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El Paral·lel sigue vivo en el corazón del Penedès

El Teatre del Casal de Vilafranca cumple 100 años manteniendo su estructura y su espíritu

Toni Polo Bettonica
El Teatre del Casal de Vilafranca celebra sus primeros 100 años.
El Teatre del Casal de Vilafranca celebra sus primeros 100 años.Toni Galito (EL PAÍS)

La Societat La Principal, de Vilafranca del Penedès, creada en 1904, decidió hacia 1920 dejar de alquilar espacios para desarrollar sus representaciones y actividades y construir un teatro de dimensiones jamás vistas en la comarca que fuese el casal del ocio y de la cultura del pueblo. A través de 2.000 acciones a 50 pesetas cada una sin intereses, realizaron su sueño y, el 24 de julio de 1921, con una representación por todo lo alto de Aida, inauguraron el flamante Teatre del Casal, en el solar de Cal Jardiner, junto a la Rambla. Y ahí sigue. Es uno de los pocos teatros centenarios de Cataluña que no ha sufrido ninguna remodelación y ha mantenido una programación ininterrumpida: conserva la estructura de madera a la vista, paredes de obra, dos anfiteatros y capacidad para más de 2.500 personas. ¿Una locura, para un pueblo que no llegaba a 8.000 habitantes? “Una locura absoluta, pero que les salió bien”, sentencia Joan Solé Bordes, historiador de Vilafranca y máxima referencia en la historia del Casal.

Encargaron la obra al arquitecto Andreu Audet, que había construido cinco teatros en el ferviente Paral·lel de Barcelona: el Apolo, el Saló Arnau, el Pavelló Soriano —actual Victòria—, el Gayarre y el Condal. El parecido con este último era evidente: “Tenía dos pisos. El primero, a los lados, era de palcos y, al fondo, anfiteatro; el segundo piso estaba destinado a la entrada general”, explica el historiador. La fortuna sonrió a estos emprenderores en 1928, cuando, casi ahogados por las deudas, descubrieron que se habían olvidado en un cajón un talonario entero de la rifa de Navidad... de un número premiado. Se salvaron las penurias e incluso compraron la casa adyacente que daba a la Rambla y que ahora es el vestíbulo del teatro.

Así se ha mantenido. “Hay ahora un anteproyecto de rehabilitación a nivel técnico: sonorización, aislamiento, electricidad…”, explica Marcel Esteve, vicepresidente de la Societat La Principal. “Cuando los operarios vieron el teatro por dentro se quedaron alucinados. ¡Decían que habían entrado en el túnel del tiempo!”. Pero además del espacio, el teatro también ha conservado el espíritu social con que se fundó: “En aquella época, los comerciantes iban al Casino; los terratenientes, al Centro agrícola y los trabajadores, al Ateneo obrero”, explica Solé. “Aquí podía venir cualquiera”. Era un casal abierto a todo el mundo y… cabía todo el mundo, como quien dice, ya que era el doble que los teatros que habían alquilado hasta la fecha, como el de Bolet, el Casino o el desaparecido Tívoli.

El Teatre del Casal, en construcción.
El Teatre del Casal, en construcción.Societat la Principal (EL PAÍS)

Esteve coincide en este aspecto: “Mantiene ese espíritu con el que se creó: danza, teatro, música, pero también baile, actividades para escuelas, formación, mítines, espacios de creación, artes plásticas. Si hace un siglo se enseñaba esperanto o filatelia, ahora se enseña robótica”, dice el directivo. “El casal es un lugar de acogida, un espacio vivo, una plaza cubierta pero abierta a todo el mundo”. No pierde ese carácter vanguardista y tradicional que le ha llevado a atraer a Raimon, Llach o Els Pets, y a la Orquesta Pau Casals o el Orfeó de Catalunya.

Durante la pandemia lo ha pasado mal, pero al ser un espacio muy grande, pudo abrir con relativa dignidad cuando se limitó el aforo. “Hemos tejido alianzas con entidades que no tenían espacios adecuados. En la fiesta mayor pudimos exponer los gigantes, los dragones, personajes centenarios típicos de Vilafranca”, dice Esteve.

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El sábado empezaron los actios del centenario con la obra Un casal de fusta centenari, protagonizada por el actor y clown Fulgenci Mestres, que rindió homenaje a la historia de esta joya noucentista. Seguirán actos de toda índole, incluido un encuentro de teatros centenarios de Cataluña.

Sobre la firma

Toni Polo Bettonica
Es periodista de Cultura en la redacción de Cataluña y ha formado parte del equipo de Elpais.cat. Antes de llegar a EL PAÍS, trabajó en la sección de Cultura de Público en Barcelona, entre otros medios. Es fundador de la web de contenido teatral Recomana.cat. Es licenciado en Historia Contemporánea y Máster de Periodismo El País.

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