Puente Genil, cuna de la mayor empresa de luces decorativas de España, enciende la Navidad antes que nadie

14 de noviembre. Esto es Puente Genil y, aquí, ya es Navidad. Este municipio cordobés de 29.862 habitantes ha sido el primero en España en estrenar su iluminación navideña y no se trata de un reclamo para atraer a los turistas o convertirse en trending topic en las redes sociales. Inaugurar el alumbrado tiene su lógica, porque en esta localidad se asienta la mayor empresa de iluminación decorativa de España, Ximénez Group, y lo que hace su Ayuntamiento no es otra cosa que seguir la tradición que inauguró su fundador, Francisco Ximénez, de decorar las calles con adornos y bombillas.

“Siempre nos hemos planteado como referencia inaugurar el alumbrado el 14 o el 15 de noviembre”, explica su alcalde, Sergio Velasco, del PP. Para sus vecinos, tampoco es algo tan insólito, porque ellos viven de y para la Navidad. Además de Ximénez Group, en la localidad se han asentado otras cinco empresas que también se dedican a la iluminación decorativa o a su montaje y mantenimiento.

Solo la pionera emplea de manera estable a 600 personas —que llegan a 1.000 en estas fechas―, el 80% de Puente Genil. Si a esta cifra se le añade la plantilla de las demás y se le suma los que trabajan para fabricantes subcontratados que elaboran elementos y estructuras mecánicas para esas compañías, de la decoración navideña dependen en el municipio unas 1.000 familias, según los cálculos del alcalde. “Esta es nuestra principal fuente de ingresos”, afirma Velasco.

De la estrella de madera rodeada de bombillas incandescentes que Francisco Ximénez colocó en la puerta de su establecimiento de electrodomésticos allá por 1945 hasta los dos millones de luces led que decoran las calles de Puente Genil en 2024 han pasado no solo 78 años, sino un intenso trabajo de modernización y expansión que ha hecho que Ximénez Group preste sus servicios en 50 países e ilumine la Navidad de la Quinta Avenida neoyorquina o de ciudades como Londres, México o Tokio. Suyas son también las decoraciones de las capitales españolas que cada año pugnan por ser la que mejor alumbra sus calles, como Málaga, Vigo, Madrid, Barcelona o Cádiz, que este año lidera el ranking del gasto por habitante en luces navideñas.

La expansión no solo es territorial, las decoraciones van más allá de un festival lumínico. Sus creaciones se han convertido en experiencias inmersivas con juegos de focos y sonidos. Lo van a comprobar en Málaga con el Festival Linterna, un parque de luz realizado con la colaboración de una empresa china. También se adaptan a las peticiones de los ayuntamientos, como el de Madrid, que deja la creación de los adornos a diseñadores y arquitectos reconocidos a los que el grupo Ximénez acompaña en el montaje. Este año, como novedad, se añade un dibujo infantil, ganador de un concurso.

Sin embargo, para el director ejecutivo de Ximénez Group y nieto del fundador, Mariano Ximénez, convertir su pueblo en una fiesta de luz es un orgullo y un regalo para las familias de sus empleados. “La decoración es el fruto de su trabajo y es una forma de agradecimiento también a sus familiares, porque muchos de ellos están desplazados durante buena parte del año trabajando en otras ciudades, en el exterior, con inclemencias meteorológicas…”, explica.

Puente Genil también se convierte estos días en un banco de pruebas particular de los nuevos diseños y artículos que idean en la fábrica. “Aquí comprobamos los productos nuevos, las nuevas tecnologías que siempre se realizan aquí, para controlarlos, ver cómo se comportan los materiales…”, indica Ximénez. El pasado jueves estrenaron una versión avanzada de su modelo Ecogreenlux, una iluminación led con un 95% menos de contaminación lumínica, un 60% menos de consumo energético y diseñado con productos reciclados. “Nuestro objetivo es ser más sostenibles”, afirma Ximénez.

Un revulsivo para la economía local

Ese tipo de material se encuentra en los dos millones de puntos led, 281 arcos, 105 farolas, 133 árboles, ocho figuras de suelo y dos fachadas que se encendieron este jueves, de acuerdo con el recuento del alcalde. Entre los vecinos de Puente Genil no hay ningún Grinch ni ningún señor Scrooge. Nadie reniega de adelantar la Navidad casi al Día de los Difuntos. “Al contrario, nos lo piden los empresarios”, explica el alcalde.

El encendido de este municipio, que ya se ha convertido en la cuna del arte hecho luz, es un polo de atracción para el turismo navideño. Solo el año pasado, la venta en hostelería creció un 50% y en el resto de comercios, un 30%. “Notamos la afluencia en la ocupación de los aparcamientos del recinto ferial. En 2023 tuvimos aparcados 40 autobuses durante el puente de la Inmaculada que se fletaron ex profeso para ver las luces”, recuerda Velasco.

Pero en Puente Genil no solo se innova con la decoración lumínica. El tradicional tren turístico ha cambiado su techo de chapa por uno transparente de metacrilato para que los viajeros vean las estrellas de led sin tener que asomar la cabeza por la ventana. “Ya nos ha dicho el fabricante que nos van a copiar otras ciudades”, dice el alcalde.

En Puente Genil es Navidad en noviembre, aunque en Ximénez Group las fiestas comienzan en el verano, que es cuando empiezan los preparativos de cara a su temporada alta. “Mi abuelo decía que estábamos en juliembre”, bromea su nieto. El grupo también se está desestacionalizando y en 2024 decorará el Año Nuevo chino, además de iluminar fiestas hindúes, el Ramadán, carnavales, las Fallas, las ferias…

Hasta 5.000 personas asistieron al encendido de este año. Pero, precisamente por las fechas, la felicidad era contenida. El espíritu navideño estaba teñido del dolor por la tragedia de la dana. Por eso, fue reconfortante que, después del minuto de silencio, la fiesta de la luz se alumbrara al ritmo del himno de la Comunidad Valenciana.