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Cataluña echa el cierre a los hospitales de campaña de la covid-19

Solo tres de los diez pabellones de salud permanecen abiertos y otros tres no atendieron a ningún enfermo

Ampliación del Hospital del Mar en un pabellón.
Ampliación del Hospital del Mar en un pabellón.Massimiliano Minocri
Alfonso L. Congostrina

La pandemia obligó a la Generalitat y los ayuntamientos a reinventarse y adaptar pabellones como improvisados hospitales para tratar a centenares de infectados que, según se vaticinaba, iban a colapsar el sistema sanitario. Desde finales de marzo se han transformado en hospitales diez pabellones deportivos de toda Cataluña, con más de 1.500 plazas hospitalarias de las que se han tenido que utilizar muy pocas. Tres de las infraestructuras jamás llegaron a abrir. Hoy solo siguen abiertos los pabellones de Manresa, Vic y La Seu d’Urgell. Las administraciones mantendrán las ampliaciones hospitalarias por si hay un rebrote.

El bautizado como Pabellón Salud Vall d’Hebron fue puesto en funcionamiento el pasado 29 de marzo. Era el primer centro deportivo utilizado para ampliar una infraestructura sanitaria y se diseñó con espacio para 132 pacientes. Desde que se inauguró hasta hoy han llegado a estar preparados hasta una decena de pabellones reconvertidos en hospitales de campaña, cuatro de ellos en la capital catalana. Se trata de una previsión que ha superado con creces la realidad ya que en cada uno de los pabellones han estado ingresados un máximo de 35 pacientes al día.

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En Barcelona se habilitaron —además del pabellón del Vall d’Hebron— otras tres infraestructuras más: El centro deportivo municipal Guinardó para ampliar en un centenar de camas el hospital Sant Pau, el Centro deportivo municipal Marítim para reforzar con 70 camas el Hospital del Mar y el Instituto Nacional de Educación Física de Cataluña (INEFC), con capacidad para 225 camas, para atender el Hospital Clínic. INEFC nunca llegó a abrirse. Ayer solo permanecía en servicio, en la capital catalana, la ampliación del Vall d’Hebron aunque transformada en hospital de día polivalente que no atiende a pacientes de la covid-19, sino a usuarios que acuden a consultas ambulatorias.

La concejal de salud de Barcelona, Gemma Tarafa, mantiene que la ampliación de los pabellones instada por el Consistorio es una iniciativa positiva. “El Ayuntamiento se anticipó pese a no tener competencias. Hemos conseguido acompañar a las personas y ponernos a disposición de aquellas que estaban pasándolo mal. El hecho de que no se haya llenado todo el espacio es todavía más positivo porque significa que no se ha colapsado el sistema sanitario”, mantiene Tarafa. El futuro de los pabellones es todavía incierto. “De momento los mantenemos como están, totalmente equipados y a disposición de los hospitales por si hubiera que lamentar algún tipo de rebrote”, sostiene la concejal de Salud.

Desde la Generalitat aseguran que cada 15 días se mantienen reuniones para valorar el futuro de los pabellones. “La decisión se tomará en base a los planes de desescalada que se diseñan desde el CatSalut, en función de las propuestas de cada centro médico que gestiona los pabellones y de las necesidades de los que gestionan estos espacios”, mantiene una portavoz de la administración autonómica.

El de INEFC no es el único pabellón que no ha llegado a abrir. Tampoco lo ha hecho el hospital Fira Salut, que se encuentra en los pabellones de Fira de Barcelona en L’Hospitalet ni la ampliación del hospital temporal Vallès Salut. La Generalitat prevé que muchos de estos pabellones se queden tal y como están. “Hay utensilios que se trasladarán a almacenes para tenerlos a disposición cuando se necesiten”, admiten fuentes del Departamento de Salud.

Ayer solo permanecían ocupadas tres de las ampliaciones de los centros hospitalarios: La del hospital de Sant Andreu de Manresa en la Residencia Cataluña, la ampliación del hospital Universitario de Vic en el albergue Xanascat y la del Hospital de la Seu d’Urgell, en el seminario. En cada uno de los espacios no había más de 20 pacientes.

Otro de los asuntos que tendrán que valorar las próximas semanas será qué acaban haciendo con los equipamientos que se han habilitado para que las personas sin techo pudieran confinarse. “En Barcelona cada noche dábamos cobijo antes de la pandemia a 2.200 personas. Ahora superamos las 2.900 plazas —en el resto del área metropolitana hay solo 80 plazas— en siete nuevos equipamientos que tenemos que estudiar cómo podemos mantener al máximo posible tras el estado de alarma”, concluye Tarafa.

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