El director de TMB ve “mala planificación” al proyectar la T-Mobilitat
Ramon Bacardí también lamenta que “las empresas tecnológicas adjudicatarias no han estado a la altura”, por lo que el proyecto está teniendo dificultades para ejecutarse
El director del Metro de Barcelona, Ramon Bacardí, ha criticado el proyecto de la T-Mobilitat, el nuevo título de transporte en el que trabaja la Generalitat para integrar todos los servicios de transporte público, por estar “muy mal planificado” por las dificultades para coordinar a operadores y administraciones y los problemas para ejecutarlo. “La T-Mobilitat es un proyecto de I+D muy osado y, bajo mi punto de vista, muy mal planificado”, explica en una entrevista en la web corporativa de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) recogida por Europa Press.
“De hecho, cuando entré en la Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM) lo primero que hice fue replanificarlo, ya que poner de acuerdo a más de 70 operadores y distintas administraciones no es fácil”, añade. Bacardí también lamenta que “las empresas tecnológicas adjudicatarias no han estado a la altura”, por lo que el proyecto está teniendo dificultades para ejecutarse. “Lo que nos encontramos es que la tecnología ha avanzado mucho más rápido que el proyecto y me temo que su puesta en servicio no acabe ofreciendo las mejores prestaciones”, sostiene, aunque afirma que las instalaciones están preparadas para ello, tanto en la red de metro como en la de autobús.
Bacardí confía en que el próximo año “se empiecen a poner en servicio algunos títulos y funcionalidades, y el año 2022 se termine de hacer todo el desarrollo en el área del actual servicio de las distintas coronas”. En abril de este año estaba previsto inicialmente poner en marcha un plan piloto para probar el nuevo título sin contacto y prepararse así para asumir nuevos elementos en los siguientes meses.
Según publicó La Vanguardia, el consorcio SocMobilitat que desarrolla todo el dispositivo —afectará a diferentes operadores, a toda Cataluña y se pagará a través de un chip recargable que cuantificará el precio del billete en función de la distancia recorrida y la recurrencia— efectuó una petición de compensación por el nuevo retraso, una maniobra que llegaría después que de la Administración competente le sancionara por las sucesivas demoras sufridas por la puesta en marcha del dispositivo. El año pasado tuvieron que pagar 14 millones de euros por daños y perjuicios causados por el retraso de la infraestructura.
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