El responsable de las prisiones catalanas dimite tras semanas de agitación en las cárceles
Amand Calderó deja el cargo días después de que la consejera Ciuró nombrase a un ‘mosso’ como director asuntos penitenciarios
El secretario general de Prisiones del Govern, Amand Calderó, ha presentado este martes su dimisión ante la consejera de Justicia, Lourdes Ciuró, que la ha aceptado. Calderó ha alegado que los últimos tiempos al frente de prisiones -con la gestión de los presos del procés, entre otras cosas- han sido especialmente duros y que ha optado por “comenzar una nueva etapa”, según fuentes del Departamento de Justicia. La dimisión llega apenas un mes después de que Ciuró, de Junts per Catalunya, asumiera el mando del departamento y después de dos semanas en las que se han producido tres muertes en cárceles catalanas y diversos episodios violentos; el último, una agresión sexual a una funcionaria en la cárcel de Quatre Camins (Barcelona).
Calderó fue nombrado para el cargo de secretario de Medidas Penales, Reinserción y Atención a la víctima por la consejera Ester Capella, de Esquerra Republicana. Como máximo responsable político de las cárceles catalanas, tuvo que gestionar el paso de los líderes independentistas por los centros de Lledoners (Barcelona), Puig de les Basses (Girona) y Mas d’Enric (Tarragona), un proceso plagado de críticas y tensiones que, según fuentes del departamento, ha influido en su decisión. Hace unos días, Ciuró (de Junts per Catalunya) nombró a un director general -subordinado a Calderó- como responsable específico de Asuntos Penitenciarios, lo que vació en parte las atribuciones del secretario. Ciuró nombró para el cargo a César Galván, un agente de los Mossos d’Esquadra cercano políticamente -como ella, fue regidor en un municipio del Vallès- sin experiencia en materia penitenciaria.
Los sindicatos habían exigido reiteradamente la destitución de Calderó, que fue el responsable de una circular (la 2/2021) que marca límites muy concretos a las contenciones en las cárceles catalanas, en línea con lo exigido por asociaciones de derechos humanos. Los funcionarios consideran que esa excesiva flexibilización del régimen de vida en las prisiones está detrás de los sucesos violentos que se han repetido en los últimos meses.
En las últimas dos semanas, tres personas han muerto en las cárceles catalanas. El 23 de junio, el creador del popular antivirus McAfee, John McAfee, se suicidó en su celda después de que se le comunicara su extradición a Estados Unidos para hacer frente a una causa por fraude fiscal. Días más tarde, un incendio desatado en unas celdas de Puig de les Basses provocaron la muerte de un interno que se encontraba en régimen de aislamiento. Y el pasado sábado, una joven colombiana de 19 años apareció ahorcada en su celda, también del Departamento Especial de Régimen Cerrado (DERT). En su primera comparecencia en el Parlament, Ciuró se mostró preocupada por esos sucesos y aseguró que ahondaría en los programas de salud mental para internos para prevenir suicidios.
A las muertes han acompañado también episodios de agresiones a funcionarios. El último, de especial gravedad, ocurrió el lunes al mediodía. Según explicó el sindicato CSIF en un comunicado, la funcionaria estaba en un lavabo de uso exclusivo para trabajadores cuando entró un interno que le cogió la mano y le obligó a introducirla en los pantalones. La mujer logró sacar la mano de los genitales del hombre, que la cogió por los hombres para que le besara en la boca. La funcionaria, que quedó “en estado de shock”, logró que el interno abandonara el baño.
“El buenismo que pretende implantar la administración penitenciaria catalana no vale para todos los casos. No podemos olvidar que en las prisiones hay personas muy peligrosas”, subraya el comunicado de CSIF, que denuncia que la “política disciplinaria laxa” impulsada, entre otros, por Calderó, supone un riesgo para los funcionarios.
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