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Mediación en tiempos de alarma

Un grupo de profesionales pone en marcha un servicio gratuito de resolución de conflictos

Una pareja arregla un toldo en un balcón, durante el confinamiento.
Una pareja arregla un toldo en un balcón, durante el confinamiento.Cristóbal Castro

Un grupo de profesionales catalanes de diversos ámbitos han puesto en marcha un servicio de mediación para resolver los conflictos de convivencia que puedan surgir durante los días que dure el Estado de alarma y los ciudadanos hayan de permanecer en sus casas. Se trata de una prestación gratuita pensada en los efectos negativos que se pueden derivar de la convivencia ininterrumpida, sea en el interior de una vivienda o de una escalera de vecinos, o que puedan afectar a las relaciones entre los miembros de una organización o colectivo.

La iniciativa la impulsa la Asociación de Profesionales de la Mediación de Conflictos de Cataluña (ACDMA), nacida hace 25 años y de la que forman parte 130 personas. Se trata de abogados, trabajadores sociales, psicólogos y otros profesionales que, por encima de su formación, son mediadores y defienden la tesis de que es mejor no acudir al juzgado a solucionar los problemas de relación entre parejas, entre padres e hijos o entre vecinos, sino que siempre es preferible una salida amistosa entre las partes.

Este planteamiento es aún más necesario en los tiempos actuales de confinamiento, en los que están paralizados los juzgados de familia y el resto de juzgados, que solo intervienen para resolver los asuntos más urgentes. Los abogados, además, están recluidos en sus domicilios, salvo para asistir a los detenidos.

“El confinamiento dificultará muchas relaciones. Los conflictos latentes, los que ya existían antes, aumentarán, se modificarán o aparecerán otros nuevos. Nos enfrentamos a situaciones desconocidas que surgirán estos días”, explica Marion Hohn, presidenta de ACDMA. Para acogerse a los servicios gratuitos de la asociación es necesario escribir un mail a info@acdma.org explicando el caso y la voluntad de los interesados en someterse a la mediación.

Uno de los profesionales que se han inscrito en la lista de este servicio se pondrá en contacto con ellos e intentará buscar una solución pactada entre ambos con las técnicas habituales: escuchar la versión de cada uno, recoger sus preocupaciones y reproches hacia el otro y finalmente intentar un acuerdo, aunque sea provisional. Se trata en definitiva de hacer bueno el dicho de que “siempre es mejor un mal pacto que un buen pleito”.

Las relaciones de pareja se aventuran como el caso más frecuente, pero Hohn recuerda que estos días también se pueden hacer muy difíciles de llevar la convivencia entre padres e hijos o con algún vecino de la escalera a causa de su comportamiento incívico. Incluso en las relaciones entre un médico y un enfermo, en unos días en que en los hospitales se trabaja con tanta tensión. O entre un empleado y su jefe, ahora que el teletrabajo se ha generalizado y todos han de adaptarse a la nueva situación.

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El Ayuntamiento de Barcelona explicó hace unos días que el confinamiento había aumentado en la ciudad los problemas de convivencia vecinal, de manera que en solo 24 horas del pasado día 18 se habían recibido en la Guardia Urbana 1.865 llamadas por incidencias de este tipo. “Son roces y problemas porque la gente está en sus casas”, explicó el teniente de alcalde de Prevención y Seguridad del consistorio, Albert Batlle.

En el caso de las separaciones y divorcios en los que existen hijos comunes, la junta de jueces de Barcelona estableció unas recomendaciones para las partes implicadas. Otra cosa son las rupturas que puedan originarse en estas cuatro semanas del Estado de alarma en las que ni uno ni otro sale de casa. La estadística demuestra que tras las vacaciones de verano y Navidad se incrementan los divorcios, pero la abogada de familia Àngels Sallent, con treinta años de experiencia, vaticina que el confinamiento no producirá ese efecto.

“Tengo una clienta que se estaba peleando cada día con su pareja por la custodia de los hijos. Ahora se han calmado y han llegado ellos solos a un acuerdo. La gente necesita pasar estos días acompañada, sentirse arropada, porque el miedo nos paraliza. Ahora la prioridad no es el divorcio, sino la salud”, explica la letrada. Pasada esta situación nada será igual, dice Sallent. “El Covid-19 lo ha cambiado todo. Cuando pase la pandemia esas parejas que ahora se tambalean se divorciarán de una vez o decidirán seguir juntos definitivamente. Es muy posible que estos días sirvan para despejar dudas y tomar decisiones”, relata la abogada.

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