Los tres agujeros de la red de carriles bici de Barcelona
Las plazas de Espanya, de Catalunya o Glòries son nudos viarios sin vías ciclistas para cruzar… ni planes para hacerlo
El Ayuntamiento de Barcelona acaba de actualizar el mapa oficial de carriles bici de la ciudad. La red es cada vez más extensa y tupida, con nuevos y céntricos carriles creados durante la desescalada de la pandemia: Aragó, València, Pau Claris o Llúria. Pero el mapa muestra tres agujeros que interrumpen la malla y que nadie resuelve mientras pasan alcaldes de distintos colores políticos. En línea recta, son, las plazas de Espanya, de Catalunya y de les Glòries. Prácticamente a lo largo de la Gran Via.
El Consistorio recuerda a través de un portavoz que las plazas de Espanya y Glòries están en obras, pero admite que “no tiene todavía definidos” los futuros trazados. Sobre Catalunya indica que “la planificación de la red de carriles bici incluye uno en el espacio, pero no hay fecha prevista”.
Las entidades ciclistas reprochan al Ayuntamiento falta de interésLas entidades ciclistas reprochan al Ayuntamiento falta de interés
No son soluciones fáciles, porque en los tres casos las plazas son nudos viarios muy transitados (con estaciones de metro y tren) donde confluyen hasta seis calles distintas. La desconexión con su entorno provoca situaciones de peligro para los ciclistas si bajan a la calzada, y molestan a los peatones si intentan cruzar por la acera. Las entidades ciclistas coinciden en reprochar al área de Movilidad del Ayuntamiento falta de interés por resolverlos y señalan que estos puntos muestran que la bici no es una prioridad.
En la plaza de Espanya, con obras en el metro y los ferrocarriles que van para largo, Movilidad ha tenido varios dibujos sobre la mesa: carril bici en forma de anillo exterior, pegado a las aceras; o bien interior, alrededor de la rotonda central. La idea es implantar la primera receta, como en Francesc Macià, pero aquí la complejidad es que en la plaza hay numerosas paradas de bus y taxi. La fórmula de la rotonda central (como en la confluencia de Almogàvers, Meridiana y Marina) se descartó por la dificultad de que las bicicletas entraran y salieran del carril desde la periferia de la plaza.
Los usuarios han perdido la cuenta de los itinerarios que ha habido en GlòriesLos usuarios han perdido la cuenta de los itinerarios que ha habido en Glòries
En el centro, en plaza de Catalunya, las bicis pueden cruzarla en horizontal pedaleando por la calzada en el lado mar o montaña, y pueden subir por paseo de Gràcia o rambla de Catalunya, también por la calzada. Pero no hay itinerario desde el Eixample hacia Ciutat Vella, de manera que, sí o sí, es necesario pasar por la acera. Los presupuestos participativos incluyen una actuación para implantar un carril bici por el lado exterior de la plaza. “Es necesario para conectar ejes de la ciudad como La Rambla, Gran Via, paseo de Gràcia y portal de l’Àngel”.
Y Glòries lleva tantos años en obras que los ciclistas han perdido la cuenta de por cuántos itinerarios han pasado: entre vallas Jersey, pintados en distintas aceras... Varios carriles llegan hasta la plaza, pero quedan interrumpidos: Gran Via, carretera de Ribes, Àlaba, Cartagena… Solo es fácil cruzar por Meridiana. Teóricamente, cuando acaben las obras del túnel y la plaza se cruzará en superficie con enlaces definitivos, pero no se sabe cómo. La teniente de alcalde de Urbanismo, Ecología y Movilidad, Janet Sanz, llegó a plantear la posibilidad de que el túnel tuviera carril bici, una opción descartada.
Desde el Bicicleta Club de Catalunya (BACC), Carles Benito se muestra muy crítico con la situación de las tres plazas: “Son puntos negros muy complejos pero que llevamos muchos años pidiendo que se trabajen, y no hay un compromiso por parte del Ayuntamiento y sus técnicos”. A su juicio “demuestra cómo han abandonado la planificación de extensión de la red ciclable, cuando en el mandato pasado habían desplegado carriles de calidad y con un criterio acertado”.
David Muntaner, del colectivo que impulsa la iniciativa Abril bicis mil, apunta que es difícil encajar la bici en estos puntos “hasta que no se invierta el orden de prioridades”. Considera que “el más fácil de resolver y menos problemático, porque hay espacio para carriles bici segregados” sería la plaza de Catalunya, “que además tiene una gran carga simbólica, por su centralidad”.
La falta de conexiones fluidas en las tres plazas citadas afecta también a los commuters, vecinos de otras poblaciones que se desplazan en tren, llevando su bici, hasta la capital. Es el caso de Jaume Valldeperas, del colectivo BikeVidrera, que reclama la habilitación de un carril bici en la galería de servicios del Túnel de Vallvidrera. Mientras, se desplaza a Barcelona practicando la intermodalidad de la que tanto hablan los políticos: mete la bici en los Ferrocarriles: “Cuando llego a Catalunya o cuando voy a buscar el tren, si bajo en bici no tengo otra que correr peligro por la Rambla o por Pelai, o cometer la ilegalidad de ir por la acera”. Valldeperas señala que esta situación se produce en otras estaciones de la red de Ferrocarrils de la Generalitat. “También estás vendido en Muntaner, Sarrià o la plaza de Molina”, concluye.
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