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El premio Chaves Nogales reivindica un periodismo íntegro y alerta contra la indiferencia

El presidente de la APS apela a ciudadanos y periodistas a denunciar la desinformación en una gala que reconoció tres trabajos de EL PAÍS

Foto de familia de los premiados en la IV edición del Premio Internacional de Periodismo Chaves Nogales. / APS
Foto de familia de los premiados en la IV edición del Premio Internacional de Periodismo Chaves Nogales. / APS
El País

Manuel Chaves Nogales fue testigo directo de guerras y totalitarismos. En un momento histórico donde entender e informar de lo que estaba pasando era casi imposible, el periodista sevillano fue capaz de trasladar a los lectores la realidad de unos hechos desde la honestidad y con una mirada crítica y rigurosa con el único objetivo de contar la verdad, una verdad amenazada por los tiranos que gobernaban entonces. Casi un siglo después, el contexto ha cambiado, pero esa verdad se encuentra más cercada que nunca. El presidente de la Asociación de la Prensa de Sevilla APS), Rafael Rodríguez, resumía así la situación actual: “La realidad es que hoy, dentro y fuera del periodismo, estamos ante la mayor maquinaria de fabricación de mentiras, de fango y de odio de toda la historia. Ustedes y nosotros estamos bajo el dominio de la dictadura de la desinformación del poder digital”.

Rodríguez advertía anoche de los riesgos del nuevo cuarto poder, que ha desbancado a los medios de comunicación, el poder digital, durante su discurso de la gala de entrega del IV Premio Internacional de Periodismo Chaves Nogales, que otorgan la Diputación de Sevilla y la APS. “El uso de la tecnología, que debería ser una aliada, se ha convertido en un arma de desinformación masiva que pretende acabar con el periodismo y, sobre todo, erosionar la democracia y controlar nuestras vidas”, incidía Rodríguez.

El presidente de la APS fue muy beligerante en la denuncia del grave peligro que supone la desinformación promovida conscientemente por los dueños de las grandes plataformas tecnológicas, pero también defendió con pasión la importancia del periodismo para combatir a los “activistas del engaño”. “Tenemos que reinventarnos, adaptarnos a los nuevos tiempos, aprovechar la tecnología de una manera más eficiente y eficaz, pero siempre, siempre, con esos dos valores irrenunciables del periodismo, la honestidad y la información veraz”, sostuvo Rodríguez.

Y esa es la senda que han seguido los cinco trabajos reconocidos en esta edición, tres de ellos publicados en EL PAÍS. Todos comparten ese compromiso con la verdad de Chaves y “la IP”, a la que aludió el nieto de escritor y miembro del jurado, Antohony Jones. IP son las siglas de Integridad Periodística. “Personalmente creo que la IP ganará a la IA en el mundo del periodismo”, sostuvo Jones.

Integridad periodística, honestidad y un rechazo frontal a la indiferencia, una de las claves que el propio Chaves Nogales señaló para explicar por qué Francia sucumbió al fascismo del régimen de Vichy, durante la II Guerra Mundial, en su libro La Agonía de Francia, al que la conductora de la gala, la periodista Mabel Mata, aludió a lo largo de su intervención. Ese rechazo a la indiferencia ante las guerras de Ucrania y Gaza que comparten los trabajos de Invictus Ukraine, de la fotógrafa Susana Giró, y Nadaban para ser libres, escrito por Beatriz Lecumberri, periodista del vertical de EL PAÍS Planeta Futuro, menciones especiales en la categoría de fotografía y prensa, respectivamente. Como también son una llamada de atención contra la indiferencia el podcast La rumba como terapia del emigrante, de El PAÍS Audio, premiado en esa categoría, donde su autor, Daniel Sousa, se sumerge en la vida de la comunidad española de migrantes en Bruselas y que guarda una gran similitud con los migrantes que ahora trabajan en nuestro país; y el reportaje La escritora de los milagros, de María José Carmona, publicado en la revista Altaïr Magazine, sobre los últimos días en Málaga de la escritora Jane Bowles.

Y quienes mostraron con su presencia la importancia de la generosidad, de no ser indiferentes a los demás, fueron dos de las monjas de clausura de Carmona que la fotoperiodista Laura León fotografió en su reportaje reconocido en la categoría de Fotografía, Gratia Plena, vida en un convento de clausura, publicado en El País Semanal. La premiada quiso compartir su galardón con la abadesa Verónica y sor Cecilia, que abandonaron por unas horas su retiro y la acompañaron en el escenario. “En un mundo competitivo, en el egocentrismo de las redes sociales, ver que hay personas que dedican su vida a pensar en los demás y no en uno mismo es algo que me queda para mí”, contó León sobre su experiencia durante el año y medio que pasó con ellas.

Pensamiento crítico

“Hoy estamos aquí para celebrar y reconocer la excelencia y el periodismo honesto”, enfatizó Jones. Un periodismo honesto necesario para salir del letargo de esa indiferencia que los trabajos premiados han logrado despertar, y para desarrollar el pensamiento crítico, los antídotos contra la desinformación, como reconoció el presidente de la Diputación de Sevilla, Javier Fernández. “En los próximos años, las guerras serán entre la verdad y la mentira. Estamos en un momento donde hay que trabajar, cultivar una sociedad que fomente por encima de todo el pensamiento crítico, para ser capaces de contestar a la avalancha que nos llega todos los días por las redes sociales y ser capaces de definir qué es verdad y qué es mentira”.

Y al pensamiento crítico de los ciudadanos también apeló Rodríguez a los que pidió, como antes había demandado a los profesionales de los medios de comunicación, “apoyen y defiendan al buen periodismo y que denuncien también y repudien el periodismo de la desinformación y de la mentira”. “Sean también activistas y no receptores indiferentes y sumisos”.

Y en esa senda de andar y contar que tan bien supo recorrer Chaves, el presidente de la APS lanzó una advertencia, cargada de esperanza contra la tentación de asumir el dominio de ese nuevo cuarto poder, contra ese “ambiente de claudicación” y ”falta de fe en los hombres, las ideas y los sistemas”, que para Chaves fueron determinantes en la caída de Francia bajo el régimen totalitario de Vichy: “La realidad es a la que ustedes viven y que nosotros decentemente le contamos, la realidad no es a la que otros quieren que ustedes vivan o ustedes piensen que están viviendo. Los gritos tóxicos no pueden acallar a la razón, la mentira no puede ganarle a la honestidad y a la verdad”.

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