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LA CRISIS DEL CORONAVIRUS

El festival de las aves del Delta del Ebro no alzará el vuelo este año

La popular cita ornitológica internacional de septiembre se aplaza hasta 2021 por la pandemia

Jacinto Antón
Una garza imperial captura una culebra en el Delta del Ebro, durante el festival.
Una garza imperial captura una culebra en el Delta del Ebro, durante el festival.

El Delta Birding Festival (DBF), la esperada cita de los amantes de las aves más importante de Cataluña y que había conseguido hacerse un hueco entre los acontecimientos pajariles a nivel internacional, no alzará el vuelo este año. El festival, que se celebra cada septiembre en el sur del Delta del Ebro, ha decidido suspender su séptima edición y aplazarla a 2021 a causa de la crisis del coronavirus. Se estudia realizar algún tipo de actividad alternativa para no perder el contacto con el público.

“Ha sido una decisión muy difícil, pero no podíamos hacer otra cosa, era inevitable”, explica el director del festival, Francesc Kirchner, propietario de la tienda de ciencias naturales Oryx, que impulsa la cita y la organiza (y que por cierto ya ha reabierto sus puertas en Barcelona) junto con el Institut Catalá d’Ornitología (ICO) y la Fundación Catalunya La Pedrera, en cuyas instalaciones de Món Natura se celebra la feria. ”Ahora ya debería estar todo ligado, los viajes de los conferenciantes extranjeros, los contratos con los expositores. Pero no me atrevo a pagar billetes de avión de gente que tiene que venir de EE UU, por ejemplo, con tanta incertidumbre como hay todavía ahora”.

Kirchner considera que septiembre está a la vuelta de la esquina “y es muy justo para prepararlo todo, no tenemos la capacidad”. Opina que, aunque está convencido “al cien por ciento” de que se habrán acabado las restricciones, no tiene claro que las administraciones, a las que critica un cierto exceso de celo, no planteen regulaciones nuevas para eventos como el festival, que podrían hacerlo muy difícil de realizar. “De darse permanentemente esas nuevas obligaciones tendríamos incluso que plantearnos si nuestro formato es viable o no, no solo este año, sino el que viene”.

Otro problema añadido para la edición de este septiembre es que “ya ha pasado el momento para concretar los patrocinios oficiales y privados” y Oryx “no podemos hacer solos el festival”. El director recuerda que en buena parte el Delta Birding se hace “por amor al arte”, así que han decidido “ser prudentes, no someternos a una sobrepresión brutal y no arriesgarnos a que nos salga un churro y decepcionemos a nuestro público”. Kirchner apunta que no hay que dramatizar y que la no celebración un año de un evento como el DBF hay que ponerla en el contexto de los cientos de otras citas que se están suspendiendo o aplazando. “La gente está entendiendo bien que no lo hagamos este año, hay otras cancelaciones que son mucho más fuertes, sin duda”.

Buscar otras actividades

No obstante, y conocedores de que va a ser una desilusión para muchos seguidores del festival, los organizadores se plantean realizar algún tipo de actividad. “No tenemos la capacidad de hacer un festival completamente virtual, pero es verdad que nos preocupa que el impulso se enfríe y se pierda el entusiasmo que siempre hemos tenido de nuestros seguidores. Pensamos por tanto hacer algo esos tres días del DBF; quizá una presencia fuerte en la web, demostrar que seguimos existiendo: por ejemplo, pedir a gente que ha participado estos años, de la organización, de los conferenciantes y del público, que graben un saludo, emplazando a reencontrarnos el año que viene. Estamos dándole vueltas a varias ideas, en relación con aquello que nos motiva: el delta y los pájaros. La cuestión es tener presencia en esos días”.

Kirchner señala que las instituciones que colaboran en el festival “han entendido la decisión de aplazar y nos han pedido que contemos con ellas el año que viene”. Con respecto a la tristeza que provoca pensar que se cancela el festival precisamente cuando el Delta se encuentra en un momento fantástico para los pájaros, al haberse reducido mucho la presencia humana, el director de DBF matiza que tampoco es tan así. “Me escapé para una entrega de material y pude visitar la zona, y me sorprendió que las cosas no están tan bien para las aves, al no haberse podido inundar los campos de arroz, lo que ha repercutido negativamente en sus recursos de alimentación”.

También es escéptico Kirchner en que el confinamiento haya supuesto un despliegue mayor de la fauna en lugares como las ciudades. “Lo que ocurre es que hay mucho más aburrimiento y la gente, que ha pasado más tiempo en ventanas, terrazas y terrados mirando el entorno ha percibido por primera vez la presencia de aves que en realidad están ahí todo el tiempo”. Lo que sí ha notado es que ha habido más interés en los pájaros durante el encierro. “En la tienda hemos vendido mucho on line, sobre todo comida para aves y comederos; había el cliente habitual, pero también personas que han empezado a tratar de atraer pájaros a su casa, a su jardín, a su patio o terraza. Nos ha sorprendido que mucha comida la enviábamos a direcciones del núcleo urbano de Barcelona”. También ha habido un significativo aumento de la venta de prismáticos de precio medio, claro indicador de que hay quienes han aprovechado para iniciarse en el bonito mundo de la observación.

Enfermedad de los pájaros

Curiosamente, la covid-19 ha coincidido con la irrupción en Cataluña de una enfermedad que afecta a las aves, concretamente a los páridos, la familia de los pequeños pájaros como los carboneros y herrerillos. Se trata de una infección por la bacteria Suttonella ornithocola que provoca neumonía en las avecillas y las mata. Inofensiva para los humanos, la enfermedad fue detectada en el centro de Europa, donde ha matado miles de pájaros, y el primer caso en España se ha producido a inicios de este mes de mayo en Creixell, en Tarragona. Las aves enfermas presentan un aspecto triste y miserable, con indiferencia y una especie de alopecia pajaril, pérdida de plumaje en la cabeza. Les cuesta respirar y no huyen.

Herrerillo afectado por 'Sutonella ornithocola'.
Herrerillo afectado por 'Sutonella ornithocola'.

“Estamos viendo cómo podemos colaborar con la red de alerta y detección que han creado el ICO, la Autónoma y la Generalitat”, explica Kirchner, que subraya que el que la enfermedad, que a él le parece que va a la baja, se haya relacionado con los comederos tiene que ver con que es el lugar donde es más fácil ver a estas aves. El hecho de que en Oryx se vendan muchos comederos y comida para pájaros puede convertir a la tienda en un elemento de información importante para detectar la epidemia. “Pensamos en hacer un flyer explicando los síntomas y cómo informar si se encuentra un caso”, explica. Se recomienda no interactuar con el pájaro enfermo y si se encuentra uno muerto, guardarlo en una bolsa de plástico en la nevera -separado de la comida- hasta poder informar a los estudiosos y las autoridades.

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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