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En libertad tras ser detenido el marido de la mujer hallada muerta en Lloret de Mar

La autopsia confirma que la víctima falleció por hipotermia en el jardín de su casa

Un agente de los Mossos d'Esquadra, en una fotografía de archivo.
Un agente de los Mossos d'Esquadra, en una fotografía de archivo.Albert Garcia (EL PAÍS)

Aleksandr N., el marido de la mujer rusa de 44 años que la Policía Local de Lloret de Mar halló muerta en el jardín de su casa la madrugada del martes, ha quedado en libertad sin medidas cautelares después de declarar ante la titular del Juzgado de Violencia contra la Mujer de Blanes. El hombre fue detenido el mismo día de la muerte, en la comisaría de los Mossos, tras presentarse voluntariamente, y ya entonces saló libre a la espera de ser citado por el juzgado. Este jueves ha declarado como investigado por presuntos malos tratos –que no tendrían nada que ver con la muerte- y la juez le ha dejado en libertad. La autopsia inicial acredita que la mujer murió accidentalmente por hipotermia.

En su declaración, ha negado haber agredido a su mujer, Elena K. Tanto él como las dos hijas del matrimonio, una de ellas menor de edad, que también han comparecido, han detallado a la juez que en el momento en que la víctima contó a la policía que había sido agredida por su marido, la tarde de lunes, ni él ni ellas estaban en Lloret. También han explicado un episodio ocurrido en 2018. En aquel momento la víctima denunció a su marido por haberla atado y herido gravemente con unos cables. El hombre acabó en prisión. Sin embargo, unos meses después, cuando la mujer se recuperó del grave problema de dependencia que padecía, se presentó en el juzgado y detalló a la juez que en realidad había mentido y se había tratado de una denuncia falsa. En aquel momento, como ahora, la juez ha dado credibilidad a la versión según la cual el marido no la agredió.

Poco antes de las nueve de la noche del pasado lunes la Policía Local de Lloret localizó a la mujer caminando por la calle con un fuerte golpe en el ojo izquierdo y un grado severo de embriaguez. Se la llevaron a las dependencias policiales y les contó que su marido la había golpeado, pero rechazó denunciarle y cualquier tipo de ayuda y se fue. Sobre las once y cuarto de la noche saltó la alarma de su domicilio, un chalé de la avenida de Martínez Bernal de la urbanización Condado de Jaruco y la Policía Local se presentó en el domicilio. La localizaron en el jardín y les dijo que era ella quien había hecho saltar la alarma. Añadió que no podía entrar en su casa porque no tenía llave y que su marido no la dejaba entrar.

Los agentes no localizaron a nadie en la vivienda, y como la mujer no quería abandonar el lugar y había temperaturas de entre 2 y 3 grados, le dejaron una manta y se fueron. Para comprobar que estaba bien volvieron a pasar por la casa sobre las tres menos cuarto de la madrugada. Ya la encontraron muerta. Alertaron a la Unidad de Investigación (UI) de los Mossos de Blanes y la forense certificó su fallecimiento, constatando que presentaba un golpe en la parte occipital de la cabeza -que podría ser compatible con una caída-, que no había indicios que pudiera ser una muerte criminal y que parecía que había tenido una hipotermia. Extremos que inicialmente confirmó la autopsia que se le practicó el mismo martes.

Ese martes por la noche el marido de la víctima, un empresario ruso de 62 años que pasa mucho tiempo fuera por negocios, supo lo sucedido y se presentó en la comisaría de los Mossos. Le detuvieron como presunto autor de un delito de maltrato en el ámbito familiar, y posteriormente dejaron sin efecto el arresto.

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