Los Reyes Magos: “El futuro que ha de venir será mucho mejor que el pasado”
Melchor, Gaspar y Baltasar felicitan en Barcelona a los niños “por la paciencia” durante la pandemia
La pandemia que tanto ha cambiado las vidas en todo el mundo no puede con todo. Y no ha impedido el largo viaje que los Reyes Magos emprendieron en Oriente por desiertos, montañas y ríos. Han llegado este miércoles a Barcelona, lucen vestidos nuevos, y como siempre, el último tramo de su periplo lo han hecho navegando, a bordo del pailebote Santa Eulàlia. También les han recibido las autoridades y la alcaldesa Ada Colau les ha entregado la llave de todas las llaves: la que abre las puertas de todas las casas de la ciudad. La cabalgata, que ha regresado a todas las grandes ciudades, ha sido espectacular como siempre a ojos de los más pequeños, pero más ágil y menos concurrida.
En su recibimiento, Colau ha asegurado a Melchor, Gaspar y Baltasar que “los niños de Barcelona se han portado muy bien, igual algún día no, pero han hecho grandes esfuerzos para seguir las normativas y las restricciones” durante la pandemia. Un grupo de niños les han entregado el pan y la sal, en señal de acogida. En nombre de los Reyes, Melchor, con una voz que recordaba a la del actor Pere Arquillué, ha asegurado en su discurso que han cargado “camellos, camiones y contenedores que están siendo descargados por los pajes, y que hay sorpresas para todo el mundo”.
Los tres sabios de oriente, con Melchor de portavoz, han asegurado que “el futuro que ha de venir será mucho mejor que el pasado” y han explicado que les han contado que, durante la pandemia “han sido ejemplo de valentía y responsabilidad”, y van “superando la tristeza que provoca la distancia de amigos y familiares”. “Os felicitamos por la paciencia que habéis demostrado”, ha concluido Melchor, al lado de Gaspar, cuya mirada evocaba a la de la concejal Laura Pérez.
En un año de nuevo raro, este ha sido un acto sin público, pero emitido por las televisiones públicas Betevé, TV3 y TVE. Eso sí, a diferencia del año pasado, desde las 18.15 se celebra la cabalgata. El séquito de sus majestades ha salido del parque de la Ciutadella para recurrir casi cinco kilómetros de calles de la ciudad. Es un acto festivo masivo, el mayor que vive la ciudad en la calle cada año, pero ha habido menos gente que otros años y menos broncas para coger sitio en primera fila. También ha sido más ágil y rápida. Atendiendo a las autoridades, casi todo el mundo ha llevado puesta la mascarilla (desde los agentes de la Guardia Urbana, hasta los bailarines y el público, de forma muy mayoritaria). Sobre las distancias, se han cumplido en unos puntos más que otros, y no hay los numerosos grupos de familias de amigos de otras veces.
Es un desfile con novedades: los tres Reyes comparten una misma carroza, para celebrar su reencuentro, y no se tiran caramelos, para evitar aglomeraciones. También el séquito real lleva mascarilla y es algo menor: de 800 personas y no 1.300 como es habitual. Otras novedades de la cabalgata de este año son un nuevo cartero gigante, una cola más larga para la paje Estel y el regreso de la carroza de los carboneros.
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