Colau responde a las protestas acelerando la pacificación de entornos escolares
El Ayuntamiento intervendrá este año en 66 escuelas, el doble de lo previsto
El Gobierno de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha anunciado este sábado que este año doblará las escuelas en las que tenía previsto intervenir para pacificar su entorno: serán 66 intervenciones este año para rebajar el tráfico y con él la contaminación, el ruido y la inseguridad. El anuncio llega tras cuatro protestas de centros educativos, el viernes de cada quince días. Exigen mayor agilidad y contundencia en las intervenciones. En diciembre pasado comenzaron siendo una docena de centros y la semana pasada fueron 50, además de que la protesta saltó a Badalona y Sabadell. La revuelta de las escuelas ha llegado a Madrid, donde varios centros se plantean replicar los cortes de tráfico en marzo. En Barcelona, las escuelas movilizadas han celebrado las nuevas intervenciones anunciadas, pero las han tachado de “insuficientes y limitadas”.
La teniente de alcalde de Urbanismo, Ecología y Movilidad, Janet Sanz, ha explicado que la pacificación de estas 66 escuelas (casi 25.000 alumnos) costará casi cinco millones y comportará ganar 9.600 metros cuadrados al asfalto. El grueso de las obras se ejecutará durante las vacaciones escolares de verano. “Dijimos a comienzos de 2020 que pacificaríamos 200 escuelas durante el mandato, pero ya acabamos el año con 26. Este año, después de escuchar a las escuelas, hemos decidido doblar la propuesta de 35 y llegar a 66”. En total, casi llegarán al centenar, aunque 14 de las de este año no tienen todavía calendario y dependerán de los distritos, no del área de Urbanismo.
Las intervenciones serán de varios tipos, pero la más contundente será la eliminación de carriles de circulación privada. Se hará en siete calles. Dels Àngels, en Ciutat Vella, Riera d’Horta (Nou Barris), Lleida (Sants – Montjuïc) y el resto, en el Eixample: Urgell (entre Valencia y Londres), Nàpols, Numància, Entença, Sardenya y Mallorca. En el caso de esta última, la intervención consistirá en habilitar un nuevo carril desde la calle del Clot hasta Sagrada Familia. Una intervención de la que se beneficiarán seis escuelas. Tres públicas (Octavio Paz, Dovella y Tabor) y tres concertadas (Verge de Núria, Vedruna y Dominiques). Dovella es, precisamente, de las escuelas que con mayor intensidad ha reclamado la intervención, por su proximidad a la Meridiana y porque su edificio apenas tiene patio y si se abre para ventilar no se oye nada.
En otros casos las intervenciones consisten en peatonalizar 10 calles (en Sants u Horta-Guinardó); en otros 26 en ocupar carriles de aparcamiento y en nueve puntos se eliminan coches y contenedores de chaflanes. Además, se instalarán seis semáforos en puntos donde no hay: en calles con muy poco tráfico de Horta – Guinardó, por ejemplo; o cerca de la puerta de escuelas de la Zona Alta.
Sanz también ha explicado que “la velocidad máxima en la red básica al lado de los centros educativos se reducirá a 30 kilómetros por hora en el carril de circulación más próximo a los centros”. Lo harán, ha precisado, con señalización, cojines berlineses (que obligan a los vehículos a frenar la marcha) o radares.
“Muy pocas veces un programa nuevo se convierte en prioritario como este, nos desborda y llegaremos a 100 escuelas a mitad de mandato. Estos proyectos son un tesoro para la ciudad”, ha dicho y ha lanzado “un mensaje a las familias de la ciudad: esto no se detendrá”. Sanz ha recordado que durante este año habrá obras en vías tan troncales de la ciudad como Meridiana, Via Laietana, Diagonal (las del tranvía) y Mallorca.
Por parte de la organización de las protestas quincenales en las escuelas, el portavoz de Eixample Respira, Guille López, en una respuesta consensuada con las Asociaciones de Familias, ha valorado que “las actuaciones anunciadas son muy necesarias”. “Las celebramos pero a la vez son insuficientes y limitadas. Si se puede actuar en estas escuelas, se puede actuar en el resto”, ha afirmado y ha recordado que además de las familias “también la Sociedad Catalana de Pediatría pide actuar urgentemente”. “Qué es más prioritario que esto, una ciudad que no puede garantizar la salud de sus niños es un proyecto fracasado de ciudad”, ha manifestado y ha añadido: “Es una cuestión de voluntad política y no de impedimentos técnicos. No entendemos cómo el gobierno municipal continúa teniendo reticencias a hacer estos cambios de forma generalizada, ni como los partidos de la oposición no los reclaman”.
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