Paolo Gasparini, el fotógrafo de las contradicciones de Latinoamérica
El KBr de la Fundación Mapfre de Barcelona expone 300 imágenes del autor italovenezolano centradas en las diferencias sociales y políticas del continente
Paolo Gasparini (Gorizia, Italia, 1934) llegó al mundo de la fotografía de forma traumática. Tras la Segunda Guerra Mundial, se alojó en su casa un coronel yugoslavo del ejército de Tito. Durante un paseo con él descubrió en un almacén abandonado un baúl con cientos de fotografías de personas ahorcadas y fusiladas. “Cuidado, son la documentación de una guerra, me dijo. Tenía 11 años y eso me marcó para siempre; supe que mi vida giraría alrededor de las imágenes”, explica este hombre de 87 años vital y de talante amable. Algo que se confirmó cuando su hermano mayor, un arquitecto emigrado a Venezuela, le envió una Leica con la que comenzó a hacer sus primeras fotografías. Y más tarde, cuando con 20 años para evitar el servicio militar, emigró al país sudamericano comenzando a realizar fotografías por encargo.
Al trabajo Gasparini le dedica el KBR de la Fundación Mafpre en Barcelona la exposición Campos de imágenes; un recorrido por seis décadas a partir de 300 imágenes en las que queda patente lo global y contradictorio del continente Latinoamericano; sus desigualdades sociales, económicas y culturales, con imágenes en las que puede verse junto al cartel del Che Guevara, personificación de la revolución, otro del capitalismo contra el que luchó representado por Coca-Cola.
A Gasparini le gusta jugar con las imágenes. Por eso contrasta estas fotografías de Bogotá, Caracas, La Habana, Brasilia o São Paulo con otras tomadas en ciudades de Europa y de Estados Unidos. “Para mostrar que todo se parece bastante y acabar con los clichés; mostrar que la pobreza no solo está en Latinoamérica y que no están tan claras las diferencias entre primer y segundo mundo”, explica María Willis, comisaria de la muestra, junto al fotógrafo, al que también le gusta volver a los lugares y comprobar si los cambios sociales a los que se aspiró se consiguieron. Como en el caso de Cuba, con imágenes de sus habitantes ilusionados tras la revolución de mitad de comienzos de los sesenta (que conoció de cerca después de vivir allí más de cuatro años) y que treinta años después aparecen llenos de desencanto y resignación.
“Una sola fotografía no es suficiente, no me interesa”, explica Gasparini. “Si, trabajar a partir de las imágenes como si fueran palabras y construir pensamientos a partir de frases visuales. A las imágenes hay que darles formas, como si escribieras un cuento”, asegura exultante al ver gran parte de su trabajo expuesto en un solo centro. Por eso cree que la gente “tiene que ir más allá de las fotografias, y llegar a ver lo que hay detrás de ella, que se pregunte cómo está el mundo y la gente que sufre en él”, explica.
Este interés por contar historias le lleva a realizar fotolibros como Para verte mejor, América latina, publicado en 1972 con las imágenes que realizó durante la anterior década, que hizo a la vez que cumplía con un encargo para la Unesco para documentar la arquitectura moderna del continente. Tenía que fotografiar los edificios, pero él se sentía más atraído por las personas que los poblaban y los transitaban, por los arrabales y la cotidianeidad de la calle, como hizo con la ciudad de Brasilia.
Gasparini confiesa su admiración por quien considera su maestro: Paul Strand (al que KBr le dedicó una exposición en octubre de 2020) al que conoció en Francia en 1956 y del que aprendió que la principal responsabilidad de “un fotógrafo honesto” es “dar testimonio de la dignidad del hombre y su extraordinario camino en la historia”. No es de extrañar que cuando se le pregunta a Gasparini por cuál es su imagen preferida diga sin dudarlo y la busca en la exposición: “El faquir de la torre Capriles. Estaba fotografiando este edificio de Caracas cuando vi a este indigente, testigo incómodo en medio de caminantes indiferentes, que se convirtió en el protagonista de la imagen”.
Considerado uno de los grandes de la fotografía contemporánea, con obras suyas en el MoMA, el Metropolitan y el Reina Sofía, la muestra, abierta hasta el 16 de enero, concluye con uno de sus últimos trabajos: El ángel de la historia, un collage de 12 metros de largo formado por 63 fotografías de ciudades de diferentes países en las que critica la publicidad y la sociedad de consumo de Los Ángeles, París, Nueva York o Londres. También Barcelona, con una fotografía de 1997, de un enorme anuncio publicitario cubriendo la fachada de un edificio del Eixample.
Leo Friedlander, Carrie Mae Weems y Adolf Mas, en 2022
El centro de fotografía KBr abrió sus puertas en octubre de 2020 en plena desescalada. Y con permiso de la pandemia, la respuesta de público ha sido satisfactoria. Según Nadia Arroyo, directora de la Fundación Mapfre, 100.000 personas han visitado alguna de las ocho muestras programadas hasta ahora en este centro ubicado a los pies de la Torre Mapfre. “La dedicada a Pérez Siquier fue una pena porque se cerró al mes de inaugurarse. Por suerte, se programará también en nuestra sede de Madrid”, comenta Arroyo, que asegura que esperan incrementar las cifras de visitantes: “creceremos de una manera sosegada y sólida”.
Y lo intentarán con nuevas citas con grandes de la fotografía, nacional e internacional. Como la dedicada al norteamericano Lee Friedlander (en febrero) y las fotografías realizadas durante tres décadas por Maria Bleda y José María Rosa (desde junio). En octubre el protagonismo será para la afroamericana Carrie Mae Weems una muestra que también se verá en la sede de Foto Colectania comisariada por Elvira Dyangani, actual directora del Macba. También se verá, por primera vez, una gran exposición sobre Adolf Mas (1861-1936), conocido más por su enorme archivo que se conserva en el Institut de Art Hispànic de la Casa Amatller. En octubre se podrán ver los trabajos de nuevas generaciones de fotógrafos dentro de la segunda edición de Flama.
Exposición Paolo Gasparini. Campo de las imágenes. Centro de fotografía KBr de la Fundación Mapfre en Barcelona. Hasta el 16 de enero. De martes a domingos (y festivos): de 11 a 19 horas. 5 euros. infokbr@fundacionmapfre.org
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