El negocio de las cadenas de panaderías toca techo
17 franquiciados han denunciado a Granier por delitos de estafa y falsedad documental
En los últimos años, parecía que cada local que quedaba libre se convertía inmediatamente en una nueva panadería en Barcelona y otras ciudades catalanas. En su mayoría, esas panaderías están asociadas a una cadena de franquicias tipo Granier, 365, Pannus o Vivari, por citar algunas. Después de un tiempo de expansión, parece que el modelo ha tocado techo, según reconoce la Asociación Española de Franquiciadores (AEF). Su informe anual del sector muestra un leve descenso en el número de locales y en la facturación.
La comparativa de datos de 2019 y 2020 de las franquicias del pan muestran que hoy hay una marca menos en el mercado: MonPa, que cerró en septiembre del año pasado todas sus tiendas. El informe señala, además, que hay 44 establecimientos menos en toda España que el año pasado. El sector emplea a 73 trabajadores menos y la facturación ha bajado en algo más de 13 millones de euros.
Los cierres que han hecho más ruidos son los de Granier, ya que llevan aparejados una denuncia de 17 franquiciados por delitos de estafa y falsedad documental. Esta denuncia, y los problemas que se deriven de ella, podría hacer aumentar el número de cierres en el próximo informe de la AEF.
Eduardo Abadía, director ejecutivo de la asociación, deja claro que el modelo no está en crisis, que la mayoría de panaderías-cafeterías de este tipo han aguantado la pandemia y siguen funcionando, algunas con un reajuste de horarios. “Aparte de Granier, no tenemos constancia de que cierren otras franquicias de panaderías”, asegura. Abadía prefiere hablar de “consolidación” del sector y no de estancamiento. No descarta, además, que cuando las restricciones por el coronavirus se levanten, este modelo de negocio pueda incluso volver a crecer. “Es un sector muy interesante para los inversores”, añade.
Según el informe de 2020 de AEF, con datos cerrados a finales de 2019, había 35 marcas de panaderías, con 1.269 locales, que generaban 4.470 empleos y una facturación de 279,4 millones de euros. Un año antes, los datos indican que había 36 marcas, 1.225 locales, 4.397 empleados y una facturación de 266,3 millones. El descenso es leve, pero marca una “consolidación” del tipo de negocio y muestra que “la franquicia se ha hecho un hueco” en el sector panadero, según Abadía.
En general, estos establecimientos siguen el modelo de las franquicias y la mayoría comparten la oferta de panadería, cafetería y acceso wifi para que los clientes puedan acomodarse en el local, de diseño cálido. La intención es que el usuario perciba que consume productos artesanales y de calidad, aunque la mayoría de su oferta es en realidad industrial.
La cúpula de la cadena de panaderías y cafeterías Granier, entre ellos su dueño, Juan Pedro Conde, tuvo que declarar el martes pasado en un juzgado de Madrid como investigados por estafa tras una denuncia de 17 franquiciados que les acusan de tener “negocios ruinosos y absolutamente inviables”. Los franquiciados denuncian que Granier “les ha engañado para que acometan un negocio absolutamente inviable, haciéndoles creer en una rentabilidad inexistente, que ha dado lugar a que todos ellos sufriesen inmediatas pérdidas”. Asimismo, consideran que la empresa capta a los franquiciados por medio de engaño, a fin de “conseguir que entren en un negocio ruinoso desde el principio”. Argumentan que se “benefician de las cantidades inicialmente entregadas por las tiendas y de las compras de mercancías que se ven obligados a hacer a la empresa desde el primer momento”. Granier fue fundada en 2006, tiene unas 300 tiendas y se caracteriza por los bajos precios de sus productos.
El Fornet, una empresa que tiene 56 locales propios en España y elabora producto artesanal, cuenta que no ha cerrado ningún local. En algunos han tenido que ajustar los horarios, pero todos siguen abiertos, incluso los que están en las arterias más turísticas. “Hemos generado una marca con tradición y arraigada dentro de la población local”, argumenta Eva Rodríguez, directora de marketing de El Fornet, para explicar que las tiendas de Fontanella o Ronda Universitat sigan abiertas pese a que son las que sufren más la falta de turistas y de personal de oficinas.
El Gremi de Forners sigue su camino
El Gremi de Forners de Barcelona se desmarca de las franquicias de panaderías porque ni están agremiadas ni suponen competencia directa. La entidad recuerda que su producto es artesanal y no tiene nada que ver con el que ofrecen esos locales. Sus responsables entienden, no obstante, que el boom de apertura de esos locales tenía que frenarse algún día.
Según el Gremi, la mayoría de sus asociados siguen trabajando, aunque aseguran que lo que más les ha afectado durante la pandemia es el cierre de la hostelería. Los que elaboran pan y otros productos para restaurantes y hoteles han notado una disminución de los encargos porque estos están cerrados o han visto disminuir de forma notable la clientela.
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