Nuevas vías para los grandes eventos
La Expo 92 fue un revulsivo para la comunidad, pero su impacto fue desigual. Las ciudades apuestan de nuevo por citas de envergadura que deben reformularse para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos
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La Exposición Universal de 1992 marcó el devenir de Andalucía. El mundo puso la mirada sobre la comunidad y, en especial, sobre Sevilla, pero los frutos de ese interés, 30 años después, han sido desiguales. En un contexto en el que las ciudades compiten a nivel internacional por atraer recursos y atención, algunas capitales de la región parecen apostar de nuevo por grandes eventos para impulsar su transformación urbanística y captar inversión. Los expertos advierten en contra de ese modelo, si no pone en el centro al ciudadano.
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Relanzar el pasado
La Expo 92 generó un patrimonio inmaterial que en este tiempo ha pasado desapercibido o ha sido infrautilizado. Tres décadas después, algunos de esos conocimientos pioneros se han rescatado para su aplicación a entornos urbanos; en otros casos, es con el aniversario cuando apreciamos el valor de su legado cultural. También es el momento de revisar nuestra relación con el origen de la efeméride.
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El conocimiento es una apuesta segura para la transformación y el crecimiento socioeconómico de las ciudades. En Andalucía, los parques científicos y tecnológicos se han convertido en parte fundamental de la economía de los municipios y las provincias en las que ubican.
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Volver a vertebrar Andalucía
La llegada de la alta velocidad y la construcción de la autovía A-92 fueron dos de las grandes infraestructuras que dejó la Expo 92. El impulso económico de los territorios por donde transitan contrasta con aquellos que quedaron apartados.
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Donde los ecos se apagaron
Aunque el plan Andalucía 92 articuló inversiones en todos los territorios, en muchos casos apenas tuvieron impacto real. Los intentos por atraer inversiones con grandes acontecimientos, también fracasaron.
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Los análisis
La Expo 92 impulsó la transformación de Sevilla, que siempre ha sabido aprovechar estos grandes eventos y que busca inspirarse en ellos para seguir su senda de modernización. La equidistancia permite valorar ahora el legado de la muestra, sin olvidar que la senda de desarrollo que abrió, sigue cerrada todavía en buena parte del territorio.
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