Ivet denunció a su expareja por violencia machista tres días antes de que la asesinase en Barcelona
La joven acudió a la policía después de una pelea en calle. El día del crimen estaba citada en el juzgado de violencia número 5 de la ciudad para ratificar lo sucedido
La mujer víctima de la violencia machista el lunes en Barcelona, Ivet C., denunció a su expareja, Diego Armando M., el viernes, tres días antes de que la asesinase. El origen fue una pelea en la calle de Barcelona, en la que intervino la Guardia Urbana. El lunes estaba previsto que compareciese en el juzgado de violencia número 5 de la ciudad para ratificar lo sucedido. Pero Ivet, de 25 años, ya no se presentó. A las seis y media de la tarde, Diego Armando M., de 33 años, acudió a una comisaría de la policía local y confesó que la había asesinado.
Hacía cinco meses que Ivet y Diego Armando se habían separado, según explica su familia. La joven se había mudado con una de sus hermanas, pero seguía teniendo contacto con su expareja porque tenían un hijo de siete años en común. Tras la ruptura, “él enloqueció”, explicó Claudia, una de las hermanas de Ivet. Empezó a perseguirla por la calle, a amenazarla. “Tenía miedo”, resume una de sus hermanas.
La situación estalló la noche del miércoles al jueves. Ivet estaba con su nueva pareja por la calle, cuando apareció Diego Armando. Él le quitó el móvil, la amenazó, le insultó y acabó interviniendo la Guardia Urbana, que recomendó a la joven que presentase una denuncia ante los Mossos d’Esquadra. Al día siguiente, jueves por la tarde, Ivet se presentó en una comisaría, explicó lo ocurrido, pero dudó: no tenía claro si denunciar a su expareja, de quien aseguró que era un buen padre, según fuentes del caso. Finalmente, el viernes volvió y presentó formalmente la denuncia, algo que solo hacen de media el 20% de las mujeres que son asesinadas por sus parejas o exparejas.
Los Mossos d’Esquadra no tomaron ninguna medida de protección porque del relato de la mujer, explican fuentes del caso, no hallaron ningún indicio de que se encontrase en una situación de peligro inminente. Se refirió a amenazas verbales e insultos, contó que la convivencia entre ellos era difícil y que tuvo que irse de casa, pero negó cualquier agresión física, según esas mismas fuentes. En situaciones de riesgo extremo, la policía puede designar una escolta a las mujeres para protegerlas.
El fin de semana, al menos una de sus hermanas estuvo en contacto con Ivet. Incluso habló el lunes por la mañana con ella a primera hora. “Le dije que no subiera a ese piso porque me daba miedo que ese loco pudiera hacerle algo”, explica Claudia. Según su relato, Ivet no tenía ningún encuentro previsto con su ex, solo tenía que llevar al niño al colegio, que está al lado de donde convivían. “Dudo que acabase en el piso por voluntad propia”, insiste, sobre la vivienda de la calle de Gran Vía, donde fue hallada horas después asesinada. Cuando eran pareja, los vecinos recuerda discusiones frecuentes entre Ivet y Diego Armando. Algunas muy graves, hasta el punto de llamar a la policía.
El lunes Ivet tenía una citación en el juzgado de violencia de género para ratificar la denuncia contra Diego Armando. Pero ya no acudió. Desde el juzgado, intentaron localizarla, e incluso la llamaron al trabajo, en una de las tiendas de Clarel, pero no dieron con ella. Ese mismo día, Diego Armando fue a recoger al hijo de ambos a la escuela. La policía sospecha que en ese momento, la joven ya estaba muerta. A las seis y media de la tarde, él confesó el crimen.
El teléfono 016 atiende a las víctimas de violencia de género las 24 horas del día, todos los días del año. El número no queda registrado en la factura telefónica, pero se ha de borrar la llamada del dispositivo.
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