Sala Barcelona se plantea programar conciertos en otoño

Una media de ocupación de 235 personas por concierto, un total que probablemente superará los 9.000 espectadores de asistencia total y dos meses de programación que concluyen este domingo habiendo ofertado conciertos de 55 grupos y 25 disc jockeys. Estas son las cifras que presentó ayer el ciclo Sala Barcelona , que durante julio y agosto ha ocupado el castillo de Montjuïc como iniciativa conjunta de la Associació de Sales de Concerts de Catalunya (ASACC) y el Icub. El ciclo, orientado a dinamizar el sector de la música en directo —muy penalizado por la pandemia dado que la mayor parte de las salas de conciertos cerraron en marzo—, ha servido, entre otras cosas, para que se puedan destinar unos 60.000 euros de lo recaudado a ayudar a las salas catalanas aquejadas por una situación más asfixiante. El ciclo ha tenido un coste de unos 230.000 euros.

Para Daniel Granados, delegado del ayuntamiento para Derechos Culturales, el ciclo ha servido para muchas más cosas, como por ejemplo “establecer nuevos sistemas de colaboración entre la administración y entidades del sector privado como las salas de conciertos, ayudar a un sector como el cultural, y particularmente el de la música en vivo y sentar las bases de unos cambios que deben operarse en el mundo de la música como el aumento de la paridad, la ampliación de registros estilísticos o la mayor implicación del público”, señaló.

Por su parte, Carmen Zapata, gerente de ASACC, además de felicitarse por la respuesta tanto de público como de artistas, ya pensaba en el inmediato futuro, un otoño que necesitará de nuevas iniciativas que ayuden a paliar la situación de la música en directo: “En este momento, estamos pensando cómo proseguir el trabajo realizado con Sala Barcelona junto al Ayuntamiento. En breve propondremos espacios para la celebración de nuevas iniciativas que aún están en estado embrionario”.

Sin giras internacionales

Aunque se da por sentado que apenas habrá giras internacionales durante este otoño-invierno, la contratación de artistas del resto de España, apenas presentes en las programaciones veraniegas que ahora concluyen, abrirá la variedad en el listado de artistas que actúen, este verano fundamentalmente locales. La alternativa que ni ASACC ni Icub ven como imprescindible son los conciertos en streaming, aunque, como indicó Granados, “en una situación que nos obliga a ser imaginativos, nada es descartable”.

Tanto Granados como Zapata se congraciaron por la respuesta de la ciudadanía, celebraron las excelencias del castillo de Montjuïc —”aunque haya tenido un pasado oscuro”, apuntó Zapata— y volvieron a reiterar que con la complicidad del público se han seguido unos protocolos que han demostrado que la cultura es segura. Igualmente reiteraron la falta de precisión del concepto “ocio nocturno”, que ha conducido, indicó Zapata, “a que las salas de conciertos sean estigmatizadas como foco de contagio cuando la inmensa mayoría de ellas están cerradas desde marzo”. En los próximos días, los responsables de las salas esperan que se inicien las negociaciones para ampliar los ERTES, seguirán solicitando un rescate en toda regla para el sector e insistirán en la necesidad de diseñar con las autoridades un plan de choque, en el que según Zapata “no sólo debería sentirse apelado el Departamento de Cultura, sino algunos otros también afectados por la existencia de las salas de conciertos como Economía, Turismo o Empresa. Es hora o nunca”, apuntó.