Una “misa laica” para purgar la pandemia, a cargo de El Niño de Elche, abrirá el otoño del Lliure
El teatro recupera los espectáculos de Manrique, Subirós y Carol López y se apunta a reclamar el aumento de aforo al 66 %
Sostenibilidad, digitalización, educación y compromiso son las palabras que definen la nueva temporada de otoño del Teatre Lliure, según el colectivo. Su director, Juan Carlos Martel, ha presentado este miércoles la programación de otoño (a la espera de ofrecer la de invierno próximamente) en la que destacan el énfasis en lo digital a la vista de las incertidumbres que rodean el teatro presencial, la recuperación de espectáculos que hubo que suspender la pasada temporada por la pandemia o no llegaron a estrenarse , las propuestas educativas y la insistencia en un cambio de modelo en las artes escénicas, con “liberación de las formas rígidas”.
La temporada —bajo sonoros eslóganes como “soy la disidencia”, “soy el duelo”, “soy el apocalipsis”, “soy todo aquello que quieres ver y lo que no”— arrancará el 25 de septiembre en Montjuïc con Noli me tangere, una “misa laica” de El Niño de Elche, con textos de Ernesto Cardenal y “pequeñas plegarias” de Marc Artigau, Clàudia Cedó, Albert Lladó y Victoria Szpunberg. Bajo el título con las icónicas palabras de Cristo resucitado a María Magdalena (según la Vulgata), será un espectáculo para “purgar” la pandemia, una “misa laica” que compartirá inauguración con Mi nombre es alguien y cualquiera, una serie de instalaciones de Laura Vago basadas en testimonios de pacientes de la covid y familiares.
Martel, que ha citado a Hegel (“aprendemos de la historia que no aprendemos de la historia”) ha señalado que la pandemia únicamente ha hecho que acelerar el desmoronamiento de un “mundo obsoleto” y que el Lliure quiere encabezar los cambios culturales que han de producirse. “Hay que ser capaces de disfrutar de lo impredecible”, ha dicho, recalcando la necesidad de ser muy flexibles esta temporada. Las entradas se podrán cancelar 24 horas antes de las funciones. El Lliure empezará con un aforo en sus salas del 50 % como estipula el Procicat, pero Martel se abona a la reclamación del sector teatral de que el porcentaje se eleve al 66 %. El sector privado considera que por debajo de esa cifra el teatro no es rentable.
En el capítulo de recuperación de espectáculos pospuestos o suspendidos figuran la versión de El quadern daurat de Carlota Subirós y La nostra parcel·la de Lara Díez Quintanilla (“un confinamiento forzado de dos personas en el mismo espacio, que puede devenir algo bueno o el infierno”), estrenados ambos antes del confinamiento pero que tuvieron que cancelar sus funciones, y también algunos de los montajes que el Lliure había programado pero no se llegaron a estrenar. Son estos Bonus Track de Carol López, Una de Raquel Cors (sobre la imagen erótica) y las esperadas Les tres germanes (diciembre en Montjuïc) dirigida por Julio Manrique, así como el primer espectáculo para público familiar que crea El Conde de Torrefiel —Els protagonistes—, y la producción francesa de la compañía La baleine cargo Poulette Crevette. Figuran asimismo en la programación Plácido Mo, una propuesta social de Magda Puig que da voz a personas que han vivido en la calle y muestra la Barcelona de los sintecho, y Explore el Jardín de los Cárpatos, una creación del grupo José y sus hermanas que reflexiona sobre el modelo turístico. En la plaza de Margarida Xirgu se presentará un espectáculo de Payasos sin fronteras.
Martel ha afirmado taxativamente que “el Lliure es digital” y que “si las personas no pueden ir al Lliure el Lliure irá a sus casas”. En ese sentido, La Sala online del Lliure convivirá con la programación escénica y tendrá la suya propia formada por teatro radiofónico y Clàssics per a criatures. Al mismo tiempo, acercará algunas de las obras en cartel a la gente que no puede ir al teatro con #Lliurealsofà. Martel ha insistido en la dimensión cultural del Lliure más allá de la exhibición teatral. Al respecto, se consolida la Escola de pensament con Marina Garcès y Albert Lladó, y vuelven los coloquios pre y post función. El Lliure lanza un ambicioso programa de actividades con centros educativos bajo el epígrafe “el Lliure también es educación”.
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