La Generalitat solo reclama el pago de 14 rescates en más de una década
El jefe de la División de Grupos Operativos asegura que “no hay afán de lucro” pero considera necesario “abrir el debate como sociedad”
La Generalitat no cobra por casi ninguno de los servicios de rescate en el medio natural realizados desde 2009. Desde que el 1 de octubre de 2009 el Govern impulsó un reglamento con voluntad disuasoria donde establecía unas situaciones objetivas en las que se deberían abonar los costes del operativo de los Bomberos, se han hecho más de 13.000 servicios y solo se ha reclamado el pago de 14.
El jefe de la División de Grupos Operativos Especiales, Miquel López, justifica los escasos cobros porque “nunca ha habido afán de lucro ni recaudatorio”. Asegura que la voluntad es “hacer pedagogía” para que se entienda que se debe salir al medio natural “sabiendo donde se va y equipado para ello”. Cree que “en algún momento este debate como sociedad y como grupo de emergencias deberá ponerse sobre la mesa”.
De las 14 veces en que la Dirección General de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento (DGPEIS) ha hecho un informe valorando que se debía reclamar el cobro del importe del rescate, solo en siete casos se ha pagado íntegramente. El resto se ha abonado de forma parcial o se está tramitando por vía ejecutiva. Uno no se ha conseguido notificar y en otro se aceptaron las alegaciones. Por provincias, seis han sido en las comarcas de Girona, cinco en Barcelona, dos en Lleida y una en Tarragona. Generalmente las sanciones se imponen por tres motivos: bien porque el rescate se ha realizado en zonas peligrosas o de acceso prohibido; por falta de equipamiento para la actividad realizada por la persona rescatada; o porque se ha solicitado el servicio sin motivo.
Existe una amplia y variada casuística. Las actuaciones van desde rescatar a un esquiador durante un alud fuera de pistas, como por intentar cruzar un río a pesar de estar balizado por la subida del caudal. También hay gente a la que se buscaba y había llegado ya a casa y no había avisado, u otros que para no pagar a un cerrajero hicieron abrir la puerta a los Bomberos asegurando que tenían el fuego de la cocina encendida o un hijo menor dentro.
El último caso del que se ha reclamado el pago del salvamento, el 15 de marzo de 2020, fue el rescate de dos excursionistas en el refugio de Coma de Vaca (Ripollès) que no llevaban el equipamiento adecuado. Debido a la pandemia, además, en aquel momento se había declarado el Estado de Alarma a nivel estatal. A cada excursionista se le han reclamado 1.303,02 euros. Uno de ellos no ha pagado y ha pasado a vía ejecutiva.
1.500 salidas anuales
La media anual de actuaciones de los Bomberos en los últimos cuatro años es de unas 1.500. En 2017 se hicieron 1.448 servicios; 1.541 en 2018; en 2019 —debido a que fue malo para las setas— las actuaciones bajaron por primera vez en seis años hasta los 1.440; y el año pasado se alcanzaron las 1.650 actuaciones a pesar de los meses de estado de alarma y confinamiento. 2020 fue el año con más rescates desde que se contabilizan. López lo atribuye a que a raíz del confinamiento “ha habido un gran aumento del deporte local y también la sociedad ha salido más a la montaña y a la naturaleza en general”. Detalla que “más gente no significa que se salten más las normas, pero está claro que cuanto más se salga, más cosas pueden pasar, desde ataques de corazón a luxaciones, caídas, pérdidas… Se hacen actividades sin tener la suficiente preparación para ello”, sostiene.
Un debate que “debería ponerse sobre la mesa”
En la actualidad el coste de los salvamentos está a 41,35 euros por unidad y hora de bombero, 53,70 euros por unidad/hora de vehículo y 3.120 euros por unidad/hora de helicóptero. Afirma el jefe de la División de Grupos Operativos Especiales que “nunca se ha cobrado una actuación en la que haya habido víctimas mortales, por más negligente que haya podido ser la actuación de la víctima”. “La familia ya tiene bastante con el dolor de la pérdida, y el objetivo, reitero, es educar, hacer pedagogía de cómo se debe actuar, no recaudar dinero”. Lo que tampoco puede ser, explica, es como en una ocasión que “un joven bajando del Pedraforca se luxó la rodilla y por miedo a que le cobraran el rescate no quería llamar a emergencias. Corría el riesgo de quedar cojo de por vida y esto no puede ser, un accidente lo podemos tener todos”. Considera que “en algún momento se deberá debatir sobre estos temas. En Suiza antes de irte a buscar piden la licencia de federado para poder cobrar el rescate, aquí estamos en el otro extremo”.
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