Colas en la AP-7: “Estamos normalizando lo que antes sería impensable”

Fabián descansa en el área de servicio Penedès, en la autopista AP-7. Está sentado en el asiento del piloto de un Seat blanco con la puerta abierta y espera que su mujer e hija vuelvan del lavabo. La familia se dirige a Barcelona tras pasar el fin de semana en casa de sus padres, a las afueras de El Vendrell (Baix Penedès). Fabián combate la espera jugando con su móvil, aunque dice que no tiene prisa. “Nos esperaremos un rato más aquí porque en la autopista habrá retenciones, seguro”, explica.

No va desencaminado. La AP-7 volvió a sufrir este domingo colas en diferentes tramos de la vía, aunque las incidencias fueron menores que otros fines de semana o que el mismo sábado, cuando se acumularon entre 20 y 30 kilómetros de retenciones solo por la mañana. Cerca del área de servicio, unos 15 kilómetros más al norte, a la altura de Vilafranca del Penedès (Alt Penedès), se produce a partir de las 19.30 un primer parón por un choque leve entre un coche y una furgoneta que ocupa el carril izquierdo. Los vehículos apenas avanzan cinco kilómetros en un cuarto de hora. Es la primera incidencia de las cuatro que se producen en la ruta desde El Vendrell hasta Barcelona. Más adelante, un camión impide la circulación por el carril derecho; y a la altura de Martorell (Baix Llobregat), una furgoneta ha quedado parado en el arcén derecho. Cerca, un coche de los Mossos auxilia a otro coche averiado. La circulación este domingo por la tarde, en todo caso, parece más fluida excepto en algunos tramos concretos después de una semana marcada por las retenciones kilométricas casi diarias.

Este fin de semana, el Servicio Catalán de Tráfico (SCT) habilitó carriles adicionales en diferentes tramos de la vía. Fuentes del SCT indicaron a Efe que este fin de semana salieron menos vehículos que el anterior y que el regreso fue más escalonado.

Los expertos admiten que las retenciones en la AP-7 han llegado para quedarse. El fin de los peajes, en septiembre del 2021, habilitó la circulación de aquellos vehículos que buscaban otras vías para evitar los costes de la autopista, camiones incluidos. La llegada del buen tiempo y el aumento de los desplazamientos han convertido esta vía en una ratonera cada vez que hay un accidente. “Ahora contamos que un trayecto hasta Barcelona desde El Vendrell puede durar hasta dos horas, cuando siempre era una hora y algo”, insiste Fabián. “Estamos normalizando una situación que antes era impensable”.

En el área de servicio de Porta de Barcelona, a la altura de Castellbisbal (Vallès Occidental), se cuentan más de 30 camiones y cerca de 15 coches. Evgeni limpia la parte trasera de su camión con matrícula lituana. Hace años que ejerce de transportista y, dice, conoce bien las carreteras catalanas. “Ahora hay más camiones en la AP-7”, admite. Acepta que la presencia de los vehículos de gran tonelaje dificulta el tráfico, pero avisa de que las restricciones que estudia el SCT sobre los camiones no harán desaparecer las retenciones, sino que las desplazará. “El transporte por carretera va en aumento”, analiza, “si no podemos circular por la AP-7, tendremos que ir por otras vías. Cambiaremos el problema de sitio”.

Trànsit contempla restringir la circulación de los camiones en días puntuales y en algunas franjas horarias durante los fines de semana de julio, y pretende rebajar la velocidad máxima en algunos tramos.

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