21 socios del PEN Català se dan de baja en defensa de la expresidenta Carme Arenas
Los escritores denuncian “acusaciones graves nunca demostradas” contra la antigua responsable, demandada por la actual junta por irregularidades económicas de 373.000 euros
Un total de 21 socios del PEN Club Català, miembro de la organización mundial de escritores PEN Internacional, han solicitado la baja colectiva de la entidad ante la demanda que la actual junta del organismo interpuso a la anterior presidenta, Carme Arenas, por supuestas irregularidades en su gestión económica y que, según una primera auditoría interna, alcanzaban los 373.000 euros. “Acusaciones graves nunca demostradas, insinuaciones no contrastadas, medias verdades, interpretaciones interesadas (...) Se nos hace imposible continuar siendo cómplices de una situación que nos disgusta y nos duele profundamente”, apunta la nota que han hecho pública hoy y que suscriben, entro otros, la que fuera presidenta del PEN Català entre 2001 y 2010 y presidenta honoraria, Dolors Oller, el expresidente del comité de Traducción y de Derechos Lingüísticos del PEN, Josep Maria Terricabras, Franca Anselmi Tiberto, vicepresidenta del PEN internacional, y la escritora y flamante premio Pla, Maria Barbal.
Los firmantes, entre los que también se encuentran los escritores Narcís Comadira, Feliu Formosa y Toni Sala, afirman en la dura nota que la actual junta del PEN Català ha realizado en este asunto “una manipulación de asambleas”, y ha “silenciado las voces discordantes para favorecer un discurso único”, a partir de una “escenificación victimista” y “una priorización del espectáculo público en diarios y medios audiovisuales”. Si bien matiza que la actuación es de “algunos miembros de la junta”, insisten en que esa actitud y prácticas son “todo lo contrario de lo que representa y defiende el PEN en todo el mundo (…) No reconocemos en ello el PEN Català que nos atrajo a formar parte y que tanto prestigio y visibilidad había ganado en los últimos años”, motivo por el que solicitan que se les dé de baja. Según fuentes de los escritores que han presentado su baja, desde el inicio del conflicto se han producido dos asambleas más y un acto de mediación “sin resultados”.
La nota es reflejo de la tensión que vive el organismo y que se plasmó ya en una asamblea realizada en junio de 2019, tras la llegada al PEN Català, justo un año antes, en junio de 2018, de la nueva junta, que preside la poeta Àngels Gregori. El nuevo equipo detectó presuntas irregularidades contables, lo que les llevó a abrir una auditoría interna sobre la gestión de su predecesora, la catedrática de Literatura y traductora Carme Arenas, presidenta de la entidad entre 2010 y 2018 y, con anterioridad, secretaria general nueve años. En aquella asamblea se llegaron a barajar diferencias contables de unos 373.000 euros, por lo que se decidió emprender medidas contra Arenas.
Los actuales rectores afirmaron haber detectado, asimismo, la falta de obras del fondo de arte de la entidad, que contiene, entre otras, donaciones de originales de artistas como Tàpies, Plensa, Guinovart, Perejaume, Joan Fontcuberta y Eulàlia Valldosera. El PEN Català, que fue fundado en 1922, cuenta con un presupuesto anual en torno a los 280.000 euros, de los que entre 200.000 y 250.000 son subvenciones públicas. Gregori ha remarcado que el caso está “en manos de la justicia y si a algunos de los firmantes los citan que digan entonces lo que creen que hay que decir”, informa Efe. Asimismo, se ha mostrado sorprendida por el hecho de que Arenas no esté entre los que ha solicitado la baja. El PEN Català tiene casi 500 socios y en los últimos dos años “se han incrementado las altas”, asegura.
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