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‘EMEK’, el grafitero más activo de la barriada sevillana de Montequinto, se queda sin sprays

La Policía Nacional detiene al joven después de haber “pintado a lo bestia” con un centenar de sus firmas fachadas, viviendas particulares, vehículos y mobiliario urbano causando daños de hasta 4.000 euros

EMEK Montequinto
Una de las pintadas del grafitero EMEK, en Montequinto (Dos Hermanas, Sevilla).Policía Nacional
Eva Saiz

Una mañana de primeros de octubre, el barrio de Montequinto, en Dos Hermanas (Sevilla), despertó cubierto por pintadas con las siglas EMEK y PMN. Viviendas particulares, edificios públicos, bancos, papeleras, restaurantes, camiones, furgonetas… Prácticamente, no quedó nada libre de esa firma en la zona. “Todo Montequinto apareció pintado a lo bestia”, describen fuentes de la Policía Nacional. Un mes después, los investigadores han podido dar con el titular de esa firma, un hombre de 26 años que se ha convertido en el grafitero más activo de la barriada nazarena.

Las llamadas y denuncias de vecinos quejándose de las pintadas llamaron la atención de la Policía, que, como reconoce un portavoz, no suelen recibir muchas quejas por este tipo de vandalismo. Partiendo del elemento común del centenar de pintadas: las siglas EMEK, los investigadores dieron comienzo a sus pesquisas para localizar al autor.

Los agentes empezaron a dibujar su modus operandi y a perfilar sus características físicas a partir de la altura en la que había hecho las pintadas y otros elementos. Finalmente, el 6 de noviembre, la policía logró dar con el responsable, que responde a las siglas G. C. Q., con las manos en la masa. En el momento de la detención tenía los botes de spray, los rotuladores y la libreta con dibujos y su firma: EMEK. Fue puesto a disposición judicial acusado de un delito de daños por valor de 4.000 euros.

Esta detención es casi una excepción en el trabajo que realiza la Policía Nacional, que no suele arrestar a grafiteros, según confirma el portavoz consultado. Lo que hacía EMEK sobre viviendas privadas, vehículos y fachadas de establecimientos ha sido considerado como un acto de vandalismo, muy lejos de los murales que otros grafiteros profesionales ofrecen a particulares y pintan en las calles y que en muchos casos se han convertido en iconos de ciudades como la vecina Sevilla, donde las pintadas de la Plaza de Armas o de los edificios del Polígono San Pablo, son joyas del arte urbano.

“Los que quieran hacer pintadas están en su derecho, pero no creemos que eso afecte a cómo nos percibe el público en general”, explica Carlos Salvador, responsable del proyecto Graffitti Mural, que ofrece en toda España un servicio de pintura mural, un trabajo del que, asegura, “se puede vivir”. Otro artista de los sprays, que pide mantenerse en el anonimato, prefiere no entrar a valorar si pintadas como las de EMEK contribuyen a extender la mala fama en torno al mundo del grafitero profesional. “Tenemos asumido que incluso estropeen nuestros murales con sus firmas, pero siempre partimos de la base de que todos hemos empezado firmando en las paredes”, concluye.

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Sobre la firma

Eva Saiz
Redactora jefa en Andalucía. Ha desarrollado su carrera profesional en el diario como responsable de la edición impresa y de contenidos y producción digital. Formó parte de la corresponsalía en Washington y ha estado en las secciones de España y Deportes. Licenciada en Derecho por Universidad Pontificia Comillas ICAI- ICADE y Máster de EL PAÍS.

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