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Aragonès y Sánchez escenifican su nuevo acercamiento ante el empresariado catalán

Pese a la cortesía entre los presidentes, su reunión para tratar el ‘caso Pegasus’ sigue sin fecha

El president de la Generalitat, Pere Aragonès (izq,) y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (der.) a su llegada a la cena de Pimec en el Camp Nou.Foto: GIANLUCA BATTISTA | Vídeo: EUROPA PRESS

Pese a que oficialmente las relaciones políticas entre el Gobierno y la Generalitat siguen congeladas por el caso Pegasus, continúan las maniobras para encarrilar el acercamiento. La última este lunes, en la cena de los premios de la patronal Pimec en Barcelona. El presidente Pedro Sánchez y el jefe del Govern, Pere Aragonès, coincidieron en el evento celebrado en el Camp Nou, manteniendo en todo momento la cordialidad institucional propia de estas ocasiones. Sus equipos siguen en contacto para cerrar en breve un encuentro entre ambos donde sí se aborde la crisis derivada del espionaje y los incumplimientos en materia de inversiones.

Ambos líderes compartieron mesa presidencial, se saludaron de manera protocolaria y posaron para las fotos de rigor. Lo mínimo que se puede esperar en un acto de este tipo pero que era impensable en momentos recientes de la política en Cataluña. No hablaron en privado pero sí han compartieron corrillo en el palco junto a los directivos de Pimec, la ministra de transporte, Raquel Sánchez y las alcaldesas de Barcelona, Ada Colau, y de L’Hospitalet, Núria Marín. Fuentes del gabinete del president aseguraron que esa conversación ha girado, aparte de la lluvia, sobre las consecuencias económicas y sociales que la guerra en Ucrania está teniendo sobre la economía catalana.

Pese al acercamiento, en los discursos oficiales cada uno sigue en su carril. Sánchez puso en valor la respuesta europea ante la crisis económica y social desatada por la guerra en Ucrania. Aragonès, por su parte, pidió que se cumplan los compromisos adquiridos, una invitación que se puede leer tanto desde los incumplimientos en inversiones como en la promesa del jefe del Gobierno para reunirse y aclarar el escándalo del espionaje.

En el aire había cierta cierta sensación de déjà vu. Fue también en otra cita de carácter económico, las jornadas anuales del Circulo de Economía el pasado mes de junio, cuando los dos presidentes se vieron por primera vez, cara a cara, después de que se conociera el seguimiento a los móviles de más de 60 independentistas y que solo en una decena de casos sí tenían cobertura legal. Allí el saludo fue más tenso y salió el compromiso de reunirse en privado, que sigue sin fructificar.

En ese foro, Sánchez también puso el foco en su apuesta por el diálogo, algo ha repetido este lunes. “Soy un firme creyente del diálogo. A lo largo de estos años, no solo por necesidad, sino por convicción. Hemos articulado muchos espacios para materializar ese diálogo”, dijo el presidente. Aragonès, por su parte, ha ofreció a Sánchez que se cree un mecanismo para auditar el nivel de cumplimiento de las inversiones del Estado en Cataluña y dijo que, de ser necesario, lo aplicaría también a las que figuran en sus cuentas.

Tanto el president como Colau aprovecharon para pedir a Sánchez investigar lo ocurrido en la valla que separa a Melilla de Marruecos tras la muerte de unas 30 personas durante el operativo para detener un intento de salto masivo. Cañete agradeció especialmente a Sánchez por no haber cancelado su asistencia al acto en la capital catalana, teniendo en cuenta la apretada agenda derivada de la reunión de la OTAN en Madrid. En su discurso, además de insistir en la necesidad de que las pymes se vean representadas con voz propia en el diálogo social, el presidente de Pimec manifestó su respeto a los diferentes pactos que permiten la gobernabilidad en diferentes niveles de la Administración pero reclamó “un mayor diálogo consenso y compromiso”. “Creemos que, desde el respeto a las minorías, incluso buscando soluciones para las mismas, estas no pueden condicionar los intereses generales. Se hace más que nunca trabajar en el diálogo”, dijo.

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Críticas en Junts

Para el Govern, las relaciones con el Ejecutivo central siguen congeladas hasta que no se aclaren los hechos por el caso Pegasus aunque es evidente que de lado y lado se están dando pasos para encarrilar la situación. Pese a ello, en Junts per Catalunya no gustan esos acercamientos. Este lunes, Josep Rius, portavoz de Junts, aprovechó para recordarle a ERC que al frente de Cataluña hay un “gobierno de coalición” y que, como tal, es menester que los dos socios que lo integran tomen las decisiones de manera consensuada.

“Es preocupante esa tendencia de Esquerra”, apuntó Rius, en alusión al encuentro mantenido recientemente por la consejera de Presidencia, Laura Vilagrà, con el ministro Félix Bolaños. Hace menos de un mes que el tándem Jordi Turull y Laura Borràs está al frente del partido impulsado por Carles Puigdemont, Rius aprovechó para mandar un aviso a los republicanos: “tienen que entender que estamos en nueva etapa”, dijo. En este sentido, la formación recela de un posible encuentro entre Pere Aragonès y Pedro Sánchez: “si vuelve a ser una reunión para sacar una foto, no servirá de nada”.

La formación que lidera Borràs exige revisar los mecanismos de “coordinación” que guían la acción del Govern, para evitar quedar al margen de cualquier toma de contacto entre la Generalitat y La Moncloa. “Sin Junts no es posible la resolución del conflicto político en España”, apuntó Rius, que de nuevo ha descartado que Junts pueda integrarse en la mesa de diálogo, tal y como está concebida ahora: “es una mesa muerta”, dijo.

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