Un respiro para el Museo de Lleida
Cinco días después de la sentencia del Supremo sobre los bienes de Sijena la Generalitat deposita una importante talla gótica de San Antonio que compró a un anticuario inglés en diciembre
No todo son malas noticias para el Museo de Lleida. El pasado jueves el Supremo sentenció que las 44 obras de Sijena que salieron en diciembre de 2017 hacia el monasterio oscense no volverán. Y el próximo 17 de febrero acaba el plazo para entregar, en cumplimiento de la ejecución de la sentencia, las 111 obras del arte de la Franja. Pero ayer se dio a conocer una noticia que alivia, un poco, el mal sabor de boca de las últimas decisiones judiciales: la compra por parte de la Generalitat de una importante escultura gótica de un san Antonio Abad que el museo anhelaba tener desde hace unos años. La compra la efectuó Cultura a comienzos de diciembre por 64.000 euros, al anticuario londinense Sam Fogg, el mismo que le ganó la batalla en una subasta que celebró Christie’s hacía cuatro años, en diciembre de 2016.
La escultura, fechada en el último tercio del siglo XIV y atribuida al Maestro de Albesa, tiene una altura de 1,23 metros y es un buen ejemplo de la escultura de la Escuela de Lleida. Está realizada en piedra que conserva en perfecto estado su policromía, después de que Fogg la sometiera a un excelente proceso de restauración. El santo aparece representado de pie, vestido con un hábito talar hasta los tobillos de color azul grisáceo y, sobre los hombros, una capa roja. Presenta los característicos ojos almendrados y los rizos de este creador que representó al santo con sus atributos: un libro en su mano izquierda mientras sostiene un báculo abacial en la derecha, aunque no con la inseparable cerda protectora que siempre que se le asocia a este santo eremita, cuya festividad, precisamente, se celebraba este domingo. A partir de ahora será la mejor pieza que el Museo de Lleida tiene de este escultor.
“El 7 de diciembre de 2016 no pudimos adquirirla porque la puja superó el presupuesto que teníamos”, explica Magda Gassó, responsable del Servicio de Museos y Protección de Bienes Muebles de la Generalitat. La obra había pertenecido a la colección de José Luis Várez Fisa que tras fallecer en 2014 había pasado a sus herederos que en ese momento la pusieron a la venta.
En el momento de la subasta, el por entonces conservador del Museo de Lleida, Alberto Velasco, se desplazó a Londres y pujó por la pieza, que se vendía mal atribuida como de origen gallego. Velasco pujó, codo con codo, con un coleccionista de arte medieval catalán interesado también en la obra. Pero en el último momento los dos, de forma sorprendente, fueron superados por el conocido anticuario londinense que se quedó con la obra por 39.000 libras esterlinas (unos 44.000 euros, más el 21 y el 25% de gastos e IVA). Hasta ahora, que la ha vuelto a poner en venta. “La compró, la restauró y luego ha puesto otra vez en venta y sí que la hemos podido comprar. Al final la rueda ha ido a favor y se ha podido recuperar. Hay piezas que no se pueden comprar en su momento, pero luego vuelven a aparecer como ha sido en este caso”, prosigue Gassó.
Desde este martes la escultura podrá verse en la sala donde se exponen las nuevas adquisiciones; el coro de la iglesia del museo. “Y cuando concluya la reforma del gótico que comienza en unos meses se incorporará a la colección permanente. Si las piezas de gótico se van marchando, hay que ir remodelando las salas. El museo ya tiene el dinero y la remodelación se llevará a cabo a lo largo de este año en las que se incorporarán las obras que el MNAC ha depositado y otras adquisiciones que se han hecho en los últimos tiempos para el museo. Ya estaba prevista al margen de la compra de esta escultura”, concluye Gassó. El nuevo San Antonio Abad estará seguro junto a las piezas del máximo representante de esta llamada Escuela de Lleida, Bartomeu de Robió, al que el Maestro de Albesa sin duda copió, según los expertos. Entre las obras de Robió que se pueden ver en el museo están los fragmentos del retablo mayor de la Seu Vella de Lleida o la bella Virgen de Bellpuig de les Avellanes que también compró la Generalitat para el museo en 2011.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.