La palmera de la Ciutadella se rompió porque tenía una pequeña cavidad, por el viento y un golpe de calor

Una pequeña cavidad interna en el tejido del tronco, un cambio repentino de temperatura y viento no habitual en esta época. Tres factores que no justificarían una rotura por sí mismos, pero que al producirse al mismo tiempo pudieron provocar la caída de la palmera que el pasado martes se rompió y mató a un hombre de 41 años que estaba sentado en un banco del parque de la Ciutadella de Barcelona. Así lo apunta el informe preliminar sobre el accidente que ha presentado este viernes el gerente de Medioambiente y Servicios Urbanos del Ayuntamiento, Frederic Ximeno.

“Como ya vimos en la primera observación, no fue una causa previsible ni visible, la caída se produjo por una concurrencia de causas que ninguna de ellas por ella misma justificaría la rotura, pero en el mismo momento y lugar la provocaron”, ha expuesto el gerente. “No fue una única causa, una causa definitoria no encontraremos, ya la hubiéramos visto”, ha asegurado. A la pregunta de si la rotura se hubiera podido evitar, Ximeno ha respondido: “En ello estamos, tenemos un plan de riesgos del arbolado que busca la minimización de los accidentes y que lo que ocurrió hace tres días no pase nunca”. El Consistorio ha retirado tres palmeras más que no han superado de forma “óptima” las pruebas de tensión.

Ximeno ha explicado que la empresa externa de arboricultura Doctor Árbol “ha encontrado una cavidad en el tejido de la palmera de efecto leve no visible desde el exterior, variable a lo largo del estípite (el tronco) que afecta a entre un 26% y un 31% del espacio” de la palmera que se rompió. La cavidad era tan pequeña, ha especificado el gerente, que la palmera hubiera pasado las pruebas de resistencia. La misma firma no ha observado que el árbol hubiera generado madera de reacción, lo que hubiera convertido en rígida parte de la fibra del estípite y de modo que hubiera perdido la flexibilidad característica de las palmeras.

En segundo lugar, sobre las causas el gerente ha apuntado a una “oscilación térmica, un golpe de calor” en el momento de los hechos, que endurece y deshidrata las fibras del tronco y las convierte en menos flexibles. Y como tercera causa ha apuntado a un viento de 38 kilómetros por hora, “que no es fuerte, pero tampoco habitual en esta época del año”, ha asegurado tras consultar los anemómetros de la zona y al Servicio Meteorológico de Cataluña. Ximeno también ha explicado que el informe preliminar no apunta a un peso excesivo de la copa del árbol. En paralelo, el consistorio ha enviado tejido del árbol al laboratorio del Irta (Instituto de Investigación y Tecnologías de la Alimentación) de Lleida, que depende del departamento de Agricultura de la Generalitat.

El día del suceso, los primeros análisis descartaron que la palmera sufriese una plaga del picudo rojo, un escarabajo que afecta a las palmeras y las mata. Pero tampoco ningún elemento externo, como el viento, que hubiera podido hacerla caer. “Creemos que es una cuestión del propio árbol. Es raro, se ha roto el tercio superior”, dijo entonces Ximeno. La palmera había pasado una revisión hace dos años del plan de riesgos municipal.

El parque reabrirá mañana

El gerente también ha explicado que durante los últimos tres días los técnicos municipales han revisado los 2.114 árboles y 500 palmeras que hay en el parque, uno por uno, y han hecho “pruebas de tensión en las palmeras de categoría 3, las que podían generar situación de riesgo”. Fruto de estos trabajos se han retirado tres ejemplares “porque no han superado de forma óptima las pruebas de tensión”.

En estas 72 horas los técnicos han realizado tareas de limpieza y desbrozado en algunas zonas del parque, que reabrirá este sábado. En paralelo, ha explicado Ximeno, el consistorio se ha “asegurado que no hay una causa externa que fuera extrapolable a las palmeras del resto de la ciudad”.