Junts intenta zanjar su crisis interna con la designación de Puigneró como ‘vicepresident’

Jordi Puigneró (Sant Cugat del Vallès, Barcelona, 47 años) será el vicepresidente del Ejecutivo catalán. Se trata del nombre que representa el mínimo común denominador entre las sensibilidades de Junts, enfrentadas por la manera en la que se negoció la coalición con Esquerra. Tras la decisión de los diputados Elsa Artadi y Josep Rius de descartarse para ser consejeros (y ocupar la vicepresidencia), todas las miradas estaban sobre Puigneró, muy cercano a Carles Puigdemont y que también será titular de la cartera de Políticas Digitales e Infraestructuras.

Puigneró, que era hasta ahora consejero de Políticas Digitales y Administración Pública —en el nuevo diseño se le quitan las competencias en función pública a ese departamento y se le agregan las de infraestructuras y agenda urbana— será además el referente político de Junts en el nuevo Govern a partir de ahora. Eso también le pone en la casilla de salida para competir por ser el candidato cuando llegue el momento (la ley impide que se celebren unos nuevos comicios antes de un año).

Su designación al menos garantiza la normalidad en el tránsito del nuevo Govern, que tomará posesión mañana. El nombre se confirmó ayer tras días en que la imagen de división en Junts había prevalecido sobre los intentos del propio Puigdemont de transmitir la idea de la necesidad de hacer piña al pacto. El acuerdo, que acepta el expresident huido en Bélgica, no fue fácil y aún quedan asuntos pendientes, según explicó el mismo en una carta a la militancia.

Además de marcar a Pere Aragonès, el nuevo referente de Junts en el Ejecutivo tendrá el reto añadido de construir un liderazgo fuerte. Algunos compañeros de filas, si bien reconocen su compromiso, ven fuera de lugar, por ejemplo, su apoyo público a teorías como que Cristóbal Colón fue catalán. O su falta de sentido de oportunidad en la manera como se comunicó, en octubre pasado, la puesta en marcha de la Nasa catalana, en plena pandemia del coronavirus. Voces del sector tecnológico que hay en Cataluña lamentan que se viera afectada la credibilidad de un proyecto tractor.

En el primer diseño del Ejecutivo presentado por ERC, Políticas Digitales estaba fundida en el departamento de Presidencia, que en este mandato corresponde a Esquerra. Pero durante las negociaciones, Jordi Sànchez logró desgajarlo y darle prevalencia, al menos a nivel nominativo, respecto al área de infraestructuras.

Sobre el papel, todo un espaldarazo al nuevo vicepresidente de la Generalitat. Puigneró, independentista convencido y militante, formó parte de la comisión catalana en la mesa de diálogo con el Gobierno y estuvo en las quinielas para ser el cabeza de cartel para las elecciones del pasado 14-F. Prefirió aguardar en la segunda línea. Algo que no hizo Damià Calvet, a quien finalmente le ganó el pulso para ocupar la nueva consejería.

Se trata de una victoria con más tintes de política que de gestión. Calvet (era el titular de Territorio, donde están las competencias en infraestructuras) y se batió con Laura Borràs en las primarias internas para ser el número uno de la lista de Junts. Muy cercano al exconsejero preso Josep Rull, sus palabras a favor de agilizar el pacto con ERC no sentaron bien en algunos de sus copartidarios. Y finalmente quedó descolgado del nuevo Ejecutivo, aunque algunas voces lo ubican en la presidencia del Puerto de Barcelona.

La órbita de otro de los líderes presos, Jordi Turull, si ha logrado finalmente quedar representada dentro de las consejerías de Junts. La diputada Violant Cervera, de ese entorno, será la encargada del área de Derechos Sociales. Vuelve así al departamento del que fue directora general en el primer mandato de Artur Mas. La exdiputada en el Congreso de los Diputados Lourdes Ciuró ocupará la cartera de Justicia.