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Miquel Iceta, el fiel aliado de Sánchez que salvó al PSC

El nuevo ministro de Política Territorial y Función Pública fue clave para recomponer el socialismo catalán durante el proceso independentista

Cristian Segura
Miquel Iceta, nuevo ministro de Políticas Territoriales.
Miquel Iceta, nuevo ministro de Políticas Territoriales.Agustín Sciammarella

Hay tres aspectos que marcan la trayectoria política reciente de Miquel Iceta, el nuevo ministro de Política Territorial y Función Pública: su dedicación para que Pedro Sánchez se convirtiera en presidente del Gobierno y líder del socialismo español, su papel como bombero durante el proceso independentista para salvar los muebles del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) ―tras las múltiples fugas que se produjeron― y la animadversión que despierta en el nacionalismo catalán.

El procés ha curtido a Iceta (Barcelona, 60 años). No hay día que se levante sin ser vilipendiado en tribunas de opinión o sin recibir en las redes sociales decenas de insultos, comentarios homófobos o vejaciones sobre su físico. El independentismo exacerbado lo detesta, más incluso que a nombres que le precedieron en la lista de personajes que el nacionalismo catalán ha querido desechar, desde el democristiano Josep Antoni Duran i Lleida, pasando por el líder de Iniciativa per Catalunya Joan Herrera o el exconsejero de la Generalitat Santi Vila. La violencia verbal contra el nuevo ministro contrasta con sus maneras, contenidas y sin utilizar expresiones fuera de tono.

Su nombramiento para ocupar la cartera de Política Territorial puede ser considerado un premio para alguien que ha estado más de seis años recibiendo obuses en primera línea de combate, y también como un reconocimiento en clave de partido, por haber sido un apoyo fundamental de Sánchez para alcanzar la presidencia del Gobierno, sobre todo durante el conflicto cainita que este mantuvo con la expresidenta andaluza Susana Díaz para tomar las riendas del PSOE.

La vida de Iceta ha sido el PSC. Desde que se afilió en 1978 a las Juventudes Socialistas de Cataluña, su principal puesto de trabajo ha sido la estructura del socialismo catalán. Salvador Illa, el candidato del PSC en las próximas elecciones autonómicas, comparte con Iceta su dilatada experiencia militante y como fontanero de la formación, pero el ahora exministro de Sanidad sí cuenta con mayor experiencia en política municipal y también con un breve paso por el sector privado. Iceta fue concejal en Cornellà de Llobregat (Barcelona) entre 1987 y 1991, año en el que pasó a formar parte del Gabinete de Presidencia del último Gobierno de Felipe González. Más allá de esto, su principal dedicación ha sido el funcionamiento interno del PSC y su condición de diputado en el parlamento de Cataluña desde 1999.

En 2014, el PSC se deshacía como un terrón de azúcar. La Generalitat de Artur Mas y las entidades de la sociedad civil nacionalista, ANC y Òmnium Cultural, pusieron el derecho de autodeterminación en el centro del tablero catalán. Los sectores soberanistas del PSC abandonaron el barco y los socialistas obtuvieron en 2015 sus peores resultados autonómicos, 16 diputados, muy lejos de los 52 escaños récord obtenidos en 1999 con Pasqual Maragall. Iceta asumió la primera secretaría del partido en 2014 relevando a Pere Navarro. Desde entonces, su principal tarea al timón de la organización fue recomponerla, con el apoyo negociador de Illa.

Las primeras señales de recuperación se produjeron en las elecciones municipales de 2019, cuando el PSC volvió a crecer en el área metropolitana de Barcelona, aunque perdiendo plazas a favor de Esquerra Republicana (ERC) allí donde la cuestión nacional es más determinante, como las alcaldías de Lleida y Tarragona. Las elecciones generales de noviembre de 2019 volvieron a mostrar el fortalecimiento del PSC, disputando a ERC el primer puesto en los resultados en Cataluña. Las encuestas sitúan a los socialistas en los próximos comicios catalanes por encima de los 30 escaños, casi el doble de cuando tocaron fondo en 2014.

Iceta ha escrito profusamente sobre sus convicciones federalistas. Generaron polémica en el socialismo español sus declaraciones en 2019 en el diario Berria concediendo que si el independentismo alcanzaba un 65% de apoyo ciudadano, el Estado debería encontrar un mecanismo para hacerlo posible. Más tarde, en plena tormenta por sus valoraciones, matizó su posición asegurando que la autodeterminación no es la solución para el embrollo catalán. El pasado octubre, en Catalunya Ràdio, Iceta insistió en que si el independentismo obtenía más del 50% de los votos, “tendrá más fuerza para negociar un referéndum”.




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Sobre la firma

Cristian Segura
Escribe en EL PAÍS desde 2014. Licenciado en Periodismo y diplomado en Filosofía, ha ejercido su profesión desde 1998. Fue corresponsal del diario 'Avui' en Berlín y en Pekín. Desde 2022 cubre la guerra en Ucrania como enviado especial. Es autor de tres libros de no ficción y de dos novelas. En 2011 recibió el premio Josep Pla de narrativa.

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