenta y que la insatisfacción con el propio cuerpo tiene un gran peso en la satisfacción vital, han añadido las coordinadoras del trabajo. En cambio, los niños se muestran menos satisfechos que las niñas con los aprendizajes escolares (un 7,6% menos de muy satisfechos) o la vida escolar (-7,6%).

Las diferencias genéricas entre niños de barrios favorecidos y desfavorecidas también existen, pero son menos acentuadas que entre niños y niñas. Un 12,8% de los pequeños que viven en contextos económicamente desfavorecidos se muestran poco o nada satisfechos con su vida respecto a un 8,9% de lo que responden en barrios con rentas mayores.

El ámbito que más positivamente valoran los preguntados es la salud: un 85,3% se declara muy satisfecho con su salud. En la encuesta, los niños explican las ocho experiencias más significativas para estar satisfechos con la vida y se constata lo importante que es la familia para ellos. Las ocho experiencias son pasárselo bien con la familia, que las amistades les traten bien, sentir que la familia les ayudó durante la pandemia, o sentirse seguros en la escuela. También les importa pasar tiempo con la familia, hacer cosas divertidas con sus amigos en espacios al aire libre de su barrio, que sus vecinos sean amables con los niños o salir a la naturaleza.

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En relación a la pandemia las preocupaciones de los niños de 10 y 11 años de la ciudad señalan como principales preocupaciones si las personas a las que conocen se infectarán (el 50,2% se muestra muy preocupado); la economía familiar (26,6% muy preocupado), posibles cambios en la vida escolar (25,1% muy preocupado), o si sacarán malas notas (23,3% muy preocupado).

Para que los preguntados se muestren más satisfechos con su vida en global, los tres ámbitos son la satisfacción con la seguridad personal, con la vida con la familia y con el propio cuerpo. En 2017, estos ámbitos con mayor peso fueron la satisfacción con la escucha de los adultos, la seguridad personal, el uso del tiempo y el propio cuerpo.

La encuesta también pregunta por las tecnologías. Casi la mitad de la infancia de la ciudad tiene teléfono móvil propio (47,5%) y suelen hacer un uso problemático de internet, porque les resulta difícil dejar de utilizarlo, aunque reconocen que deberían hacerlo más. El 57,3% de los niños de 10 y 11 años mira el móvil cuando está en la cama antes de dormir. El 58,5% tiene un límite diario por parte de los padres sobre cuánto rato puede utilizarlo.

“Los niños son entusiastas y vitales pero se enteran de todo. Están preocupados porque ninguno de los suyos se contagie y por la economía familiar de la pandemia. Conviven con una realidad social y viven la presión social igual que los adultos”, ha sintetizado el concejal de Infancia, Joan Ramon Riera, en la presentación de los resultados de la encuesta. El concejal ha hecho hincapié en que “los datos son muy buenos, pero con diferenciales” en los que hay que pensar, entre los que ha destacado que la divisoria entre sexos sea mas grande que la económica a la hora de medir la satisfacción con su vida.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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