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Tormentas eléctricas e ironía en el BAM

Viva Belgrado ponen el músculo e Hidrogenesse su fino humor distante en la segunda noche de fiestas

Concierto de Hidrogenesse en La Merce 2021.
Concierto de Hidrogenesse en La Merce 2021.CRISTÓBAL CASTRO

La música este año, segundo pandémico en fiestas, tiene al BAM como reclamo musical para el centro de la ciudad, donde despliega tres de sus cuatro escenarios en torno a las Ramblas. Eso permitió comprobar que el viernes noche las terrazas volvían a estar repletas de turistas, quizás no los suficientes, nunca llueve a gusto de todos, pero con un nuevo hit entre los dedos: unos brebajes de vivos colores propios de semáforos marcianos que se consumen en copas descomunales y con unas cañas que parecen pértigas que sugieren beber en pie. Ese mundo es uno de los que se reflejan con ironía en la música de Hidrogenesse, que junto con los cordobeses Viva Belgrado, se coronaron como referentes de la segunda noche musical de la Mercè 2021.

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Pero yendo por orden cronológico, abrió plaza en uno de los escenarios del Moll de La Fusta Juicy Bae, una joven sevillana cuyo trap hizo temblar las mascarillas de su público, tan joven como ella, mediante unos bajos que también hacían mella en las meninges. Concierto resuelto con solvencia y despachado con aires de diva de la calle, que como tal se cambió de vestuario parando la actuación, el primer atavío, verde y deconstruido, evocó a un anuro mudando de piel. Juicy, voz con autotune y con apariencia de desinterés en su tono, algo muy propio en el estilo, hizo que sus seguidoras, ellas otra vez mayoría en un concierto de trap, olvidasen las sillas. Que lo hiciesen de las mascarillas lo evitaba un eficiente equipo que reconvenía su media asta y evitó que se fumase, fuese lo que fuera. Y como hacía falta reserva, como en todos los conciertos, y la previsión resulta en muchos casos imprevisible, bastante público se arracimó en el paseo para seguir el concierto, y cuando sonó Mami dónde estás, allí no hubo ley. Imposible poner puertas al campo.

Concierto de Viva Belgrado en La Mercè 2021.
Concierto de Viva Belgrado en La Mercè 2021. CRISTÓBAL CASTRO

Tampoco en la Plaça dels Àngels, donde pese a que este año no hay escenario, se concentró una multitud de bolsillo haciendo sus cosillas. Entre ellas fumar tantos porros por metro cuadrado que en busca del concierto de Viva Belgrado cruzarla instalaba en el rostro, sólo por el mero hecho de respirar, una expresión de pasmada beatitud. Suerte que los cordobeses limpiaban cualquier enajenamiento con un concierto tirante como la piel de una pandereta. Más hardcores, intensos y directos que disco, abrieron con piezas de su último trabajo para acabar sumergiéndose en su pasado. Cabezazos al aire, guitarras en combustión, bajista de espalda al público, acentos de ritmo que caían como tormentas y un sonido potente y matizado para coronar al cuarteto mediante un concierto espléndido.

Menos físicos, más irónicos, más festivos, más sutiles, pero igual de espléndidos, Hidrogenesse recibieron el reconocimiento de las fiestas en el otro escenario del Moll de la Fusta, casi a los pies del descomunal yate Al Raya, un edificio tumbado de 110 m de eslora en el que seguro no se beben brebajes con pértiga. E Hidrogenesse, vestidos como artistas con estilo, cantaban en Vuelve conmigo a Italia: “¿Crees que podremos encontrar/una discoteca cutre y barata?”. Su mordacidad ganaba enteros cerca del yate, como cuando atacaban No hay nada más triste que lo tuyo, Ellos sobrevivirán o, cerca de Colón como estaban, afirmaban que el almirante fue una mujer “porque no se ha encontrado su partida de nacimiento, un detalle muy femenino”, dijeron parafraseando en “SUS” a la escritora María Dolores de la Fe, que expuso esta teoría en el Directísimo de José María Íñigo en los setenta. Imposible no rendirse ante un mundo visto así.

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