Maragall comunica a Colau que no negociará nada del presupuesto que apoyará en diciembre
“No vamos a sentarnos ahora a hacer una farsa de negociación”, dice el líder de ERC
El malestar en el grupo de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona por el sí de los comunes al presupuesto de la Generalitat a cambio del sí republicano a las cuentas de la ciudad es de tal calibre que sus concejales hacen todo lo posible para hacerlo público. A la espera de qué consecuencias tiene durante lo que queda de mandato (más allá de la votación de los presupuestos), el líder de ERC en el consistorio, Ernest Maragall, ha enviado (y publicitado) este miércoles una carta a la alcaldesa Ada Colau y su número dos, el socialista Jaume Collboni, insistiendo en que no negociará las partidas que el gobierno municipal le ofrece.
“Barcelona tendrá presupuesto, pero no participaremos en ninguna negociación ni en ninguna conversación previa. Pueden contar con nuestro voto, pero no esperen nuestro apoyo”, ha señalado Maragall en la carta. Un comunicado que llega después de que el martes Colau le recordara que hay 100 millones de euros listos para negociar con la oposición. En el caso de los republicanos, la edil los ofreció para poder comenzar la esperada y retrasadísima reforma de La Rambla. Justo uno de los reproches que echan en cara los de Maragall.
El martes por la noche, al ser preguntado en Betevé, el líder de los republicanos en el consistorio habló incluso de “farsa”. “No vamos a sentarnos ahora a hacer una farsa de negociación”, respondió preguntado por la invitación de Colau. El primer teniente de alcalde, Jaume Collboni, ha interpretado la comunicación de Maragall como una “irresponsabilidad y una falta de respeto a la ciudadanía”. “Vuelve a cometer un segundo error” que, a su juicio, demuestra supeditación y subordinación a la lógica del Parlament y no a lo que la ciudad de Barcelona necesita.
Está por ver hasta dónde llegará la herida que ha abierto el cambio de cromos de los comunes con ERC en la Generalitat. Los republicanos han sido socios preferentes y estables de Colau durante dos años y medio: han apoyado reformas urbanísticas, dos presupuestos y la unión de los tranvías por la Diagonal. Y el gobierno de coalición contaba con ellos para otros grandes proyectos como la modificación urbanística del casco antiguo de Gràcia.
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