La primera vivienda colaborativa rural se instala en Jaén como un hábitat para luchar contra la soledad de los mayores y la despoblación
La experiencia de ‘cohousing’ llega a Frailes, en la Sierra Sur de Jaén, para reactivar el medio rural
España ha rebasado ya el umbral de los dos millones de personas mayores de 65 años que viven solas, y las proyecciones de población apuntan a que este colectivo no bajará del 28% del total de habitantes en 2040. Para hacer frente a este enemigo silencioso como es la soledad no deseada, empieza a cobrar fuerza la experiencia de cohousing o vivienda colaborativa, un nuevo modelo residencial, muy común en los países del norte de Europa, donde se integran viviendas con zonas comunes y donde sus socios gestionan tanto el edificio como las actividades que hacen.
A sus 75 años y viudo, Miguel Garrido Mudarra no se lo pensó dos veces para retornar a su pueblo natal. Fue el primer residente en estrenar el cohousing senior de Frailes, en la Sierra Sur de Jaén, un complejo de viviendas levantado en el solar del antiguo balneario del pueblo (que quedó destruido en la Guerra Civil) y adaptando la estructura de un hotel de lujo que nunca llegó a ver la luz porque todas las licitaciones realizadas por el Ayuntamiento resultaron fallidas.
“Aquí lo mejor es que hay una convivencia excelente, tienes libertad total y no hay tiempo para aburrirse con tantas actividades ofertadas, desde el huerto ecológico a las clases de yoga o baile”, asegura desde su flamante apartamento Miguel, policía jubilado que ya conocía este modelo residencial de su estancia en Suecia, el país de donde era su esposa y donde ha vivido los últimos 12 años.
Esta fórmula de vivienda colaborativa se empezó a implantar en España en 2001, pero hasta ahora casi todas las experiencias se han desarrollado en grandes ciudades y han tenido como principales destinatarios a urbanitas. El de Frailes, abierto en noviembre, es el primer cohousing rural, pues la inmensa mayoría de sus socios (residentes y aspirantes a serlo) son nativos del municipio o de esta comarca del sur de Jaén.
“Nuestro objetivo principal es impulsar una solución ante la epidemia del siglo XXI, la soledad no deseada de las personas mayores, y al mismo tiempo frenar el despoblamiento de las zonas rurales”, indica José Carlos Rodrigo, CEO de Hábitat Colaborativo, la cooperativa que ha recibido la adjudicación por 40 años para la gestión de este innovador proyecto residencial que, según precisa, tiene “un enfoque social y no especulativo”.
Pero, ¿qué diferencia a la vivienda colaborativa de las residencias tradicionales? “Aquí las normas de convivencia las ponen los propios residentes, el modelo de gobernanza es democrático y, al final, lo que se busca es alcanzar una jubilación plena, con un envejecimiento activo y donde ellos sean los protagonistas”, añade Rodrigo, que se considera un enamorado del emprendimiento en el medio rural.
El cohousing El Balneario de Frailes cuenta con 90 plazas de alojamiento repartidas entre apartamentos dobles, individuales y apartahoteles. Los residentes pagan algo menos de 700 euros al mes y tienen cubiertos todos los servicios básicos, desde la manutención a la limpieza y a las actividades lúdicas. De momento cuenta solo con media docena de usuarios, una baja ocupación que sus promotores justifican en el desconocimiento que aún existe sobre esta novedosa fórmula de habitabilidad para mayores.
Mari Carmen Garrido, de 72 años, vive enfrente de este complejo residencial, pero ha querido conocerlo en profundidad alojándose durante una semana en sus instalaciones junto a su marido. “Ha sido una experiencia muy grata, con mucho compañerismo y una convivencia magnífica. De momento vamos a seguir viviendo en nuestra casa, pero no descartamos volver pronto por aquí”, señala esta aspirante a residente.
Convicción en la viabilidad del proyecto
El cohousing de Frailes está financiado por una cooperativa de la que forman parte 89 socios, entre los propios residentes y quienes cuentan los días para serlo. Como Custodio López, funcionario y artífice del bum del hockey hierba en la vecina localidad de Alcalá la Real. “Es un modelo residencial innovador en el que hemos puesto mucha ilusión y que tiene un fuerte componente social en Frailes y en toda la comarca”, subraya López, que es presidente de la cooperativa y que en su día apostó por este complejo pensando en llevar allí a sus padres. En su opinión, la filosofía que inspira a este proyecto guarda relación con los llamados bancos del tiempo, una iniciativa de colaboración mutua de intercambio de habilidades y conocimientos para crear una alternativa económica y social.
Otro de los socios, Santiago Campos, no duda de su viabilidad: “Estoy convencido de que esto va a triunfar”, subraya, mientras enseña las flamantes instalaciones del complejo, entre ellas un amplio salón social que se va a estrenar con una exposición de pinturas del propio Campos. Para hacerlo más rentable, los cooperativistas ultiman la apertura de un espectacular spa que evocará al balneario que tanta fama dio a Frailes en el primer tercio del siglo XX, y también se va a habilitar una planta para el alquiler turístico de apartahoteles.
Los expertos y también las instituciones aplauden la llegada de este nuevo modelo de vivienda colaborativa. “El cohousing da la oportunidad a personas mayores de vivir en comunidad sin perder la intimidad, el espacio y su autonomía”, señala la consejera andaluza de Inclusión Social, Loles López. La Junta de Andalucía, que ha cofinanciado el proyecto junto al Ayuntamiento de Frailes y la cooperativa, ha anunciado una próxima regulación del cohousing en la comunidad, y la intención es que el año que viene se puedan ofertar ya plazas residenciales a través de un concierto.
Encarnación Castro, alcaldesa de Frailes, tiene la esperanza de que esta iniciativa sirva para relanzar el tejido económico y social de este pueblo de poco más de 1.500 habitantes y que no cuenta con ninguna otra residencia de mayores ni con un centro de día. De momento, ya se han creado seis empleos entre el personal del cohousing y los de la cocina y cafetería del centro. “Es una fórmula eficaz en la lucha contra la despoblación de las zonas rurales y también va a servir para atraer a más visitantes”, indica la regidora de este municipio, cuyo lema turístico, Privilegio de la naturaleza, luce en la entrada de este complejo residencial. Lo ve también como un complemento para estimular la pujante oferta de alojamientos rurales y de restaurantes que se ha generado en la localidad en los últimos años.
Desde la cooperativa Hábitat Colaborativo se preparan proyectos similares al de Frailes en Granada, Bujalance (Córdoba) y Robregordo (Madrid). En todos ellos se quiere aplicar la misma fórmula que, como cuenta Patricia Moya, directora del complejo residencial de Frailes, no es otra que trasladar a los entornos rurales un fenómeno que tiene un origen urbano y, al mismo tiempo, hacerlo motor de cambio económico y social.
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