Expo 2027: la ilimitada ambición de Málaga
Referente turístico, cultural y tecnológico, la ciudad aspira a acoger el evento internacional y convertirse en ejemplo de sostenibilidad, un trabajo que realiza desde hace años con luces y sombras
Málaga quiere más. Referente turístico, cultural y tecnológico, la capital de la Costa del Sol aspira a serlo también de la sostenibilidad. Es el eje de la candidatura presentada para albergar la Exposición Internacional de 2027 bajo el lema La era urbana: hacia una ciudad sostenible. Cuenta con un apoyo unánime, una rareza, de todas las instituciones. La ambición es máxima. “Queremos ser útiles a la humanidad”, asegura Francisco de la Torre, alcalde y promotor principal de una carrera en la que también participan las ciudades de Bloomington (Estados Unidos), Phuket (Tailandia), Belgrado (Serbia) y San Carlos de Bariloche (Argentina). La ciudad está lejos de ser gran ejemplo de entorno urbano sostenible, pero lleva años apuntalando un proyecto que incluye muchas luces y sombras. Y aprieta para acoger un evento que tendría una repercusión de 2.900 millones de euros para Málaga, con 11 millones de visitas y 31.000 empleos, según Analistas Económicos de Andalucía.
La candidatura dio sus primeros pasos en mayo de 2019. Sin hacer ruido, De la Torre la planteó a Junta de Andalucía y al Gobierno central, para después informar al resto de entidades de la ciudad: empresariado, colegios profesionales, sindicatos y medios de comunicación. El pasado diciembre, el Consejo de Gobierno de la administración autonómica y el Consejo de Ministros confirmaron su apoyo a la candidatura que se hizo efectiva el 26 de enero. “Si se consigue, permitirá avanzar a la propia ciudad, desarrollando una nueva área y tomando peso como ejemplo internacional de sostenibilidad”, apunta Antonio Guevara, decano de la facultad de Turismo de la Universidad de Málaga. No es, además, la única ventana al mundo que busca la capital: opta a ser sede de la Copa América de Vela en 2024 y en noviembre quedó finalista en los Premios a la Capital Europea de la Innovación, que ganó Dortumund (Alemania).
La propuesta presentada para la Exposición Internacional —prevista entre el 5 de junio y 5 de septiembre de 2027― está lejos de buscar una transformación de la ciudad, como hizo Sevilla con la Expo de 1992. La mayor parte de las infraestructuras necesarias están listas, aunque el proyecto mejorará la conectividad hacia los terrenos reservados para la muestra. Es una parcela de unos 800.000 metros cuadrados —250.000 para pabellones― cerca del aeropuerto, el Parque Tecnológico de Andalucía y la Universidad de Málaga. Allí se planea la construcción de edificios y zonas verdes que tras el acontecimiento se destinarían a logística, oficinas y vivienda pública de alquiler. “Lo que se construya será de utilidad y formará parte de la estrategia a futuro”, subraya De la Torre.
Un impacto de 29.000 millones de euros
La idea surge, según el alcalde, de la mudanza que la población mundial ha hecho de las zonas rurales a las ciudades. La London School of Economics (LSE) prevé que dos tercios de los seres humanos vivan en entornos urbanos en 2050. “Ello genera un problema de sostenibilidad”, comenta el regidor, quien cree que la situación se ha convertido en “el gran reto de la humanidad” y que las propias ciudades deben ofrecer respuesta. “¿Qué pretendemos con la exposición? Ayudar. No seremos el elemento fundamental, hay mucha gente trabajando ya en este tema, pero creo que será importante un encuentro sobre la sostenibilidad para compartir buenas prácticas, celebrar seminarios, congresos y foros. Hay que sacar conclusiones”, afirma. De paso, Málaga se beneficiará de un impacto de 2.900 millones de euros, según los datos de un informe de Analistas Económicos de Andalucía, que incluye la creación de 31.000 empleos y más de 11 millones de visitas a la muestra por parte de 4,6 millones de personas. “Es una gran oportunidad para generar notoriedad en el ámbito internacional y aprovechar el buen momento que vive la ciudad”, reflexiona Benjamín de la Mata, profesor de Marketing en la Universidad de Málaga, quien cree que ligar la sostenibilidad a la imagen de marca de la capital es importante como lo es para cualquier empresa, pero también un arma de doble filo: “La apuesta debe ser seria, sin líos políticos y hay que comunicarla bien”, apunta el especialista.
Málaga, de hecho, quiere dar ejemplo. Trabaja desde hace años en proyectos de sostenibilidad con mayor o menor acierto. La cara son iniciativas como las desarrolladas por la Empresa Malagueña de Transportes, que prevé toda su flota sea eléctrica en 2035 y prueba ya un sistema de recarga desde el suelo. El municipio trabaja también ya para reducir las emisiones de carbono en el centro histórico, impulso de las energías renovables o la separación de residuos, como recoge el plan Málaga Ciudad Sostenible. También hay un impulso al coche eléctrico, pero los vehículos privados siguen dominando la ciudad. La red de carriles bici es una de las carencias más claras, con apenas 30 kilómetros. La Organización de Consumidores y Usuarios le otorgó recientemente una valoración de “mala” porque, entre otros aspectos, deja “a los ciclistas a merced de los coches”. Hay carencia de zonas verdes y muchos rascacielos en camino. El cauce hormigonado del río Guadalmedina es una herida sin cicatrizar y hay una evidente falta de zonas verdes. “En la actualidad ni la ciudad es sostenible, ni es inclusiva”, sentenciaba José Damián Ruiz Sinoga, catedrático de Geografía Física, en una tribuna en el diario Málaga hoy.
De la Torre hizo la primera presentación oficial del evento el pasado 12 de enero en Dubai durante la Expo 2020. Acudió junto al presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, que destacó el “ecosistema de conocimiento e innovación avanzada” malagueño. Allí estuvieron también los concejales Susana Carillo, Carlos Conde y Raúl López, además del líder de la oposición, el socialista Daniel Pérez. “Hay que avanzar hacia una ciudad sostenible y entendemos que este es un proyecto de todos, pero debe también impregnar al resto de la provincia”, afirma Pérez, consciente, además, que hasta 2027 habrá al menos dos elecciones municipales por el camino e igual le toca inaugurar la exposición. La decisión se sabrá a finales de año en una competición donde no hay favoritos. Málaga lo es tanto como Belgrado, San Carlos de Bariloche, Phuket y Bloomington. “Tenemos que hacer llegar bien el mensaje a quienes votan, ganar y hacer una buena expo”, sentencia, optimista, el alcalde.
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