Un ‘Don Giovanni’ en el Liceo con toque de queda cultural
El teatro recorta la ópera de Mozart por la normativa de la covid
Solo los solistas no llevarán mascarilla, no habrá mucho contacto físico entre ellos, se ha reducido el número de músicos de la orquesta, la obra se ha recortado 15 minutos... pero Don Giovanni se representará en el Liceo en la que será la primera ópera escenificada de una temporada que se ha conjurado seguir adelante en plena pandemia del coronavirus. La ópera de Mozart fue la elegida por la dirección musical del Liceo cuando afrontó la revisión de su programa para 2020-2021 porque se adapta a un formato más pequeño y más fácil con las limitaciones que impone el covid. “Casi se podría definir como un acto de resistencia cultural”, resumía Víctor García de Gomar, director artístico del teatro al presentar el título operístico.
El Liceo ha tenido que adoptar las funciones a las medidas de limitación horaria de los espectáculos de la Generalitat. Y eso ha supuesto reducir 10 minutos la pausa de media hora y 15 minutos de la ópera. “Resulta muy doloroso tener que cortar una ópera y optamos por dos escenas continuadas del segundo acto que habitualmente en otras versiones no existen y también el final de la ópera, del que se ha eliminado la moralina tras la muerte de Don Giovanni”, explicaba Joan Pons, director de la Orquesta del Liceo. Con esos recortes, la función acabará a las once de la noche, la hora de la Cenicienta fijada por la normativa Covid para los espectáculos en Cataluña. Una suerte de toque de queda cultural.
También por la necesidad de guardar las distancias, la formación de la orquesta no estará situada en el foso, sino que se elevará, e incluso uno de los instrumentos se situará en un palco: “Se ganará en timbre”, aseguró Pons. El coro cantará con mascarillas y guardando las distancias y los únicos que no las llevarán serán los solistas: el barítono Christopher Maltman, un reconocido Don Giovanni; la soprano sueca Miah Persson (Donna Anna), la soprano francesa Véronique Gens (Donna Elvira), el barítono-bajo Luca Pisaroni (también un muy reconocido Leporello) y Leonor Bonilla —la soprano ganadora del concurso Tenor Viñas 2018— en el papel de Zerlina. Ellos se hacen una PCR semanal para poder actuar sin mascarilla que, no obstante, sí la portan en los ensayos: “Vivimos en una especie de burbuja y tenemos que ser muy responsables”.
Unos artistas muy concienciados de la importancia de que el telón del Liceo se alce esta temporada a diferencia de otros teatros de Europa o el MET de Nueva York que, de momento, no lo hacen. “Es un acto de reafirmación cultural, de demostrar que se puede hacer y de que la cultura está viva”, afirmaba la soprano Gens. Como otros solistas de este Don Giovanni recibieron la llamada con la propuesta del Liceo en junio, cuando la actividad cultural prácticamente era nula y se reprogramaba una temporada en un mar de incertezas.
No habrá cátering en el entre acto y para evitar excesivos movimientos de los espectadores —la mitad del aforo del teatro, de 2.288 localidades— el cambio de escena se hará con el telón levantado. Esta semana la mayoría de los abonados han recibido un mail del teatro que indica la butaca asignada —se han reasignado para mantener las distancias— y la hora en la que deben acceder, que puede ser hasta una hora antes.
El Don Giovanni que se representará entre el 24 de octubre y el ocho de noviembre llega de la mano de la dirección artística de Chiristof Loy que centra el relato en la personalidad y psicología del personaje principal. En cierto modo, la versión es una vuelta al mito, según explicaba Axel Weidauer, el director de la reposición en Barcelona, en la presentación. Una representación que en nada recordará, salvo en la parte musical, a la versión de la ópera de Mozart de Calixto Bieito.
Éxito de las funciones Under 35
Ni media hora duró la venta de las poco más de mil entradas —a 15 euros— para la función de la noche de ayer. Fue el preestreno de Don Giovanni dentro del proyecto Liceu Under 35 para menores de 35 años. La experiencia, iniciada la temporada pasada dentro de una estrategia de rejuvenecer al aficionado a la ópera, se repitió anoche aunque anulando la sesión de DJ y los food stands que el año pasado funcionaron tanto en el entreacto de las óperas —en el Foyer — como al final.
La normativa covid hace imposible esa actividad por una triple razón: por las distancias de seguridad, por el horario y por la prohibición de quitarse la mascarilla. Sin embargo, en el entreacto se organizó una batalla de gallos de dos raperos nacionales, que patrocinaba Red Bull. No será la única ópera con preestreno Under 35. También se repetirá con La Traviata y el espectáculo de danza Solstice.
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