De Nochevieja con antígenos y sorteando el toque de queda: Así preparan el fin de año los jóvenes catalanes
Sin ocio nocturno abierto muchos optan por fiestas privadas pese a que sigue vigente el límite legal de reuniones con diez personas
Llega una de las noches más esperadas del año. La Nochevieja vuelve a estar aquí y las previsiones de normalidad y festejos que había hace apenas quince días se han ido al traste por la sexta ola del coronavirus. Los más jóvenes pensaban que este 2021 la situación habría cambiado y no tendrían que quedarse en casa como sucedió el pasado fin de año, cuando las restricciones eran prácticamente iguales a las actuales. Toque de queda a la una de la madrugada, reuniones de hasta 10 personas y el ocio nocturno completamente cerrado. Los catalanes han optado por preparar esta noche de formas muy distintas, organizando fiestas con amigos que a menudo incumplen con las medidas avaladas por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), o comiendo las uvas con la familia y volviendo a casa antes de la una.
Algunos están ya muy cansados de no poder vivir su juventud con normalidad. “Nos han robado dos años de nuestras vidas y yo no voy a dejar que me quiten más”, explica Sofía, quien planea reunirse con 11 amigos para celebrar las campanadas y con quienes se quedará hasta que termine el toque de queda. Antes tienen en mente hacer test de antígenos para comprobar que no haya ningún positivo, aunque los epidemiólogos han alertado ya que estas pruebas pueden dar un falso negativo y generar una sensación de seguridad muy equivocada. “No entiendo cómo podemos estar en una sexta ola y seguir con las mismas medidas del principio de la pandemia, será que no hemos aprendido nada”, relata. Este jueves, sin ir más lejos, la justicia volvió a avalar el cierre de todo el ocio nocturno.
Sin miedo a las restricciones
Pero Sofía no es la única. Muchos otros optan por saltarse las normas y juntarse en grupos de más de 10 personas. Es el caso de Alex, que comerá las uvas en casa con su familia, pero antes de la una de la madrugada se desplazará a casa de un amigo donde 15 personas celebran una fiesta. El toque de queda no es un problema ya que alargarán la velada hasta las seis, cuando todos ya puedan volver a sus casas. “Sin un test negativo, no podremos entrar”, asegura haber acordado con los demás para poder llevar a cabo la celebración con más tranquilidad. Marta es otra de las jóvenes que pasará el fin de año con amigos. “Sabemos que lo que hacemos es un poco ilegal, porque somos 15, pero cenaremos, celebraremos las campanadas y después iremos a una masía donde nos juntaremos con otros grupos”, declara.
No hay miedo a las restricciones porque la mayoría de jóvenes se quedarán a dormir en los lugares donde celebran las fiestas y también porque estas se llevarán a cabo en lugares alejados, sin vecinos y sin posibilidad de molestar o alertar a alguien. Muchos creen que poder celebrar la Nochevieja como antes no es solo cuestión de salir de fiesta. Los jóvenes son la generación más castigada por esta pandemia a nivel mental. “Solo pedimos un poco de empatía y que entiendan que estamos agotados. Ahora es el momento de priorizarnos a nosotros y a nuestra salud mental”, reclama Sofía. “Es importante poder relacionarnos con la gente que nos quiere y a quien le importamos, porque nos permite evadirnos”, detalla Marta.
En casa y en familia
No todos, sin embargo, siguen el mismo patrón. La variante ómicron y la rápida expansión del virus ha alarmado a muchos jóvenes, que prefieren no ponerse en riesgo y no poner en riesgo a los suyos. Meritxell solía celebrar la noche de fin de año con sus amigas, pero este 2021 será diferente. Ha decidido quedarse en su segunda residencia, donde cenarán y comerán las uvas siete integrantes de la familia para cumplir con todas las restricciones. “Evidentemente preferiría pasar la Nochevieja como siempre y de fiesta, pero viendo como están las cosas quiero protegerme a mí y a mi familia. Hay que ser conscientes y cuidadosos teniendo en cuenta la situación actual”, resume.
Carla, antes de llegar la pandemia, hacía las campanadas en casa y después salía de fiesta por Barcelona. Este año cuando acabe de comerse las uvas, se irá directamente a dormir. “Me da un poco de miedo, me acabo de poner la tercera vacuna y todavía no me ha dado tiempo a inmunizarme, además dos de mis amigas han dado positivo y no me la quiero jugar”, afirma. Júlia, Màrius y Judith también celebrarán la noche en pequeño comité. Cada uno en su casa y con su familia. A algunas, como Blanca, les está superando la situación y prefieren evitar cualquier imprevisto. “Hacía tiempo que no tenía tanta ansiedad como ahora, me está costando mucho dormir, así que intento no quedar con gente porque quiero pasar las fiestas tranquila con mi familia”, cuenta.
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